Crítica de ‘Desaparecer por completo’: la tragedia de ver demasiado
A través del terror y el suspenso, ‘Desaparecer por completo’ reflexiona sobre la deshumanización por medio de las imágenes. Checa la crítica.
11 abril, 2024 5:45 PM
Es apropiado que, en su primera secuencia, Desaparecer por completo –en Netflix a partir del 12 de abril– aluda directamente a Enrique Metinides, el legendario fotógrafo de nota roja y, posiblemente, mayor cronista gráfico de la violencia cotidiana en la historia de la Ciudad de México.
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De Sontag a Metinides
También es apropiado el epígrafe que el director y coguionista, Luis Javier Henaine (Solteras) emplea para iniciar Desaparecer por completo: en lo que a la fotografía se refiere, todos los caminos llevan a Susan Sontag. La ensayista, que reflexionó sobre el propósito de la fotografía como documento de la violencia y como objeto de consumo, o como fetiche. Necesario tenerla en mente para aproximarnos al mundo de Santiago, quien registra la violencia de forma cotidiana, encuentra evidente placer en ello, y vende su trabajo para su explotación en el consumo masivo. Diálogos sueltos de otros personajes cuestionan la ética de sus fotografías, incluso. Henaine alude, evidentemente, a la deshumanización del personaje, demasiado enfocado en el placer de su trabajo para conectar con la vida diaria, específicamente con Marce. Correr a perseguir la nota es prioridad sobre la noticia de que tendrá un hijo. La pareja discute sobre si tener al bebé o no: él cree que lo mejor es no hacerlo, pues el mundo es demasiado cruel. Ella, que también ve a la muerte de frente todos los días, piensa diferente, es capaz de ver la esperanza y la belleza de la vida. Desaparecer por completo lleva la deshumanización alegórica de su protagonista al plano literal cuando, a través de la pérdida de sus sentidos, ve truncado su nexo con el mundo, con la experiencia humana. Cuando el gusto se esfuma, sabe que en los siguientes cuatro días irá perdiendo todo lo demás (incluida, crucialmente, la vista). En un inicio, la narración de Henaine transita con éxito por la delgada línea de la ambigüedad –¿lo que le sucede a Santiago es provocado por un un golpe en la cabeza, o hay algo siniestro y sobrenatural en juego. Sin embargo, en la búsqueda de Santiago por no perder su humanidad, el guión se decanta por perseguir la resolución de un misterio, con resultados irregulares.Desaparecer por completo y el terror de los sentidos
Hasta podría decirse que la película transita, por momentos, el camino del noir: el protagonista comienza a tomar decisiones de cuestionable moral, y su investigación lo conduce a los rincones de la intriga política y hasta la santería. Director y guionistas acaban por ponerle rostro (o algo parecido) y explicación a la tragedia de Santiago. Es una pena, pues Desaparecer por completo es más potente cuando se trata de la batalla del protagonista por su humanidad, en contra de su propia profesión. Sin embargo, sí hay que destacar el fenomenal trabajo de fotografía (Glauco Bermudez) y diseño sonoro (José Miguel Enriquez, Selva trágica), que en conjunto logran recrear lo que sólo puede ser descrito como la experiencia de sofocarse dentro del propio cuerpo.- Te puede interesar: MaXXXine: tráiler, estreno y todo sobre la película de terror con Mia Goth