Comenzamos con la que es, quizá, una de las películas de culto más populares de la historia, con apasionados seguidores por todo el mundo que la han adoptado como un estandarte LGBT (y con razón). ‘El show de terror de Rocky’ es un estrafalario musical en el que una pareja, varada en medio de la nada, pide refugio en un castillo cercano. Ahí conocen al científico Frank-N-Furter y atraviesan una experiencia que les revela nuevas formas de placer.
Puede que ‘El show de terror de Rocky’ sea de los filmes más populares de esta lista. Sin embargo, por su naturaleza, su historia con la censura y su milagrosa revalorización tres décadas después de su estreno, ‘Fenómenos’ (‘Freaks’), de Tod Browning, quizá sea la película de culto por excelencia. Su trama sigue a un grupo de personajes deformes y mutilados de un circo ambulante, uno de los cuales recibe una herencia millonaria. Entonces la bella trapecista del grupo hace un plan para seducirlo, pero se vuelve víctima de una poderosa venganza cuando se descubren sus intenciones.
Edificios con estilo art déco en deslumbrantes colores primarios, luces multicolor cambiantes y chorros de sangre definen al clásico de culto ‘Suspiria’, una experiencia entre el horror y los cuentos de hadas que compensa las carencias de lógica o profundidad en su guion, con una estética alucinante que ha marcado a generaciones de cineastas. La historia es sencilla: una inocente bailarina estadounidense llega a una prestigiosa academia de danza en Alemania, pero una serie de extraños sucesos revelan que algo más siniestro se esconde bajo la superficie.
Uno de los clásicos de culto obligados que dejó la década de los setenta. La infinitamente citable ‘Los Guerreros’ (más conocida como ‘The Warriors’) se sitúa en una versión de Nueva York gobernada por los “ejércitos de la noche”, violentas pandillas callejeras. Cuando una reunión en el Bronx termina con el asesinato de un líder, la pandilla homónima es incriminada por sus rivales, por lo que tendrán que librar una guerra callejera para regresar a Coney Island.
Dan Aykroyd es más recordado por su rol en ‘Los cazafantasmas’, pero quizá el mejor papel de su carrera, junto a John Belushi, fue en ‘Los hermanos caradura’ (o ‘The Blues Brothers’). Fácilmente una de las películas de culto más queridas de los ochenta, trata de dos hermanos en una misión para reunir a su banda y dar un concierto para salvar el orfanato en el que crecieron, mientras esquivan neonazis y a una desquiciada mujer que busca matarlos.