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¿Por qué ver esta película?
Esta película tan elogiada por lo absorbente de su fotografía y sonido, nos toca el corazón al mostrar cómo la cotidianidad de un pequeño enamorado de 12 años se corrompe por conflictos bélicos en Beirut. Más allá de mostrarnos el trasfondo político, ‘1982: El año que cambió el Líbano’ nos conmueve por el amor inocente que se abre paso ante un conflicto bélico.

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Nuestras recomendaciones
Seleccionada para representar al Líbano en los Oscar 2020, ‘1982: El año que cambió el Líbano’ es una película bélica, pero que nunca habla sobre la guerra. ¿Contradicción? Nada de eso. El cineasta libanés Oualid Mouaness, en su largometraje debut, cuenta la historia de Wissam (Mohamad Dalli), un chico que está perdidamente enamorado de una compañera de clase. Sin embargo, el prospecto no es bueno para él, y no porque ella no devuelva el sentimiento, sino por lo que sucede fuera: la invasión del Líbano por fuerzas militares israelíes. Así como ‘Roma’ o ‘Belfast’, la trama brinda una perspectiva de la historia a partir de la mirada infantil y, como esas dos películas, lo hace con fuertes influencias de los recuerdos del propio director. Además de Wissam, está la profesora (Nadine Labaki, conocida en su faceta de directora con ‘Cafarnaúm’), que está totalmente preocupada por el avance de la guerra, y que se vuelve el punto de conexión del público con el miedo que tendría cualquier adulto en esa situación. Es una película bella y singular, hasta ingenua por momentos, pero que da en el blanco cuando se propone mostrar cómo la guerra afecta a todos los involucrados, sobre todo a los niños que no entienden nada de ello.

Matheus Mans
Editor de Filmelier
Durante la invasión a Líbano en 1982, en una escuela privada de Beirut, Wissam, de 11 años, está enamorado de una compañera de clase e intenta declararse. Al mismo tiempo, sus profesores, divididos por el conflicto religioso, tratan de mantener la calma frente al ataque.
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Drama

El estrangulador de Boston
En los años 60, la ciudad estadounidense de Boston comenzó a sufrir una serie de misteriosos asesinatos en los que mujeres mayores eran violentamente asesinadas con medias de nylon atadas al cuello. En las investigaciones de los crímenes, destacaron dos nombres: las periodistas Loretta McLaughlin (Keira Knightley) y Jean Cole (Carrie Coon). Mientras la policía permanecía inactiva, ambas rompieron prejuicios y se convirtieron en las primeras en descubrir vínculos entre los crímenes y en mostrarlos en la portada del periódico. Esta es la historia de El estrangulador de Boston (Boston Strangler), un drama con toques de suspenso original de Star+ que sigue el tejemaneje de esta investigación periodística. Además de hablar sobre el crimen en sí y cómo representaba en realidad una violencia contra las mujeres, la película dirigida y escrita por Matt Ruskin (Crown Heights) exalta a estas dos mujeres y muestra lo difícil e importante que es estar tan adelantadas a su tiempo.

Puedes hacerlo Chang
Un joven asiático-americano, amante del basquetbol, sólo quiere hacer una volcada y quedarse con la chica. Sin embargo, en su entrenamiento para lograrlo, acaba descubriendo mucho más sobre sí mismo, sus amigos y su madre.

EO
Reinterpretación contemporánea del clásico Al azar de Baltasar, de Robert Bresson. EO, como su predecesora, es la historia de un burro que es arrancado de su hogar por las circunstancias de la vida, y que acaba recorriendo el mundo en un épico viaje repleto de momentos tan divertidos como tristes y hasta brutales. Nominada al Oscar a Mejor película internacional, esta producción polaca cuenta la clase de historia que nos enfrenta con nuestra naturaleza humana: tanto nuestra capacidad de ser violentos y despiadados con quienes no pueden defenderse, como de vernos reflejados en un ser tan pequeño como nosotros en la enormidad del mundo. Lee más en nuestra crítica completa.

Ellas hablan
Al comienzo de Ellas hablan (Women Talking), el público entra a la historia a ciegas. El escenario parece sacado de una película de época. ¿Siglo XVIII, tal vez? Después de todo, la ciudad en la que se desarrolla la película es bucólica y las mujeres que se presentan allí, conversando en un granero, están vestidas con ropa de hace bastantes décadas. El conflicto establecido por Sarah Polley, directora y guionista, también es confuso: fueron agredidas y ahora tienen que decidir qué hacer. ¿Enfrentarse a los hombres o partir? Todas estas dudas, que surgen rápidamente y se disipan lentamente, son intencionales. Entramos en la historia después de las agresiones –esta violencia, después de todo, ni siquiera merece ser fotografiada–. Lo que Polley quiere mostrar es la reacción, la lucha. Estas mujeres, aunque privadas de la escritura, la lectura y su propia voz, decidieron decir basta y están definiendo qué camino seguir. Algunas son más reactivas, otras más racionales. Pero poco a poco, el escenario se va construyendo y la discusión, que recuerda a 12 hombres en pugna, se va resolviendo. El hecho es que Ellas hablan, como sugiere su título original, no ofrece acción y movimiento, sino pensamiento, conversación y reflexión. No voy a entrar en detalles sobre lo que sucede en las vidas de Ona (Rooney Mara), Salomé (Claire Foy), Mariche (Jessie Buckley) o Greta (Sheila McCarthy), ni explorar esas cuestiones que planteé anteriormente. La sorpresa de descubrirlo es parte de la experiencia, que cabe describir como dolorosa. Estas mujeres están resistiendo, pero el dolor del pasado las acompaña y deja una herida abierta o una cicatriz aún tierna. La ambigüedad del tiempo se convierte en la jugada maestra de Polley y coloca a la película como una de las más emocionantes del Oscar 2023, a pesar de sus escasas nominaciones.
