Crítica: ‘Monkey Man’ no es ‘John Wick’ (y eso está bien) Crítica: ‘Monkey Man’ no es ‘John Wick’ (y eso está bien)

Crítica: ‘Monkey Man’ no es ‘John Wick’ (y eso está bien)

Aunque con ciertos tropiezos, Dev Patel logra un sólido e interesante debut como director con ‘Monkey Man’. Checa la crítica.

Lalo Ortega   |  
8 mayo, 2024 2:18 PM
- Actualizado 17 mayo, 2024 1:40 PM

Por buenos motivos, la saga de John Wick ha sido considerada el principal referente en el cine de acción de la última década: ha habido intentos (unos mejores que otros) de replicar su mundo criminal desbordante de neón y sus complejas, pero estilizadas, secuencias de combate. Por eso puede entenderse, hasta cierto punto, que Monkey Man: El despertar de la bestia –en salas de cine mexicanas el próximo 16 de mayo– sea comparada casi por reflejo con la saga protagonizada por Keanu Reeves.

Y a decir verdad, algo hay de eso, al menos en la superficie. En su debut como director, Dev Patel (disparado al estrellato por Quisiera ser millonario, de Danny Boyle) replica parte de esa estética. En su mayoría, es lo que rescatan los tráilers y materiales promocionales: un protagonista ataviado en traje, combatiendo a múltiples oponentes con tanto estilo como brutalidad, filmado con cámara en mano en escenarios saturados de color.

Publicidad

Sin embargo, esta producción toma prestado de influencias mucho más diversas… y tiene bastante más que decir que una típica película de acción. Para bien y para mal, Monkey Man no es John Wick.

Tanta fe y folklore como acción y venganza

Como John Wick –y tantos otros clásicos de acción y artes marciales, en realidad–, la de Monkey Man es una historia de venganza. Sin embargo, los motivos de su personaje no son claros en un inicio. La película arranca con un flashback a la infancia del protagonista (Patel), rodeado por la naturaleza, el amor de su madre (Adithi Kalkunte) y cuentos sobre el dios hindú Hanumân, mitad hombre y mitad mono.

Es todo lo que nos dan Patel y sus coguionistas, John Collee (Hotel Mumbai) y Paul Angunawela, antes de arrojar a nuestro protagonista, ya adulto, de cara a un ring de luchas clandestinas, ensangrentado y portando una máscara de mono. Ha perdido la pelea, algo a lo que ha accedido por acuerdo para ganar dinero.

Poco a poco, conocemos a los objetos de su odio: haciéndose llamar “Bobby”, logra conseguir un empleo como lavaloza en el restaurante de Queenie (Ashwini Kalsekar), en realidad una fachada para una red de prostitución y trata de personas. Así puede acercarse al corrupto jefe de policía, Rana Singh (Sikandar Kher), a quien pretende asesinar.

Monkey Man
La máscara de mono no es sólo porque sí (Crédito: Diamond Films)

El por qué puede intuirse por brevísimos flashbacks de corte casi impresionista, pero no conoceremos la verdad completa hasta mucho después. Es una decisión razonada: tal como hay una razón cultural por la que el héroe de Monkey Man porta una máscara de mono, también la hay para que su viaje siga este camino de venganza, dolor, y eventual reencuentro con la fe. Patel y compañía dan un giro contemporáneo al mito de Hanumân (algo en lo que profundizaremos más adelante).

Lo cual nos lleva a las secuencias de combate. Podría pensarse que, al comienzo, la decisión de utilizar movimientos de cámara bruscos y encuadres cerrados es una representación de la torpeza inicial del protagonista, pero este estilo para filmar las luchas continúa incluso en los puntos más avanzados de la narrativa. En este apartado, la película no podría estar más lejos de John Wick, aunque es un intento loable por parte de Patel en un género complicado.

Pero eso puede perdonarse porque, a decir verdad, Monkey Man es una película mucho más interesante mucho más interesante cuando se aleja de la acción y convierte su historia de venganza en una parábola de la justicia social y comentario sobre el nacionalismo contemporáneo en India, por vía de un relato folclórico hindú.

Monkey Man, sus mitos y paradojas

El verdadero poder de lo que logran Patel y su equipo con Monkey Man, es en utilizar los mitos del hinduismo para comentar, precisamente, sobre el auge contemporáneo del nacionalismo hindú, bajo el gobierno de Narendra Modi y el Partido Bharatiya Janata, con su retórica extremista y políticas represivas principalmente contra musulmanes, cristianos, y otras minorías culturales.

La película de Patel reinterpreta el mito de Hanumân –un dios del hinduismo venerado a través de las múltiples castas por su fuerza, pero también por su compasión y rectitud– como un relato de venganza y justicia social, en contra del desplazamiento y la opresión de quienes se justifican en el hinduismo: el personaje de Baba Shakti (Makarand Deshpande) representa a esta figura en la película.

Dev Patel en Monkey Man
Monkey Man toma prestado de textos sagrados y del folklore hindú, como el Ramayana (Crédito: Diamond Films)

El discurso de Monkey Man plantea, en resumen, la necesidad de volver a un verdadero hinduismo para resistir a dicha opresión, lo que podría interpretarse como la tan contradictoria como polémica idea de combatir el fuego con fuego. Aunque tampoco es como que Hanumân haya derrotado pacíficamente a Rávana, el dios demonio y raptor de Sita, según el texto sagrado Ramayana.

Quizá hay algo de verdad en lo que representa la comunidad de hijras (el tercer género en la India), que adoran a la deidad Ardhanarishvara, una deidad compuesta por el dios masculino Shiva y su consorte, Parvati: el perfecto equilibrio de femenino y masculino, paz y violencia, creación y destrucción, caos y devoción.

Es aquí donde Monkey Man logra trascender la banalidad de otros relatos de acción y venganza como John Wick (sus influencias, a decir verdad, tienen raíces más fuertes y directas en Asia, desde la coreana Oldboy a la tailandesa Ong-Bak). Bebe de la fuente del folklore hindú, pero puede leerse como una historia de resistencia extrapolable a cualquier pueblo que experimente de opresión y discriminación en nombre de una espiritualidad corrupta, convertida en arma del nacionalismo.

Y por ello, Dev Patel entrega una de las películas de acción más interesantes y con más qué decir de la última década.

Monkey Man llega a salas de cine mexicanas el 16 de mayo