Crítica de ‘EO’: vida de burro Crítica de ‘EO’: vida de burro

Crítica de ‘EO’: vida de burro

‘EO’ compite por el Oscar a Mejor película internacional. Aquí nuestra crítica.

Lalo Ortega   |  
9 marzo, 2023 1:59 PM
- Actualizado 22 marzo, 2023 1:08 PM

Películas sobre animales arrancados por el azar hacia viajes épicos, existen (quizá sorprendentemente) más que suficientes. Están, por ejemplo, las propuestas más inocentes e infantiles como Volviendo a casa o Mis huellas a casa. EO –ganadora del Premio del Jurado en Cannes que llega a salas de cine este 9 de marzo– podría ser descrita como una variación adulta de la fórmula.

Sin embargo, no podemos dejar de aludir –con cierta obviedad– al clásico de Robert Bresson, Al azar de Baltasar (1966). Si la relación no era evidente –ambas son protagonizadas por burros–, la película del octogenario Jerzy Skolimowski fue concebida, esencialmente, como una interpretación contemporánea de la Bresson.

Para los conocedores del clásico francés, esta información ya brinda la clave de los intereses temáticos de EO. Sin embargo, formalmente, esta versión de Skolimowski no podría ser más distinta.

EO
EO es la odisea de un burrito arrancado de su hogar (Crédito: Cine Caníbal)

¿De qué trata la película EO?

Así como su congénere Baltasar, el burrito EO es una víctima de los caprichos del azar y de los altibajos de la naturaleza humana. Su historia comienza como un animal de circo, donde vive junto a su amada Kasandra (Sandra Drzymalska). Sin embargo, es arrancado de su hogar cuando una nueva legislación determina que los circos cometen crueldad contra los animales y que todos ellos deberán ser reubicados (¿recuerdan cuando sucedió lo mismo en México? Buenos tiempos…).

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Así, en resumidas cuentas, el asno queda a la deriva en una odisea tan peligrosa como graciosa, cruel y tierna al mismo tiempo. Comparte establo con sementales, trabaja en ranchos para niños con síndrome de Down, se pierde en el bosque y acaba en una mansión, entre otras inusuales paradas.

Aunque sus viajes son superficialmente distintos, el de EO y el de Baltasar son, en fundamento, el mismo. El burrito en la película de Bresson es, también, arrancado de su libertad inocente para, después, ser separado de su amada humana (Anne Wiazemsky) y ser utilizado como animal de carga. Son dos animales que pasan de mano en mano, producto de intereses individuales o caprichos de la suerte.

Al azar de Baltasar
EO reinterpreta Al azar de Baltasar, de Robert Bresson (Crédito: Janus Films)

Sin embargo, mientras Bresson prefiere que su asno sea el conducto de una narrativa que suele enfocarse más en las circunstancias humanas, ​​Skolimowski pone al suyo como el protagonista, desde cuya perspectiva observamos a la humanidad. Paradójicamente, también nos vemos a nosotros mismos en él.

EO de Skolimowski vs. Baltasar de Bresson

El estilo visual y performativamente minimalista de Bresson es, aquí, sustituido por una perspectiva narrativa casi enteramente subjetiva, exaltada por una experimentación visual que, en efecto, nos ayuda a ver el mundo de EO desde los ojos de un burro.

Skolimowski echa mano de recursos fotográficos y tecnológicos contemporáneos para exaltar la experiencia de su animal protagonista. La visión de los drones acentúa la enormidad del mundo –y la pequeñez del asno y de nosotros en él–. La lente gran angular distorsiona la visión a nivel de piso en los planos subjetivos. La luz de estrobo roja, netamente expresionista, exacerba la violencia omnipresente, y tantas veces injusta.

EO
Visualmente, hay pasajes que bordean el surrealismo y el expresionismo (Crédito: Cine Caníbal)

Y contrario a su monolítico referente, Skolimowski no rehúye a los acentos emocionales, sino todo lo contrario. Desde el comienzo, por medio de recursos como pasteles de cumpleaños y simbolismos como una rana siendo arrastrada por la fuerza del río, el director deja clara su intención de enternecernos con el animal para identificarnos con él, sin llegar a humanizarlo. ¿Un recurso tramposo, quizá, por nuestra propensión a sentir por los más indefensos?

Habría que argumentar lo contrario. Es posible que sintamos todavía mayor compasión por el burro gracias a su inocencia inherente. A lo mejor nos compadecemos de los animales porque los vemos más indefensos que nosotros. Pero, ¿acaso nosotros no somos iguales, andando la Tierra a merced de la compasión fortuita y el azar más brutal?

Isabelle Huppert en EO
Isabelle Huppert tiene una breve participación en EO (Crédito: Cine Caníbal)

EO es, gracias a esa inocencia en la que podemos identificarnos todos, una obra de arte que refleja el mundo en toda su belleza y su fealdad, su ternura y su violencia, su humanidad y su crueldad. Y, sin titubeos, nos enfrenta con la idea de que todos somos como un burrito, a expensas de lo que la suerte y sus caprichos tenga preparado para nosotros.

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EO ya está en salas de cine. Para saber más de la película y comprar boletos, entra aquí.