Crítica: ‘Bird Box Barcelona’ es mejor que la original, pero sigue siendo promedio

Recuerdo como si fuera ayer cuando vi Bird Box por primera vez durante una proyección especial en la CCXP, un importante evento de cultura pop aquí en Brasil. Sandra Bullock estaba presente, más de mil personas en la sala, pantalla grande y sonido de calidad. Sin embargo, salí de la función horrorizado: a pesar de las buenas cualidades del libro de Josh Malerman, la película era apática, fría, aburrida. No lograba transmitir emoción. Bird Box Barcelona, por fortuna, logra superar esas cosas.

Estrenada por Netflix este viernes 14 julio, la película no es un remake ni exactamente una continuación de la película de 2018. En realidad, es una historia que tiene lugar en el mismo universo, en el mismo momento. Es decir, en el exterior todo sigue igual: hay una criatura acechando a la humanidad. Quienes ven al monstruo se suicidan automáticamente. Y en este escenario tenemos a dos personajes, un padre y una hija. Él es Sebastián (Mario Casas), ella es Anna (Alejandra Howard).

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Y es aquí, tan pronto, donde dejo de dar información sobre la trama de Bird Box Barcelona, pues la película dirigida por los hermanos Pastor (del competente thriller ‘La Casa’) presenta un giro inesperado al comienzo de la trama, a menos de 20 minutos del metraje. Revelar más detalles sería arruinar ese giro ingenioso.

¿Es Bird Box Barcelona una buena película?

Desde el principio, con ese giro inesperado y una intensa escena de acción que muestra los primeros signos de la calamidad que comienza a afectar al mundo entero, Bird Box Barcelona logra captar el interés del público y sumergirlo en ese escenario distópico de Barcelona. Aunque ya conozcamos los detalles de este mundo en el que nadie puede quitarse la venda de los ojos, nos interesa descubrir los efectos del caos en la ciudad española.

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En lugar de caer en la tentación de contar una historia excesivamente similar a la película de 2018, el guión de los hermanos Pastor busca expandir las habilidades y las diferentes temperamentos de los personajes dentro de esta crisis. El personaje interpretado por Mario Casas (No matarás) aporta un elemento sorprendente a este universo, ampliando las posibilidades. Es curioso ver cómo los hermanos Pastor no temen crear sus propios caminos en el mundo de Malerman.

En la primera media hora, hay personalidad y un buen uso de la cámara. Recuerda mucho a esa secuencia de Un lugar tranquilo: Parte II, cuando vemos a la familia de los personajes de John Krasinski y Emily Blunt tratando de sobrevivir a los ataques de los monstruos que invaden el planeta, en este caso, atacando por el sonido en lugar del contacto visual. Nadie puede decir que los directores de Bird Box Barcelona no se atrevieron o que se fueron a lo seguro.

Pero falta sazón

Imaginemos que Bird Box es un platillo cocinándose en una ola. Fue preparado correctamente, a presión y con buen caldo, pero sin ningún condimento. Parece comida de hospital: insípida, sin vida y aburrida. Bird Box Barcelona tenía todo para ser otra forma de prepararlo, en otra olla, con condimentos. Pero no lo logra: a medida que avanza la película y el impacto de los primeros 30 o 40 minutos se desvanece, queda claro que la película proviene de la misma olla. Solo le añadieron un poco de sal.

Después del giro inicial y la impactante escena que muestra los primeros efectos de esta catástrofe en la vida de los personajes, Bird Box Barcelona se asemeja a los personajes que caminan por la calle con los ojos vendados: sin rumbo. Intenta encontrar algo de corazón en la historia de la joven Sofía (Naila Schuberth) y el grupo que la acompaña (Diego Calva, Georgina Campbell), pero nunca logra entusiasmar realmente. No se acerca a otras distopías como Un lugar en silencio.

Al menos todo el elenco está bien (especialmente Casas, uno de los grandes nombres del cine español). Pero en la película de 2018, Bullock también tiene un buen desempeño en las escenas más intensas y, a pesar de eso, la película sigue siendo un desastre.

Bird Box Barcelona es un buen intento de corregir el rumbo de la franquicia, poniendo la historia en manos de dos cineastas con un enfoque más autoral y que saben cómo generar tensión en la pantalla. Sin embargo, aún es necesario hacer muchos cambios en las estructuras de este universo para que una posible y eventual Bird Box 2 sea completamente satisfactoria y no sólo por momentos. Como público, esperamos poder quitarnos la venda y encontrar una historia que haga honor al libro.

Bird Box Barcelona ya está en Netflix. Para encontrar el link directo a la película y saber más sobre ella, entra aquí.

Publicado primero en la edición brasileña de Filmelier News.