‘Ámsterdam’: al pájaro cuco no le importa nada ‘Ámsterdam’: al pájaro cuco no le importa nada

‘Ámsterdam’: al pájaro cuco no le importa nada

‘Ámsterdam’ reúne al director David O. Russell con Christian Bale, junto a John David Washington y Margot Robbie

Lalo Ortega   |  
6 octubre, 2022 2:14 PM
- Actualizado 10 octubre, 2022 12:58 PM

En algún punto de Ámsterdam, que llega a salas de cine mexicanas este 6 de octubre, ciertos personajes hablan sobre el pasatiempo de la observación de aves, en términos metafóricos sobre los acontecimientos de la trama. Dicho pasatiempo, dicen, les ha ayudado a entrenar el arte del discernimiento, de orientar la atención hacia donde importa.

Y luego mencionan a un ave en particular: el cuco. Hablan del pájaro como el parásito que es: un animal que invade los nidos de otros para reproducirse y subsistir. “No le importa nada”, resumen.

Para bien y mal, esta es una metáfora que se aplica para la nueva película del director David O. Russell (Los juegos del destino, Escándalo americano), tanto dentro como fuera de su narrativa, situada en los años 30.

Al inicio, Ámsterdam es fundamentalmente un misterio de asesinato, un whodunit. Luego de ser incriminados por el asesinato de su clienta (Taylor Swift en un brevísimo papel), quien solicita la autopsia de su padre senador al sospechar un complot; el doctor Burt Berendsen (Christian Bale) y su mejor amigo, el abogado Harold Woodsman (John David Washington), deben encontrar al verdadero culpable y limpiar sus nombres.

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Es una premisa bastante concisa, pero Russell –quien también firma el guión– se toma su dulce tiempo con rodeos para ponerla en marcha.

Porque primero hemos de aprender que Berendsen es un doctor deshonrado por sus suegros clasistas y racistas, y enviado por ello a combatir en la Primera Guerra Mundial, donde conoce a Woodsman. El destino los lleva a ser gravemente heridos y a conocer a Valerie (Margot Robbie), una vibrante enfermera y artista con la que viven juntos en Ámsterdam desde el final de la guerra y hasta que el deber llama a Berendsen de regreso a Estados Unidos.

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Tres amigos atrapados en un complot más grande que cualquiera de ellos (Crédito: 20th Century Studios)

Lo que seguirá es una historia que intenta repartir sus dos pies entre los territorios de la comedia, el romance y el thriller de espionaje, conforme el trío de amigos de la guerra se enredan en una telaraña que conduce hasta las altas esferas del poder político mundial. En el camino, relaciones románticas se forman, se dañan y se restauran.

En otras palabras, suceden demasiadas cosas a la vez y no todas son necesarias si consideramos que muchos de los personajes son accesorios. El elenco es completado por nombres como Anya Taylor-Joy, Rami Malek, Zoe Saldaña, Chris Rock, Michael Shannon, Michael Myers y Andrea Riseborough, pero menos de la mitad de ellos son esenciales para la narrativa. Un guión al que le habría venido bien un poco de observación de aves.

A decir verdad, incluso el trío protagónico de Bale, Washington y Robbie resulta inconsecuente en ciertos momentos. Pareciera que las películas de Russell tienden a ser mejores cuando se enfocan en menos personajes con intereses más personales: una carrera de boxeo en El peleador o un par de matrimonios condenados en Los juegos del destino, por ejemplo.

Pero aquí, el desarrollo individual de los protagonistas se pierde en la multitud, provocando que rara vez se sientan como más que peones en el gran esquema de las cosas. La historia, en realidad, es un recuento ficticio del Complot de negocios (Business Plot), una conspiración fascista de empresarios que buscaban derrocar al presidente Roosevelt en 1933, inspirados por Mussolini en Italia y Hitler en Alemania.

Este trasfondo, con Robert De Niro como una versión ficticia del general Smedley Butler, abarca el último tercio del enredado guión. También es la parte más interesante y, probablemente, lo único no tan olvidable una vez que corren los créditos.

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En Ámsterdam, Robert De Niro es Gil Dillenbeck, una versión ficticia de Smedley Butler (Crédito: 20th Century Studios)

En última instancia, Ámsterdam se convierte en una historia sobre luchar contra el fascismo (hablando de cucos) para evitar se apodere de nuestras sociedades, algo que resultaba tan relevante por aquellos años del siglo XX, como ahora en el XXI. Russell también añade una condena a la impunidad de los criminales a pesar de la evidencia, un movimiento osado viniendo de alguien que, rodeado de controversias extremadamente problemáticas, no había estrenado una película en siete años (hablando de cucos…).

Los discursos en favor de la aceptación y en contra de la intolerancia siempre serán valiosos. Pero han sido expresados mejor por directores más capaces.

Ámsterdam ya está en salas de cine mexicanas. Para saber más de la película, ver el tráiler o comprar boletos, entra a este enlace.