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¿Por qué ver esta película?
Imagina una comedia mumblecore de las décadas de los 2000 y 2010, como ‘Compañeros de copa’ o ‘Frances Ha’, pero con un giro distópico que la hace parecerse más a ‘Niños del hombre’, de Alfonso Cuarón. Así podríamos comenzar a describir a ‘Un noviembre para recordar’ (‘Super November’), largometraje debut del director Douglas King escrito y protagonizado por la comediante Josie Long, de carácter independiente pero con grandes ambiciones políticas. La historia se sitúa en medio de una crisis política en Escocia, al mismo tiempo que una bibliotecaria (Long) conoce al que podría ser el amor de su vida. Cuando las cosas se complican en el país, los enamorados intentan seguir adelante a pesar de la distopía que se desata a su alrededor. Una película que, a pesar de sus limitaciones, propone una historia inteligente sobre el ascenso del fascismo y la ultraderecha, sin perder el sentido del humor.

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Josie cree haber encontrado a su alma gemela y no puede disimular la ilusión que le produce su nueva relación. Sin embargo, meses después de conocerse, las cosas ya no van tan bien, pues su relación comienza a deteriorarse al mismo tiempo que el malestar social en su país amenaza con un golpe de ultraderecha.
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Comedia

Wobble Palace
Película estadounidense de presupuesto diminuto que, situada en la víspera de la “era Trump” de Estados Unidos, pretende ser una cápsula del tiempo de la generación millennial, con todas sus excentricidades y complicaciones económicas, relacionales e identitarias. Wobble Palace sigue a una joven pareja al borde del colapso (ella queer y él, hetero), por lo que deciden separarse. Excepto que no lo hacen del todo: deciden dividir la casa que compartían los fines de semana, para así probar su vida separados. La película tiene varios momentos hilarantes y algunas revelaciones sobre las contradicciones de la generación. Con menos de hora y media de duración, es una opción divertida si buscas algo interesante y distinto.

La ley de Herodes
Probablemente la película que acabó de colocar a Luis Estrada en el mapa como uno de los principales exponentes de la sátira política en el cine mexicano, que refinaría después con propuestas como El infierno. Estrenada en 1999, ocaso del régimen de 70 años bajo el Partido Revolucionario Institucional (PRI), La ley de Herodes es ya un clásico que, en su microcosmos, expone cómo funciona el corrupto –y absurdo– sistema de la política mexicana bajo los dedazos, compadrazgos y el cinismo del partido. La historia se sitúa en el remoto y pobre pueblo de San Pedro de los Saguaros en 1949, cuando los habitantes ejecutan a su alcalde por intentar robar el dinero municipal. El PRI, de cara a unas importantes elecciones, decide poner a Juan Vargas (Damián Alcázar, en la primera de sus fructíferas colaboraciones con Luis Estrada) como un alcalde “títere” para controlar la situación entretanto. Pero las buenas intenciones iniciales de Vargas pronto se ven corrompidas por las retorcidas dinámicas de poder en el pueblo y en el partido, naturalmente resultando en un desastre.

¡Que viva México!
El director Luis Estrada (La ley de Herodes, El infierno, La dictadura perfecta) ya es bien conocido por sus sátiras sociales y políticas, y ¡Que viva México! se suma a su filmografía en la misma línea, contando la historia de un hombre de clase media (Alfonso Herrera), quien viaja con su esposa (Ana de la Reguera) e hijos a su ruinoso pueblo natal de La Prosperidad, donde su pobre familia lo espera para saber sobre la herencia que le ha dejado su abuelo. La película aborda aquí, de forma superficial y un tanto problemática, los conflictos, prejuicios y resentimientos de clase, sin llegar a plantear reflexiones y perpetuando muchos estereotipos. Con su duración por demás extensa, quizá valdrá más la pena para los seguidores más acérrimos de Luis Estrada. Lee más en nuestra crítica de ¡Que viva México!

Si tuviera 70
Después de una fin de semana muy salvaje, Rita (Diana Keaton) se da cuenta que tienes 40 años más. Sin desearlo ahora tendrá que convivir con su yo de 70 años de edad. Totalmente nos recuerda a ‘13 Gone 30’ , el miedo, la poca pericia y el inevitable paso de la edad hacen de esta comedia una gran opción para reír y divertirse.
