Tráiler
¿Por qué ver esta película?
De entrada, vale la pena el aviso: ‘Cómo me enamoré de un gánster’ es una película biográfica polaca con tres horas de duración. A pesar de ese metraje exagerado, un tanto innecesario para contar su historia, la película tiene su encanto. Está inspirada en la vida de Nikodem "Nikos" Skotarczak, uno de los más grandes mafiosos en la historia de Polonia. Claro, no llega a los niveles de clásicos como ‘El Padrino ‘Caracortada’, por ejemplo, pero se trata de una historia poco conocida por el gran público, lo que dota a la película de cierto aire de novedad y particularidad, mostrando lo que sucede en los bajos mundos de la mafia polaca. Destaca el trabajo del joven Tomasz Wlosok, de la serie ‘Kruk’, que logra transmitir toda la potencia de este personaje poco conocido fuera de Polonia.

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Nuestras recomendaciones
Nikoś es un hombre con un insaciable apetito por el éxito que se especializa en la importación ilegal de autos a Polonia. Amasó una fortuna, construyó un imperio automotor y protagonizó una espectacular fuga de la cárcel. Su vida estuvo repleta de altibajos, lo que revela los sacrificios que hay que hacer para seguir siendo uno mismo.
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Del mismo director

Cómo me hice gánster
Los thrillers criminales polacos han tenido muy buenos resultados de audiencia en Netflix, con éxitos como Operación Jacinto o Quién mató a W, por no mencionar a Cómo me enamoré de un gánster. El director de esta última, Maciej Kawulski, regresa con Cómo me hice gánster, cuyo título tan simple ya adelanta de qué trata la historia y para dónde va. Esa simpleza se traduce al nivel estético y narrativo, en una película que claramente tiene inspiración de las grandes películas de gánsteres como Buenos muchachos o Snatch, pero que subestima al público, lo explica todo y, además, ofrece un protagonista idealizado y poco humano. No es la mejor opción si buscas una buena película de crimen, aunque tiene sus momentos. Lee más al respecto en nuestra crítica.
Drama

El estrangulador de Boston
En los años 60, la ciudad estadounidense de Boston comenzó a sufrir una serie de misteriosos asesinatos en los que mujeres mayores eran violentamente asesinadas con medias de nylon atadas al cuello. En las investigaciones de los crímenes, destacaron dos nombres: las periodistas Loretta McLaughlin (Keira Knightley) y Jean Cole (Carrie Coon). Mientras la policía permanecía inactiva, ambas rompieron prejuicios y se convirtieron en las primeras en descubrir vínculos entre los crímenes y en mostrarlos en la portada del periódico. Esta es la historia de El estrangulador de Boston (Boston Strangler), un drama con toques de suspenso original de Star+ que sigue el tejemaneje de esta investigación periodística. Además de hablar sobre el crimen en sí y cómo representaba en realidad una violencia contra las mujeres, la película dirigida y escrita por Matt Ruskin (Crown Heights) exalta a estas dos mujeres y muestra lo difícil e importante que es estar tan adelantadas a su tiempo.

Puedes hacerlo Chang
Un joven asiático-americano, amante del basquetbol, sólo quiere hacer una volcada y quedarse con la chica. Sin embargo, en su entrenamiento para lograrlo, acaba descubriendo mucho más sobre sí mismo, sus amigos y su madre.

EO
Reinterpretación contemporánea del clásico Al azar de Baltasar, de Robert Bresson. EO, como su predecesora, es la historia de un burro que es arrancado de su hogar por las circunstancias de la vida, y que acaba recorriendo el mundo en un épico viaje repleto de momentos tan divertidos como tristes y hasta brutales. Nominada al Oscar a Mejor película internacional, esta producción polaca cuenta la clase de historia que nos enfrenta con nuestra naturaleza humana: tanto nuestra capacidad de ser violentos y despiadados con quienes no pueden defenderse, como de vernos reflejados en un ser tan pequeño como nosotros en la enormidad del mundo. Lee más en nuestra crítica completa.

Ellas hablan
Al comienzo de Ellas hablan (Women Talking), el público entra a la historia a ciegas. El escenario parece sacado de una película de época. ¿Siglo XVIII, tal vez? Después de todo, la ciudad en la que se desarrolla la película es bucólica y las mujeres que se presentan allí, conversando en un granero, están vestidas con ropa de hace bastantes décadas. El conflicto establecido por Sarah Polley, directora y guionista, también es confuso: fueron agredidas y ahora tienen que decidir qué hacer. ¿Enfrentarse a los hombres o partir? Todas estas dudas, que surgen rápidamente y se disipan lentamente, son intencionales. Entramos en la historia después de las agresiones –esta violencia, después de todo, ni siquiera merece ser fotografiada–. Lo que Polley quiere mostrar es la reacción, la lucha. Estas mujeres, aunque privadas de la escritura, la lectura y su propia voz, decidieron decir basta y están definiendo qué camino seguir. Algunas son más reactivas, otras más racionales. Pero poco a poco, el escenario se va construyendo y la discusión, que recuerda a 12 hombres en pugna, se va resolviendo. El hecho es que Ellas hablan, como sugiere su título original, no ofrece acción y movimiento, sino pensamiento, conversación y reflexión. No voy a entrar en detalles sobre lo que sucede en las vidas de Ona (Rooney Mara), Salomé (Claire Foy), Mariche (Jessie Buckley) o Greta (Sheila McCarthy), ni explorar esas cuestiones que planteé anteriormente. La sorpresa de descubrirlo es parte de la experiencia, que cabe describir como dolorosa. Estas mujeres están resistiendo, pero el dolor del pasado las acompaña y deja una herida abierta o una cicatriz aún tierna. La ambigüedad del tiempo se convierte en la jugada maestra de Polley y coloca a la película como una de las más emocionantes del Oscar 2023, a pesar de sus escasas nominaciones.
