‘Luca’: verano de un niño (monstruo) ‘Luca’: verano de un niño (monstruo)

‘Luca’: verano de un niño (monstruo)

Lo nuevo de Pixar, ‘Luca’, cuenta una tierna historia de amistad, aceptación y monstruos en la Riviera italiana.

Lalo Ortega   |  
9 junio, 2021 2:00 PM
- Actualizado 23 agosto, 2021 9:12 PM

Si una palabra puede encapsular a Luca, la nueva producción de Pixar, es “verano”. Y no porque su estreno (exclusivamente en Disney+) coincida precisamente con la temporada, sino por la esencia misma de la película. La pantalla desborda sol y azul brillante del mar, mientras niños andan en bicicleta y juegan futbol en un pueblito de la Riviera italiana.

La película, de hecho, es un proyecto sorprendentemente personal, viniendo del estudio de las épicas de juguetes vivientes, viajes transcontinentales en globo, carreras de autos antropomórficos y tiernos robots en odiseas espaciales. Luca es, ante todo, producto de los recuerdos de la infancia de su director, el italiano Enrico Casarosa.

“Tuve la suerte de crecer en Génova, una ciudad porteña en la Riviera italiana”, dice Casarosa, quien presenta su largometraje debut, luego de una larga trayectoria con Pixar como artista de storyboards y como director del corto La luna. “Es una costa muy específica porque es muy escarpada, las montañas se alzan desde el océano. Los pueblos están congelados en el tiempo”.

Luca no se desarrolla en un pueblo real de la colorida costa italiana, sino en uno ficticio que captura la esencia de ciudades como Manerola, Monterosso o la propia Génova: Portorosso. Es ahí donde el protagonista, Luca Paguro (voz en inglés de Jacob Tremblay), comparte sus aventuras con su nuevo amigo, Alberto Scorfano (Jack Dylan Grazer), otro aspecto extraído de los recuerdos del director.

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“Yo era un chico tímido, un poco sobreprotegido por mi familia”, explica Casarosa. “Y cuando conocí a mi mejor amigo a los 11 años, mi mundo se abrió. Siempre se metía en problemas, él no tenía mucha supervisión”.

“En esa clase de veranos especiales, cuando estás creciendo y encontrándote, yo lo seguía y él me arrastraba hacia los problemas”, dice el director. “Eso me puso a pensar sobre lo mucho que nos encontramos a nosotros mismos en nuestras amistades, o como estas nos ayudan a descubrir quiénes queremos ser”.

Es un cambio de ritmo rotundo, casi demasiado mundano, para el estudio de animación que el año pasado entregó una película sobre un alma desprendida de su cuerpo y su viaje existencial para recuperarlo. Pero lógicamente, hay un truco: Luca y Alberto no son niños comunes, sino lo que se conoce en Portorosso como monstri marini, o monstruos marinos, capaces de adoptar apariencia humana en la superficie.

Luca, de Pixar
Luca y Alberto, monstruos marinos de incógnito en el pueblo costero de Portorosso (Imagen: Pixar).

Silenzio, Bruno! La infancia como monstruo marino

¿Qué es un monstruo? En el cine, la presencia de estos personajes nos sitúa casi de inmediato en los géneros de terror y de fantasía. Su carácter sobrenatural los convierte en arquetipos del miedo a lo desconocido, a lo exótico, a lo otro.

En su libro Cine de terror (Horror Cinema, 2008) escriben el crítico Steven Schneider y el productor Jonathan Penner que las películas de monstruos conllevan, por defecto, un espíritu discriminatorio hacia lo diferente. Ese exotismo representa el choque entre el mundo “civilizado” y una naturaleza hostil.

Si se trata de seres acuáticos humanoides, el cine ya lleva buen camino recorrido. El referente obligado es El monstruo de la Laguna Negra (Creature from the Black Lagoon, 1954), que ve a una expedición de exploradores enfrentarse a la criatura del título, quien simplemente responde a la invasión de su ambiente.

Hay incluso iteraciones más novedosas del monstruo, como La forma del agua (The Shape of Water, 2017), la fantasía romántica dirigida por Guillermo del Toro. En ella, la criatura no es ya la fuerza antagónica, sino un ser incomprendido del que se compadece la protagonista, a su vez una mujer excluida por casi todos a raíz de su sordera.

Sin embargo, el monstruo aún mantiene su condición marginal: sigue siendo un ente que los humanos buscan capturar y someter.

Con una finalidad evidentemente más inocente, la dinámica se invierte con los monstruos marinos de Luca –parcialmente inspirados en el folclore medieval y en esculturas populares italianas–. La historia es contada a través de su protagonista, un niño del mar que tiene prohibido por sus padres salir a la superficie, donde viven los humanos.

Pero la curiosidad, inevitablemente, lo rebasa. “Cuando lo conocemos [a Luca], está comenzando a sentir que su mundo es demasiado pequeño para él”, dice el director. “Comienza a seguir su instinto un poco, a aventurarse más lejos de su pradera submarina”.

Los monstruos en Luca, de Pixar
Alberto –quien comparte nombre con el mejor amigo de la infancia del director–, es quien inspira al protagonista a salir de su zona de confort (Imagen: Pixar).

Su eventual escape al mundo terrestre es lo que detona sus aventuras con Alberto, pero sus padres no tardan mucho en ir tras él. Explica Maya Rudolph, quien interpreta a Daniela, la madre de Luca: “ella realmente lo está protegiendo de lo que ella sabe que es peligroso en el mundo”.

“Hay un gran malentendido entre humanos y monstruos marinos”, dice Jacob Tremblay. “Se temen unos a otros. Los monstruos marinos evitan estrictamente la superficie, y los humanos quieren cazar monstruos marinos para demostrar que existen”.

La dinámica del miedo a los monstruos –y a lo diferente, por extensión– se encuentra también en esta película de Pixar. No es un tema particularmente nuevo para el estudio –ahí están los monstruos benévolos de Monsters, Inc.–, pero el director sí lo lleva a un terreno distinto.

“Los monstruos marinos son realmente una metáfora de lo que es sentirse distinto o excluido”, plantea Casarosa. Cuando Luca y Alberto conocen a Giulia (con la voz de la actriz debutante Emma Berman), una niña inadaptada en su propio pueblo, ese sentimiento comienza a borrar las fronteras entre ellos y los humanos.

Aunque el secreto de Luca y Alberto se mantiene como un motivo de tensión y riesgo, la película se convierte en una sencilla historia de amistad veraniega y autodescubrimiento, con el trío de niños uniendo fuerzas para vencer al matón del pueblo en una carrera.

“Su amistad saca lo mejor de Luca y le da la confianza para abrir sus alas y correr más riesgos”, dice la productora ejecutiva, Kiri Hart. “Es una historia absolutamente tierna y cálida sobre la amistad y sobre cómo nuestros amigos pueden desbloquear ciertas partes de nosotros, y darnos una oportunidad de descubrir algo sobre nosotros mismos”.

Luca: el verano inusual de Pixar

“Hay un tema muy tierno sobre querer ser parte de algo más allá de nuestras familias inmediatas, el querer experimentar culturas diferentes a la nuestra”, agrega Casarosa. “Luca descubre el poder de explorar y celebrar otra cultura, mientras aprende a honrar y compartir la suya”.

Esa curiosidad informó el diseño del personaje. “Él tiene estos ojos enormes y redondos”, dice el supervisor de animación Michael Venturini. “Son ojos muy expresivos, absorben el mundo”.

Por extensión, la personalidad del personaje influyó en la dirección artística del resto de la película. “Es una historia contada desde una perspectiva infantil, así que era importante reflejar eso en el diseño de los personajes”, explica la directora de arte Deanna Marsigliese. “Notarán muchas formas fuertes y enérgicas con proporciones muy divertidas”.

Todo lo anterior contribuye a que esta sea una de las películas más visualmente expresivas, simplificadas y distintas en la filmografía de Pixar, enraizada en las sensibilidades del propio Casarosa. Entre sus influencias, el director destaca el anime, las acuarelas y los grabados japoneses.

El diseño de personajes en Luca, de Pixar
“Luca es un círculo con enormes ojos curiosos”, dice la diseñadora de arte Deanna Marsigliese. “Alberto es un frijol con una boca hiperactiva. Giulia es un triángulo llameante, con una nariz afilada” (Imagen: Pixar).

Por otro lado, la producción de Luca también fue inusual para el estudio en otro sentido: la logística necesaria debido a la pandemia de COVID–19.

Luca requirió un nuevo acercamiento a las grabaciones”, explica la productora Andrea Warren. “Fue una experiencia increíble, pero a veces extraña. Grabamos a todos desde sus casas –y a veces, desde los armarios de sus casas–”.

La propia pandemia también trajo consigo modificaciones en la estrategia de estrenos de Disney. La película desborda un espíritu veraniego que inspira a “salir y viajar en Vespa por Italia”, como dice Jacob Tremblay.

Pero a pesar de ello, Luca será estrenada en Disney+ sin el cargo adicional de Premier Access, al igual que Soul, en un caso notablemente contrario al de otra animación de Disney: Raya y el último dragón.

A pesar de los reportes de conflictos entre Disney y Pixar por dicha estrategia de estrenos, el estudio no se pronunció al respecto. Sin embargo, en instancias anteriores, el director ejecutivo de Disney, Bob Chapek, dejó ver que la compañía está “tratando de monitorear si los consumidores están dispuestos a regresar a los cines”. En esta cambiante evaluación, el verano de Pixar tendrá que suceder en las pantallas de casa.

Luca se estrena exclusivamente en Disney+ este 18 de junio. Mientras esperas, puedes ver el tráiler a continuación: