‘Ferrari’: verdades y mentiras en la película de Michael Mann

El regreso de Michael Mann (Fuego contra fuego) como director con Ferrari, ocho años después de Hacker, es uno de sus grandes proyectos de vida. Se ha escrito mucho sobre sus intentos de filmar este proyecto durante más de 30 años, considerando incluso a actores como Robert De Niro y, luego, Christian Bale para interpretar a Enzo Ferrari. Sin embargo, el papel finalmente recayó en Adam Driver (Historia de un matrimonio).

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A pesar de haber estado en producción durante tanto tiempo, la película cambió un poco en términos narrativos. La versión final cuenta la historia que Mann siempre quiso contar: la vida de Enzo Ferrari en uno de sus momentos más turbulentos, cuando estaba en un matrimonio amargo con Laura (Penélope Cruz) y con la empresa automotriz, fundada por ambos, al borde de la quiebra. Es en medio de este caos que Mann entra con su cámara e invita al espectador a conocer más sobre la historia del poderoso “commendatore” italiano.

Piero Ferrari, actual vicepresidente de la empresa e hijo nacido fuera del matrimonio de Enzo, aprueba la película y dice que todo lo narrado en ella sucedió tal cual, lo que dificulta un poco encontrar “mentiras” o imprecisiones para un artículo como este. Según él, lo que sucede en la película es “realmente lo que ocurrió”, especialmente la forma en que captura la motivación de su padre. “Mi padre era una persona que siempre estaba mirando hacia adelante, avanzando, nunca mirando hacia atrás”, dijo.

Verdades y mentiras en la película Ferrari, de Michael Mann

¿Enzo Ferrari tenía un matrimonio problemático con Laura Garello?

Verdadero. Punto central en la trama de Mann, la relación entre Enzo y Laura se desmoronó después de la muerte del único hijo de la pareja, Dino, quien tenía una salud delicada. Brock Yates, cuyo libro de 1991, Enzo Ferrari: The Man, the Cars, the Races, the Machine, inspiró la película de Mann, relata que ambos vivían simplemente una “relación de apariencias” en el período en que se desarrolla la película, en la década de 1950. Recordemos que Laura y Enzo se casaron en 1923.

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“Aunque hay innumerables fotos de la pareja en varias carreras a principios de los años 1920, él pronto se convirtió en el esposo italiano tradicional, buscando conquistas sexuales no por placer, sino por gratificación del ego. Ferrari estuvo obsesionado con el sexo durante la mayor parte de su vida, y probablemente fue a los pocos meses que sus votos matrimoniales se rompieron. Años después, comentó con Romolo Tavoni, un veterano gerente de carreras y asociado cercano, que ‘un hombre siempre debe tener dos esposas'”, explica Yates, en un extracto del libro resaltado por Time.

Es importante recordar también que el divorcio no estaba bien visto en la Italia de los 50, por lo que Laura y Enzo evitaron en la medida de lo posible una separación. Esto también podría haberles causado problemas legales, ya que Laura tenía parte de la propiedad de Ferrari.

¿La muerte del hijo afectó a la pareja?

Sí. Pero hay que decirlo: aunque la película muestra un gran resentimiento por parte de Laura, que no acepta la muerte de su único hijo, hay que recordar que Enzo ya engañaba a su esposa al principio del matrimonio, incluso antes del nacimiento de Dino. Es evidente que la muerte del hijo fue un agravante, pero no fue el único hecho que afectó al matrimonio.

A principios de la década de 1960, cuando salía con tres mujeres al mismo tiempo y se sentía desilusionado con sus matrimonios y triste por su hijo, Ferrari escribió: “Estoy convencido de que cuando un hombre le dice a una mujer que la ama, sólo quiere decir que la desea y que el único amor perfecto en este mundo es el de un padre por su hijo”, dijo.

¿Enzo Ferrari era un hombre elegante?

No exactamente. Tan pronto como salí de la función para prensa, escuché un comentario detrás de mí, de una periodista, destacando cómo el dueño de Ferrari debió haber sido un hombre “guapo y elegante”. Sobre ser guapo, cada uno puede tener su opinión. Sin embargo, hay registros de que Enzo era un hombre bastante desagradable en términos de modales, por lo que podríamos imaginar que la elegancia que vemos en Ferrari proviene más de la actuación de Driver.

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Yates explica que Ferrari, implacable en su búsqueda de “conquistas sexuales”, siempre estuvo involucrado con “mujeres llamativas y muchas veces inútiles”. También era conocido por ser grosero en las cenas, rascándose la entrepierna y eructando en voz alta.

¿Laura realmente estaba involucrada en la administración de Ferrari?

Sí. Especialmente después de la muerte del hijo, Laura comenzó a participar activamente en las decisiones comerciales, aprovechando gran parte de las acciones que tenía en su poder. John Nikas, escritor y experto en historia de automóviles que fundó el Salón de la Fama de Automóviles Deportivos Británicos, también explicó a Time cómo Laura participaba en (pero también obstaculizaba a) Ferrari.

“Después de la muerte de Dino, en 1956, debido a una enfermedad misteriosa, Laura se involucró mucho más en las operaciones de la empresa Ferrari en Modena, a menudo merodeando por el lugar y dificultando la vida de los empleados”, dice Nikas. Por otro lado, Ferrari se centró en los coches de carreras, tan emocionalmente distante de sus pilotos como de las mujeres que perseguía. “El único interés de Ferrari era ganar. Realmente no le importaban los conductores”.

¿Enzo tenía un hijo fuera del matrimonio?

Sí, como mencionamos al principio del texto. Durante su período de turbulencia martial, según Yates, Ferrari buscó refugio en Lina Lardi (interpretada en la película por Shailene Woodley), una mujer que conoció alrededor de 1944, cuando tenía 46 años. Ella dio a luz a Piero aproximadamente un año después, el 22 de mayo de 1945.

Aunque al principio no lo admitía, Enzo convivió con el niño en sus escapadas a la casa que mantenía para su amante, llevándolo incluso a la tumba de su hijo fallecido.

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Publicado primero en la edición brasileña de Filmelier News.