Crítica: ‘El exorcista: creyentes’ no entiende la grandeza de la original Crítica: ‘El exorcista: creyentes’ no entiende la grandeza de la original

Crítica: ‘El exorcista: creyentes’ no entiende la grandeza de la original

‘El exorcista: creyentes’ no tiene ni el fondo del clásico de William Friedkin, ni la competencia mínima para entretener. Checa la crítica.

Lalo Ortega   |  
4 octubre, 2023 1:40 PM
- Actualizado 19 octubre, 2023 1:52 PM

Con motivo del estreno de El exorcista: Creyentes (The Exorcist: Believer) este 6 de octubre, varios cines (al menos aquí en México) reestrenaron en cartelera el clásico original de William Friedkin. Cuando suceden estos reestrenos, es fácil subestimar su poder de convocatoria a medio siglo de su primer impacto. Para mi grata sorpresa, si bien no fue una sala llena, me encontré con mucha compañía a pesar de ser un lunes por la noche.

El exorcista de Friedkin ha sido señalada varias veces como “la película más aterradora” de todos los tiempos. Sea acierto o exageración, el hecho es que la película caló profundo en la psique colectiva de Occidente –y en especial de los Estados Unidos– por lo que representaba.

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Era, podría decirse, una escalofriante alegoría de una sociedad que había perdido el rumbo en la tormenta de una identidad hipócrita, más allá de –o quizá gracias a– lo impactante de sus imágenes y de su trama sobrenatural. Friedkin, junto con el novelista y guionista William Peter Blatty, echaron mano del terror para colocar un espejo ante una colectividad que, a pesar de la conmoción, no podía dejar de mirar.

El exorcista: creyentes, tristemente, demuestra una incapacidad casi hilarante para capturar estas sutilezas y matices, como para trasladarlos a nuestro mundo actual y siquiera intentar construir algo sobre ello. Y es, además, incompetente hasta para ser entretenimiento trivial y palomero.

Otra película de posesiones

La trama de El exorcista: creyentes comienza en la época actual con Victor Fielding (Leslie Odom Jr.), quien cría solo a su hija adolescente, Angela (Lidya Jewett), luego de que su esposa muere en el terremoto de Haití en 2010.

Un día, Victor deja a Angela en la escuela, sin saber que ella, bajo la excusa de ir a estudiar en casa de una amiga, planea escapar al bosque con otra chica, Katherine (Olivia O’Neill) donde ambas improvisarán una sesión de espiritismo.

El exorcista: creyentes
Hemos visto esto en cualquier otra película de exorcismos en el último medio siglo (Crédito: Universal Pictures)

Cuando Angela no regresa a casa para la cena, Victor emprende la búsqueda con los religiosos padres de Katherine, Miranda (Jennifer Nettles) y Tony (Norbert Leo Butz). Ambas niñas aparecen en un granero tres días después, creyendo que sólo desaparecieron por unas horas. Sin embargo, al poco tiempo, ambas comienzan a mostrar comportamientos erráticos y violentos.

Cualquiera que haya visto El exorcista –o cualquier película sobre exorcismos mínimamente competente en los últimos 50 años– podrá ver a kilómetros hacia dónde se dirige la trama. No hay misterio, sorpresa ni ambigüedad en El exorcista: creyentes.

El guión, escrito a cuatro manos por Peter Sattler y el propio David Gordon Green, intenta rescatar algunos de los elementos vistos en la original de Friedkin, como las carencias en una familia uniparental o las crisis de fe en personajes ultrarreligiosos. Pero todo queda en el tópico… y vamos, ¿no son temas ya superados y asimilados en el último medio siglo?

Alguien detenga a David Gordon Green

El gran gancho, claro, está en el regreso de Ellen Burstyn como Chris McNeill, su primera vez en el rol desde la película original. La intención es obvia: hacer que el personaje cumpla el rol que Jamie Lee Curtis tuvo como Laurie Strode en las nuevas películas de Halloween (también de David Gordon Green, con la misma dudosa calidad).

El exorcista: creyentes
La participación de Chris McNeill no aporta a la narrativa (Crédito: Universal Pictures)

Sin embargo, el rol que ambas protagonistas cumplen en sus respectivas películas de origen es distinto. En consecuencia, el regreso de Chris McNeill no funciona. El personaje, de forma casi deshonrosa para alguien de los talentos de Burstyn, queda ahí como un incómodo cameo sin propósito mayor que ser el único vínculo entre Creyentes con El exorcista original.

Así, el responsable de una muy irregular trilogía de Halloween nos entrega, también, una película simplona en su argumento, estéticamente tan inofensiva como un tablero de Ouija, incompetente como entretenimiento y trivial en su propia existencia. Difícilmente habrá personas que acudan a verla un lunes por la noche dentro de 50 años.

Así que quizá va siendo hora de que Green y sus colegas creativos, Danny McBride y Scott Teems, dejen de colgarse de títulos establecidos para tan mediocres intentos de contar historias nuevas. La promesa de una nueva trilogía de El exorcista se siente como amenaza.

El exorcista: creyentes llega a salas de cine mexicanas el 6 de octubre.

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