Crítica: ‘The Marvels’ es una buena película a pesar de inconsistencias

En los últimos meses, la película The Marvels, que se estrenará este jueves 9, ha sido objeto de una avalancha de comentarios en las redes sociales sobre su calidad y su posible fracaso en la taquilla. La mayoría de estos comentarios están envueltos en odio gratuito y machismo hacia un producto dirigido y protagonizado por mujeres, algo lamentablemente aún muy común en el mundo de los cómics. Otros comentarios, mientras tanto, creen que la película será la última estocada para el Universo Cinematográfico de Marvel, que no está en buena forma después de los eventos de Avengers: Endgame.

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El hecho es que es injusto atribuir toda esa culpa, como muchos quieren hacer, a esta película de Nia DaCosta (de la excepcional Candyman). The Marvels, después de todo, es una buena película. Divertida, la película logra tener buenos momentos al contar la historia de cómo Capitana Marvel (Brie Larson), Ms. Marvel (Iman Vellani) y Monica Rambeau (Teyonah Parris) se unen en un momento en que una vez más una amenaza intergaláctica de los Kree acecha la galaxia.

Esta vez, Dar-Benn (Zawe Ashton), esa alienígena que quiere absorber la energía vital de otros mundos para hacer que su planeta sobreviva finalmente. Las tres, entonces, deben defenderse mientras protegen a otros planetas.

¿The Marvels es una buena película?

Con esta historia simple y algo genérica, escrita por seis manos (DaCosta, Megan McDonnell y Elissa Karasik), la directora logra entregar una película esencialmente divertida que puede alejarse al mismo tiempo de la seriedad y del humor exhaustivo de la “fórmula Marvel”. Aunque hay momentos que harían reír a Taika Waititi (de Thor: Amor y trueno) y sentirse orgulloso, The Marvels parece asumirse como una película de Disney y convierte esta travesía espacial en algo más ligero y divertido de lo que podría ser.

Gran parte de esto surge de la química entre las tres protagonistas. Larson (ganadora de un Oscar por La habitación) tiene su presencia diluida con la llegada de estas otras dos personajes, y gran parte de la aspereza de Capitana Marvel, tan criticada en la película anterior de la personaje, desaparece. Funcionan bien juntas en pantalla y casi nunca están fuera de sintonía. Es posible que no te entusiasme individualmente cada una de ellas, pero sí el conjunto, con cada una mostrando personalidades muy distintas pero que aportan cohesión al conjunto cuando están juntas. Dan ganas de ver más.

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Además, Nia DaCosta filma las escenas de acción de manera maravillosa, las mejores desde Endgame. Aunque tiene problemas evidentes con los efectos especiales, algo con lo que Marvel ha estado lidiando desde Black Widow, DaCosta cuenta con una fluidez de cámara que hace que estas secuencias sean más emocionantes, salvadas por las buenas coreografías. La jugada de hacer que los personajes se alteren en el espacio-tiempo hace que The Marvels sea más ligera.

También hay destellos e indicios de audacia en The Marvels, nada grandioso comparado con lo que el cine puede ofrecernos, pero ciertamente una señal inesperada de lo que Marvel ha estado haciendo en los últimos años. Hay, por ejemplo, una escena musical que puede causar cierta vergüenza ajena y que probablemente no gustará mucho a los fanáticos más serios (y machistas, por supuesto) del estudio, pero que es inesperadamente fresca y divertida a pesar del atuendo pobre. También hay escenas dramáticas que abordan el duelo, la pérdida y la familia que ayudan a dar una dimensión humana a la narrativa.

Es una lástima que la villana sea tan mala. Quizás, de hecho, lo peor de toda la película. Ashton no aporta complejidad a este Kree que busca vengarse de Capitana Marvel, quedándose en el mismo papel de siempre: la destructora de mundos y sociedades.

The Marvels y la mano del productor

A pesar de estos puntos positivos, la película tiene algunos problemas estructurales que dan la sensación de que algún productor se entrometió en la historia. Algo que se vuelve aún más evidente cuando DaCosta misma confirma que Marvel retrasó la película indefinidamente. Al final, cuando estaban regrabando más escenas, la directora no podía estar presente en el set y tuvo que dirigir a distancia. “Cambiaron la fecha de la película cuatro veces. En lugar de ser un proceso de dos años, con el que estaba profundamente comprometida, se convirtió en un trabajo de tres años y medio”, dijo.

Así, después de esto, hay una sensación generalizada de que Marvel Studios intervino mucho en la historia; la película no se decide tan bien entre la aventura intergaláctica y el humor desenfrenado, rozando a veces lo que Taika Waititi hizo con Thor. Además, hay buenas escenas de drama enterradas aquí, especialmente aquellas que tratan sobre el duelo, la soledad y las pérdidas. Parece que alguien quería seguir con una película más madura, pero otra persona insistió en seguir la corriente. Quedó así.

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Es difícil saber exactamente lo que Nia DaCosta quería, como creadora, pero me arriesgaría a decir que se inclinaría más hacia el drama, con toques de aventura cósmica, sobre todo al mirar sus otros trabajos, Candyman y la conmovedora Little Woods. Creo que si Marvel Studios le hubiera dado libertad a la cineasta para crear de verdad (como hizo con Sam Raimi en Doctor Strange en el Multiverso de la locura), podríamos haber tenido una película muy buena.

Otro punto que debe discutirse es la conclusión de la historia. La escena post-créditos y la última escena de la película. No daremos spoilers, pero es necesario señalar cómo son dos caminos para que Marvel Studios siga: uno mirando hacia el futuro, con personajes y actores más jóvenes, y otros mirando hacia el pasado, intentando resucitar la emoción del público con apariciones de personajes que ya causan nostalgia. Desafortunadamente, a medida que las cosas van mal con estas nuevas incorporaciones, queda la sensación de que este segundo camino se recorrerá con cada vez más certeza.

Y así, mientras Martin Scorsese se ríe en casa, Marvel Studios parece estar en una crisis cada vez más grave, más existencial. No solo no entusiasmaron a una gran parte del público, sino que también parecen estar interfiriendo en el proceso de los cineastas, incluso tan talentosos como DaCosta. Es el modo desesperado. Y cuando esto sucede en una empresa, incluso en una gran productora de películas, el futuro se vuelve más oscuro, extraño e incierto. Estaremos atentos.

Publicado primero en la edición brasileña de Filmelier News.