‘Argentina, 1985’: el cine que hace memoria histórica ‘Argentina, 1985’: el cine que hace memoria histórica

‘Argentina, 1985’: el cine que hace memoria histórica

Protagonizada por Ricardo Darín y Peter Lanzani, ‘Argentina, 1985’ es una crónica del juicio civil a la dictadura militar

Lalo Ortega   |  
14 octubre, 2022 1:58 PM
- Actualizado 25 octubre, 2022 10:33 AM

¿Cuál es el encanto de las películas “basadas en hechos reales”? Definitivamente hay cierto morbo en ello cuando se trata de cuestiones dolorosas. Pero también es cierto que alguna búsqueda de inspiración hay en los actos de lucha, superación o hasta heroísmo representados en pantalla. Argentina, 1985, en cierto modo, tiene algo de ambas.

Pero la película dirigida por Santiago Mitre no se basa en cualquier hecho real, sino en el que quizá es uno de los acontecimientos clave para la existencia de la democracia de la nación sudamericana. Se trata sobre el juicio civil a las Juntas militares, el órgano supremo de la dictadura militar, acusadas de brutales represiones ilegales entre 1973 y 1983.

Argentina, 1985
El equipo jurídico que se enfrenta a la dictadura (Crédito: Tulip Pictures / Prime Video)

El caso fue llevado por el veterano fiscal Julio Strassera (interpretado aquí por un impecable Ricardo Darín) y su joven adjunto, Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani, de El clan). A contrarreloj, bajo constantes amenazas y sin más ayuda que la de un equipo jurídico de jóvenes novatos, deben reunir testimonios y evidencia de que la represión fue sistemática para enjuiciar a las cabezas militares de la dictadura.

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Tal sinopsis nos basta para situar a Argentina, 1985 firmemente en el terreno del drama legal (con elementos de thriller), en su acepción más convencionalmente hollywoodense. Los protagonistas son enfrentados contra un reto casi imposible al que sobreponerse. En la sala de juicios, presenciamos los dolorosos testimonios de víctimas. Intereses políticos se mueven, la sombra de la violencia se cierne sobre Strassera y Ocampo. Los héroes dudan, se cuestionan.

Es una narración predecible, cuyo desenlace –incluso para quienes no conozcan la historia ni por Wikipedia– se ve venir prácticamente desde el comienzo de un metraje que nos presenta montajes de jóvenes optimistas recabando pruebas por toda Argentina, en contrapunto a villanos que son malos, malos, sin un atisbo de complejidad que, por lo menos, los haga distinguibles unos de otros (aunque tampoco es que merezcan una representación más rica, mucho menos una justificación).

Argentina, 1985
La película recrea el testimonio de Adriana Calvo de Laborde, uno de los más brutales del juicio (Crédito: Tulip Pictures / Prime Video)

Argentina, 1985 es, pues, la clase de película diseñada para emocionar: los close-ups expresivos se intercalan correctamente con los planos panorámicos de rostros consternados en la sala de juicio, conjugados con la música emotiva en el momento justo. Es casi manipuladora, pero al encontrar una causa en la memoria histórica, también se vuelve didáctica.

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Uno de los elementos más interesantes del guión, escrito por Mitre y Mariano Llinás (La flor), es que no nos presenta a un protagonista impulsado por un idealismo implacable, pero tampoco por un cinismo descarado ni por un hambre de redención.

Está escrito (y brillantemente interpretado por Darín) como un hombre adormecido por esa apatía engendrada por el miedo. Un padre de familia que, ante el temor por sus hijos y su esposa, se mantuvo al margen durante la dictadura. “La historia no la hicieron tipos como yo”, dice casi aterrado cuando se confirma que él tendrá que llevar el caso de enjuiciamiento más importante de la historia argentina.

El personaje de Strassera/ Darín es el del ciudadano ordinario y falible que es llamado a enfrentar una situación extraordinaria, a pesar de los miedos y errores pasados. Hasta cierto punto también lo es Moreno Ocampo/ Lanzani, abogado proveniente de una acomodada familia militar de clase media, que lo desprecia  por involucrarse en el caso. Su propia madre, teme, jamás se convencerá de que él está haciendo lo correcto.

Argentina, 1995
Peter Lanzani interpreta a Luis Moreno Ocampo (Crédito: Tulip Pictures / Prime Video)

No es que Argentina, 1985 intente convencer a nadie, pero su didactismo formal busca ser un recordatorio: de que terribles cosas sucedieron en un pasado cada vez más distante (que no debe olvidarse jamás) y que los más jóvenes no han vivido de primera mano; y de que es posible hacer lo correcto. A pesar del miedo, o de la impunidad.

Hay, para dicho propósito, varias licencias dramáticas. Como señala Marianela Scocco para Página 12, hay elementos clave para el ascenso de la democracia y el enjuiciamiento de la dictadura, como la movilización social, que son omitidos de la película.

El objetivo, evidentemente, es lograr una narrativa más económica, y el propio guión parece reconocerlo. En la secuencia en la que Strassera trabaja en su alegato final, sus amigos señalan que debe ser menos técnico, más emotivo.

Para crear memoria histórica entre el gran público, el cine también debe ser menos técnico y más emotivo. Para ese objetivo fundamentalmente político, Argentina, 1985 logra el crucial cometido de recordar el llamado con el que el país se organizó en su repudio colectivo del terrorismo de Estado: “Nunca más”.

Argentina, 1985 ya está en salas de cine selectas y llegará a Prime Video el 21 de octubre de 2022. Para saber más sobre la película, ver el tráiler y comprar boletos, entra aquí.