12 películas como 'Vidas pasadas' para ver online

El largometraje debut de Celine Song, nominado al Oscar, es una poderosa historia sobre un amor que pudo ser, pero que fue frustrado por circunstancias trágicas. Trata sobre Na Young (Greta Lee) y Hae Sung (Teo Yoo), amigos de la infancia que se separan cuando ella deja Corea del Sur para irse a vivir a Toronto. El destino habrá de reunirlos en futuros distintos a lo que habían imaginado para reflexionar, precisamente, sobre sus vidas pasadas: todo lo que podría haber surgido entre los dos si las cosas hubieran sido distintas.

Nuestro editor no para de hablar sobre lo mucho que Vidas pasadas le recordó a este clásico de Wong Kar-Wai. Para ser justos, podría ser una comparación atinada. Deseando amar (mejor conocida por su título internacional, In the Mood for Love) es una película que destila melancolía. Su trama sigue a un hombre (Tony Leung) y una mujer (Maggie Cheung), quienes descubren que sus respectivas parejas les engañan entre sí. Lo que comienza como una amistad catártica pronto se convierte en un amor tan inesperado como imposible, narrado con una sensualidad nostálgica que te hará querer llamar a tu ex.

Aunque en un terreno más similar al de Vértigo, de Alfred Hitchcock, La decisión de partir del cineasta coreano Park Chan-wook también es, en su médula, una historia de amor trágico. El detective Jang Hae-jun (Park Hae-il), ya casado, investiga la misteriosa muerte de un hombre, lo que lo conduce a conocer a su viuda, Song Seo-rae (Tang Wei), una inmigrante china. Una atracción inapropiada surge entre ambos, y poco a poco se convierte en una obsesión que hace cuestionar a Hae-jun si será verdad lo que cree saber del caso.

“Nos vemos en Montauk”. La frase viene de Eterno resplandor de una muerte sin recuerdos, película que no sólo es mencionada en Vidas pasadas, sino que cobra un sentido distinto en la película de Celine Song: Montauk es donde Na Young conocerá a Arthur (John Magaro), quien se convertirá en su esposo. Ambas películas dialogan abiertamente, pues ambas abordan temas sobre amor y arrepentimiento de maneras que, eso sí, son muy distintas.

Aunque su discurso se dirige hacia rumbos distintos, la francesa Retrato de una mujer en llamas tiene con Vidas pasadas varios elementos en común. En concreto: un romance imposible, vivido fugazmente. Pero aquí, la narración es en retrospectiva, desde la perspectiva de una de las mujeres (Noémie Merlant) que lo vivió y que, a pesar de las circunstancias, aún mantiene ese fuego vivo por otra (Adèle Haenel).

En Vidas pasadas, el telón de fondo de las ciudades es tan importante como los personajes mismos, pues definen sus identidades cambiantes, sus diferentes caminos y sus eventuales destinos, transformando sus vidas y provocando un sentimiento de nostálgica dislocación por estos desplazamientos. Esa misma sensación es compartida por los melancólicos protagonistas de Perdidos en Tokio, de Sofia Coppola, que trata sobre un actor venido a menos y en plena crisis de mediana edad (Bill Murray), quien viaja a Tokio para filmar un comercial. Ahí conoce a una joven mujer (Scarlett Johansson), que se casó tan pronto como se graduó de la universidad con un fotógrafo que no le brinda atención.

La vida suele llevarnos por caminos que no esperamos, y nos deja encontrar el amor en lugares y formas que no anticipamos. De eso va la historia de Cha Cha Real Smooth, un romance sobre un recién graduado de la universidad (Cooper Raiff) que, en un periodo de inestabilidad, fragilidad y dudas, conoce a Domino (Dakota Johnson), una joven madre que vive sola con su hija, pues su prometido vive en otra ciudad. Sentimientos afloran, pero las consecuencias no son las que ninguno de ellos anticipa.

Aunque como tal, Regreso a Seúl no es una historia romántica, sí comparte con Vidas pasadas un tema fundamental: la manera en que las identidades son moldeadas por la migración, y la eventual dislocación que surge al regresar al lugar de origen, pero al que no se pertenece. Esta es la historia de Freddie (Ji-Min Park), una joven mujer de origen surcoreano pero adoptada por padres franceses, que impulsivamente decide ir al país asiático a rastrear sus raíces –y los motivos por los que fue puesta en adopción–.

En la película de Celine Song, los personajes se preguntan constantemente por el “hubiera”. En La peor persona del mundo, de Joachim Trier, Julie (Renate Reinsve) no sólo se pregunta, sino que decide ir en busca de las respuestas. Cuando la impulsiva protagonista percibe que hay algo que falta en su vida, se aventura a buscarlo. Las consecuencias no siempre son las esperadas, pero la lección es la misma: hay que andar esos caminos para crecer.

Pocas obras cinematográficas logran seguir la evolución del amor a través del tiempo como lo hace la Trilogía Before de Richard Linklater. Sin embargo, si hay que elegir la entrega más similar en temática a Vidas pasadas, tendría que ser la segunda, Antes del atardecer. No vemos el amor joven y esperanzado de la primera película, ni las complicaciones y resentimientos que vienen con la madurez. Vemos a dos personas que han recorrido sus propios caminos y vivido sus propias experiencias, pero cuestionando si fueron las correctas.

La francesa Mia Hansen-Løve es una maestra de las historias minimalistas, pero poderosas que, como Vidas pasadas, sólo requieren a sus personajes, sus problemas y sus sentimientos para crear algo verdaderamente poderoso. En Una linda mañana, la posibilidad del amor está a flor de piel en la vida de Sandra (Léa Seydoux), una joven viuda que debe lidiar con cuidar a su hija, a un padre viejo con una enfermedad degenerativa, y un posible romance con un viejo amigo.

El paso del tiempo es uno de los grandes personajes de Vidas pasadas, cuyas vidas corren paralelas sin realmente cruzarse. El mismo tiempo juega un rol fundamental en el romance y ciencia ficción del anime Your Name., donde una chica del Japón rural y un chico de Tokio comparten una conexión especial cuando, por arte de magia, comienzan a intercambiar cuerpos y vivir la vida del otro. Hay una verdad más profunda y trágica en este fenómeno, sin embargo, que desafía su conexión.

Una de las últimas películas del iraní Abbas Kiarostami. En Copia fiel se entrecruzan reflexiones profundas sobre la autenticidad del arte y sus reproducciones, o copias. Estas reflexiones se extienden también a la naturaleza del amor, en una historia que, en apariencia, es el romance espontáneo entre un escritor (William Shimell) y una comerciante de antigüedades (Juliette Binoche), que se conocen en la Toscana. La verdad, sin embargo, es más complicada, y sugiere pensamientos complejos sobre la posibilidad de “reproducir” el amor.