Crítica: ‘Baghead’ es terror con buenas ideas en una trama genérica

Es impresionante cómo Baghead: Contacto con la muerte –que llega a salas de cine de México este 7 de febrero– no tiene ni un solo concepto que sea realmente original. Dirigida por Alberto Corredor (quien dirigió, en 2017, el cortometraje que inspiró la película), la película cuenta una historia con una idea interesante: una joven hereda una casa que trae consigo a una bruja que vive en el sótano.

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Puede parecer un concepto burdo en principio, especialmente al combinar a una bruja con un sótano, algunos de los recursos más básicos y perezosos del cine de terror, pero es una idea que convence. Después de todo, más que ser una bruja vagando por ahí y dando sustos en la oscuridad, la película trata sobre una criatura que permite que las personas vivas se comuniquen con los muertos.

Esto crea un nuevo mundo de oportunidades para Iris (Freya Allan, de The Witcher), la joven que heredó la casa pero no tiene un centavo en el bolsillo. Ella hace algo que su padre, fallecido mientras intentaba enfrentar a la bruja, ya no quería hacer: vender el tiempo de la bruja a personas que quieren comunicarse con sus seres queridos fallecidos. Sin embargo, obviamente, la bruja cobra un precio por ello.

Baghead y Háblame: separados al nacer

Es decir, es la misma trama que Háblame, uno de los mayores éxitos del género durante el año pasado. Ambas películas hablan sobre personajes que terminan involucrándose demasiado con un artefacto maldito (aquí, la bruja; en la otra, una mano embalsamada maldita), precisamente para comunicarse con los muertos, con sus protagonistas cayendo bajo maldiciones inesperadas.

Freya Allan, la protagonista de Baghead, no tiene el mismo atractivo en escena que Sophie Wilde de Háblame. No tenemos gran conexión con la historia del personaje más allá de lo que está sucediendo en pantalla, y eso nos aleja de la trama de la película. Al parecerse tanto a una película tan reciente y sin nada de especial para destacar ante la misma, Baghead palidece.

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Esta falta de originalidad en la película (que de ninguna manera podemos llamar plagio, pues se basa en un cortometraje ñanzado hace casi siete años) es casi imposible de ignorar cuando el guión de Christina Pamies y Bryce McGuire (de la reciente Aguas siniestras) fracasa en desarrollar la historia. El intento de crear una mitología detrás de la bruja, que finalmente aparece en los últimos veinte minutos de proyección, no es más que un hueco narrativo.

Visualmente, la película tampoco llega muy lejos. La bruja lleva una bolsa en la cabeza que recuerda a la primera versión de Jason en el clásico de terror trash Viernes 13: Parte 2 –aunque existen grandes diferencias entre el monstruo de esa película de terror y el asesino. Por momentos, el sótano recuerda al concepto que vemos en otra excelente propuesta de terror, Bárbaro.

Baghead juega su mejor carta hasta el final

Después de pasar alrededor de 70 minutos con esta trama absolutamente genérica y sin vida, el gran atisbo de audacia de Baghead llega en los últimos 20 minutos. Es cuando un personaje externo regresa a la casa donde está Iris y las cosas se descontrolan. Corredor no logra crear satisfactoriamente la atmósfera de terror para el momento –de hecho, el director es uno de los grandes problemas de la película–, pero la tensión por el conflicto se surge se siente casi de forma natural.

Y luego está el giro de tuerca final, que es lo mejor de la película. Me atrevo a decir, de hecho, que si la película hubiera adelantado este giro a la mitad de la trama, jugando con la identidad de la bruja, habría sido mucho mejor. Sin embargo, atrapada en situaciones, escenarios y monstruos que no son nada novedosos, Baghead es una de esas películas olvidables que, con el tiempo, serán eclipsadas en la memoria por otras historias tan similares pero mucho mejor ejecutadas.

Baghead: contacto con la muerte llega a salas de cine de México el 7 de febrero. Entra aquí para comprar boletos.

Publicado primero en la edición brasileña de Filmelier News.