Este thriller sacude con la historia de un grupo de entusiastas de un foro online, que ven cómo sus ahorros desaparecen tras caer en la trampa de un influencer que lanza una criptomoneda llamada “Tulip”. Impulsados por la rabia, deciden irrumpir en la mansión del supuesto autor del fraude, pero la venganza pronto se convierte en un juego mortal. Basada libremente en hechos reales, es una opción ideal para un fin de semana con tensión digital.
Aquí llega la opción más didáctica de la lista. Este documental explica el nacimiento del Bitcoin con acceso a personajes clave que moldearon los primeros días de la moneda digital — desde libertarios convencidos hasta emprendedores que la vieron como la gran vía para romper con el sistema bancario. Banking on Bitcoin ya muestra el paso del tiempo, pero precisamente por eso resulta tan revelador: captura una era en que la ilusión aún era genuina.
Esta es para quienes disfrutan de los thrillers corporativos con aroma a conspiración. Beau Knapp interpreta a un analista financiero inadaptado que descubre redes de lavado de dinero ligadas a criptomonedas, todo con la elegante (y enigmática) presencia de Kurt Russell. No es sutil, ni pretende serlo. Funciona mejor como advertencia estilizada que como análisis profundo — pero cumple al recordarnos que no todo código es inocente.
Podría ser perfectamente una película de Adam McKay, si no fuera, en efecto, un documental. La historia es completamente real. Ray Trapani —con la pinta de haber salido directo de El lobo de Wall Street— funda Centra Tech, recauda millones con una ICO, engaña a inversionistas, manipula celebridades y luego… bueno, luego simplemente se ríe de su propia mentira. Criptoestafa es tan cínica como necesaria: retrata cómo la criptoficción fue alimentada por una codicia colectiva sin freno.
Con estética screenlife, este thriller sigue a un grupo de adolescentes decididos a hackear a un magnate digital y robarle millones en criptoactivos. Entre videos de celular, chats cifrados y desesperación en tiempo real, la película entrega una versión juvenil —y bastante bien editada— del viejo choque entre ovejas digitales y lobos del mercado. Ligera en la forma, pero con un trasfondo incómodo: ¿qué pesa más, la ética o la oportunidad?




