Crítica: ‘No lo abras’ y el temor a no encajar Crítica: ‘No lo abras’ y el temor a no encajar

Crítica: ‘No lo abras’ y el temor a no encajar

‘No lo abras’ (‘It Lives Inside’) toma prestado del folclore indio para una historia sobre los miedos de la comunidad migrante. Checa la crítica.

Lalo Ortega   |  
8 diciembre, 2023 2:39 PM

Uno de los aspectos más llamativos de los monstruos –y del terror como género narrativo, en general– es su elasticidad para expresar de forma concreta casi cualquier miedo, sin importar cuán abstracto. No lo abras (It Lives Inside), que llegó a salas de cine mexicanas este 8 de diciembre– abraza esta cualidad para narrar una experiencia a la vez específica y universal: la de las personas migrantes.

Haciendo uso de elementos típicos del terror sobrenatural –una amenaza misteriosa e incomprensible, intriga, una atmósfera angustiante y violencia–, la película del director Bishal Dutta toma elementos del folclore indio y los adapta a estas convenciones.

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El resultado no es tan visualmente impactante como las películas más convencionales del género, pero sí nos sumerge en un contexto psicológicamente denso que podría compararse, por ejemplo, a propuestas como Háblame, también de este año.

No lo abras: entre exotismo e identidades duales

La trama de No lo abras sigue a Samidha, o Sam (Megan Suri), una chica de preparatoria de padres conservadores indios, pero que vive en un suburbio californiano. Desde el inicio, la película expresa las dos fuerzas en tensión que la rodean: su joven y abnegada madre (Neeru Bajwa) viste de manera tradicional y le habla en hindi sobre los rituales familiares que debe cumplir.

Ella, por otro lado, le responde siempre en inglés, el idioma con el que se comunica con sus nuevos amigos. Se incomoda cuando le piden que hable en hindi, o cuando aparece Tamira (Mohana Krishnan), su amiga de la infancia, quien se comporta errática. De apariencia cansada y nerviosa, la chica lleva a todos lados un misterioso frasco vacío.

Enojada por la percepción de otros que le trae la presencia de Tamira, Sam rompe el frasco. Con esto, se libera una fuerza que en principio no comprende, pero que cambia las vidas de ambas cuando Tamira desaparece y Sam, por su parte, comienza a vivir fenómenos violentos e inexplicables.

No lo abras (It Lives Inside)
Al inicio, la presencia de Tamira representa todo lo que Sam no quiere ser (Crédito: Imagem Films)

En la superficie, No lo abras parece una típica película de terror sobrenatural: hay personajes amenazados por una fuerza misteriosa que debe ser revelada y enfrentada, antes de que sea tarde para los demás.

Sin embargo, es en el drama particular de sus personajes –y en la naturaleza folclórica de su monstruo– que la película encuentra su corazón. El director también podría estar contándonos una historia como tantas otras sobre adolescentes que sólo quieren encajar en un grupo de amigos.

No lo abras enfatiza la tensión entre la etnia de su protagonista y su deseo de pertenencia. Nos plantea, incluso, que no pertenece realmente a ningún lado. Existe en una especie de incómodo limbo, entre las expectativas tradicionales de sus padres, inmigrantes indios, y las de su entorno como una adolescente india-americana.

Este rasgo de identidad se extiende incluso a la amenaza central, un demonio del hinduismo conocido como pishacha. El director (y también guionista) logra traducir algunos de sus elementos característicos al terreno del terror convencional.

No lo abras (It Lives Inside)
No lo abras marca una constante tensión entre identidades de dos mundos distintos (Crédito: Imagem Films)

Con ello, logra anclar su narrativa sobre esta búsqueda de identidad y pertenencia, aunque se lamenta que el tratamiento del monstruo en sí caiga en los lugares comunes: sobresaltos, apariciones y desapariciones, una apariencia ambigua bajo la protección de las sombras.

Como resultado, la película es más potente como metáfora que como entretenimiento terrorífico. Pero, a pesar de ello, Dutta logra capturar la angustia que padecen quienes existen entre dos identidades. Un miedo a la soledad que, quizá, siempre vivirá en ellos, pero al que es posible sobreponerse para encontrar la paz.

No lo abras ya está en salas de cine. Entra aquí para comprar tus boletos.

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