‘El peso del talento’: la leyenda del hombre que se volvió su propio género ‘El peso del talento’: la leyenda del hombre que se volvió su propio género

‘El peso del talento’: la leyenda del hombre que se volvió su propio género

‘El peso del talento’ es, al mismo tiempo, una parodia y un homenaje al mito de Nicolas Cage.

Lalo Ortega   |  
3 mayo, 2022 11:39 AM
- Actualizado 19 mayo, 2022 10:10 AM

En los minutos iniciales de El peso del talento (The Unbearable Weight of Massive Talent), vemos por primera vez a Nicolas Cage como uno de sus personajes más icónicos. María (Katrin Vankova), hija de un político antidrogas, está en casa viendo el final de Con Air: riesgo en el aire. “Es una maldita leyenda”, dice ella mientras la escena se desarrolla en pantalla.

En cierto modo, la conclusión de la famosa película de acción noventera es un gran exponente de la leyenda de Nicolas Cage. No por sus ya infames “actuaciones exageradas” (esa escena en particular no las tiene), sino por la ridiculez del todo.

Para ese punto de Con Air, el personaje de Cage ha viajado en un vuelo de reos de máxima seguridad y boicoteado el alucinante plan del líder criminal, haciendo explotar la mitad de Las Vegas Strip en el proceso. Después de todo eso, le entrega a su hija (a quien conoce por primera vez) el destrozado conejito de peluche que había comprado para ella desde la cárcel. Cage actúa la escena con la rectitud de un hombre de acción y la ternura de un trágico melodrama familiar. Es ridículo, pero “muy Nicolas Cage”.

Como hemos escrito antes, esa clase de roles son fundacionales para el mito de Cage, construido sobre la tensión que existe entre un actor que divide opiniones (aunque nunca deja indiferente a nadie) y que parece aceptar papeles en cualquier cosa que tenga algo remotamente parecido a un guión; y una imagen pública definida por la excentricidad y el exceso de sus viejas glorias.

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El peso del talento podrá ser protagonizada por el legendario actor haciendo de sí mismo, pero en realidad es una película que toma prestado su mito para algo más. No es una apología, un ajuste de cuentas ni mucho menos una deconstrucción, pero existe en el lugar aparentemente contradictorio entre la parodia y el homenaje.

Entonces, cuando conocemos a Nick Cage (Cage), se trata de un actor que luchando por volver a la cima (“no es que hayamos ido a ningún lado”, se repite a sí mismo), mientras lidia con las consecuencias de sus excesos y su obsesión profesional: tiene deudas hasta el cuello, y la relación con su ex (Sharon Horgan) y su hija (Lily Sheen) ficticias está contra las cuerdas.

Cuando el rol que pudo reencaminar su carrera se le escapa de las manos, Nick acepta un trabajo mediocre: asistir a la fiesta de cumpleaños de un millonario fanático suyo, Javi Gutiérrez (Pedro Pascal) en Mallorca, a cambio de un millón de dólares.

El peso del talento
El corazón de El peso del talento está en la relación entre Nick Cage y Javi Gutiérrez (Crédito: Corazón Films)

Para su sorpresa, acaban congeniando por su mutuo amor por El gabinete del doctor Caligari y Paddington 2, pero todo cambia cuando Cage es intempestivamente por dos agentes de la CIA (Ike Barinholtz y Tiffany Haddish), quienes le informan que Javi es un capo de la droga y que tiene secuestrada a María, así que es su deber ayudarlos a salvarla.

En papel, la premisa de El peso del talento es tan ridículamente extraña y tan meta que sólo podría encajar en la singular clasificación de lo cageiano. Pero en la práctica, si bien resulta graciosa, la ejecución es más dispersa, menos contundente, y ni remotamente tan ambiciosa como el rango actoral de su protagonista.

El peso del talento: otra buddy comedy

Lo ya dicho, esta película toma el mito de Cage como punto de partida para algo más, y esto es, sencillamente, presentarnos una buddy comedy. Lo que resulta interesante, es la mezcla de géneros y referencias de los que echa mano el director Tom Gormican.

A lo largo de su metraje, El peso del talento inicia su recorrido como una parodia autorreferencial hollywoodense, en algún punto a medio camino entre ¿Quieres ser John Malkovich? y El último mercenario de Jean-Claude Van Damme (aunque mucho más cercano a esta última). Para un par de escenas, se convierte en la versión stoner de Antes del amanecer, para finalmente dejarse ir de lleno al terreno de Arma mortal.

El guión traza una progresión interesante para sus personajes en el camino. Nick Cage debe reconciliar la tensión interna entre su deseo de crecer como hombre de familia, y su obsesión por “volver a la cima” de Hollywood. Ésta es personificada como “Nicky”, una versión digitalmente rejuvenecida de Cage basada en su ya infame aparición en el programa Wogan, en los 90.

El hilo conductor es su cambiante relación con Javi, a quien Nick primero ve como un devoto fanático de su filmografía, para pasar a ser un amigo y, luego, a alguien que debe traicionar.

La relación evoluciona más allá de eso, aunque es mejor no arruinarlo. Pero cabe señalar algo: es raro que, en una película donde el grandilocuente Nicolas Cage interpreta a Nicolas Cage, sea Pedro Pascal quien se robe el show. Y ahí yacen tanto el encanto como la gran falla de El peso del talento: es una película sobre estos dos personajes (lo que por sí mismo no es algo malo), pero sí que intenta presentarse como la película más cageiana de la historia, incluso si está lejos de serlo.

La insoportable contradicción de Nicolas Cage

Y es que lo cageiano es un delicado acto de balance entre el drama fino y la exageración, entre la seriedad y los gritos primitivos al borde del alucine (quizá sólo David Lynch supo aprovecharlo). Es el absurdo de un hombre que jura venganzan por su esposa, pero tiene que enfrentarse a demonios motociclistas del infierno en un psicodélico duelo de motosierras. Son tres segundos de las gloriosas matas de Cage entre toda la locura Con Air.

El peso del talento no es cageiana a final de cuentas, porque realmente no lo intenta. Su título original (que, traducido directamente al español, sería El insoportable peso del talento masivo) lleva consigo una promesa de delirante ridiculez, pero no la cumple. No es una exploración del proceso creativo de Nicolas Cage (que seguramente debe ser fascinante), ni de las vicisitudes de su imagen pública. Es, sencillamente, una buddy comedy hecha a sus expensas.

El peso del talento
Dada su premisa, El peso del talento debería desatar a Cage, pero rara vez lo permite (Crédito: Corazón Films)

En el canon del actor, una película más ambiciosa sobre el insoportable peso de la creación artística es El ladrón de orquídeas, en la que el actor interpreta una versión ficticia del propio guionista, Charlie Kaufman. Imposible no pensar en ella cuando aquí tenemos a Nicolas Cage de nueva cuenta en un rol dual (Kaufman también escribió la ya citada ¿Quieres ser John Malkovich?, que hace un trabajo brillante con la deconstrucción del actor y del mundo del espectáculo por vía de nuestra obsesión colectiva con el estrellato).

Desprovista de estas aspiraciones artísticas y sin llevar a su protagonista hasta sus considerables límites interpretativos, El peso del talento es, simplemente, una comedia entretenida. Una tan codificada por la leyenda de Nicolas Cage, que sólo sus fans más acérrimos le sacarán el máximo disfrute.

El peso del talento está en salas de cine mexicanas. Si quieres saber más sobre la película, ver el tráiler y comprar boletos, entra a este enlace.