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Cuando hablamos de OVNIs, generalmente se viene a la cabeza la imagen del típico platillo volador plateado y brillante. La clásica ‘El día que la Tierra se detuvo’, de 1951, sin duda ha jugado un rol bastante grande en perpetuar al OVNI en la memoria de esa forma, pues la nave en la que Klaatu y Gort llegan a la Tierra con su mensaje de paz, encaja a la perfección con dicha descripción.
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La primera adaptación fílmica de la clásica novela de H.G. Wells, ‘La guerra de los mundos’, logró crear uno de los OVNIs más famosos del cine por tomar el enfoque totalmente contrario a ‘El día que la Tierra se detuvo’. Las “máquinas marcianas de guerra” no son el típico platillo volador, sino que fueron diseñadas con la amenazadora forma de las mantarrayas como inspiración. El resultado convence, con una de las escenas de aniquilación bélica más memorables del cine hollywoodense... incluso si después descubrimos que, técnicamente, estas máquinas no vuelan.
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Las naves extraterrestres no son escasas en el clásico de Steven Spielberg ‘Encuentros cercanos del tercer tipo’. Sin embargo, no hay escena más icónica que cuando los científicos terrícolas logran comunicarse, por medio de luces de colores y música, con la nave nodriza. Tan emotiva como visualmente espectacular, la escena nos dio a otro de los OVNIs más famosos del cine.
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Casi toda la trama de ‘La cosa de otro mundo’, de John Carpenter, sigue a un grupo de científicos que desconfían de sí mismos, por la presencia de un alienígena cambiaformas que los acecha en su remota base de la Antártida. Sin embargo, sí que hay un OVNI en la película, destruido y sepultado por la nieve, pero que vive en la infamia por ser el sitio del primer error cometido por los protagonistas: visitarlo.
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Suscripción:
También de Spielberg, el OVNI en ‘E.T., el extraterrestre’ ha sido inmortalizado en la memoria colectiva, no por su aspecto ni por sus aportes a la trama en sí, sino por la escena final en la que aparece. No importa de quien sea la culpa, si de la música de John Williams, las actuaciones o el fenomenal trabajo de los operadores de la marioneta, el caso es que es imposible no llorar con esa escena.
