Crítica: ‘Beekeeper’ intenta ser ‘John Wick’, pero sólo logra dar pena Crítica: ‘Beekeeper’ intenta ser ‘John Wick’, pero sólo logra dar pena

Crítica: ‘Beekeeper’ intenta ser ‘John Wick’, pero sólo logra dar pena

Con nula creatividad, el director David Ayer intenta construir una franquicia de acción propia en ‘Beekeeper’, con Jason Statham. Checa la crítica.

Matheus Mans   |  
11 enero, 2024 1:29 PM
- Actualizado 19 enero, 2024 4:50 PM

Un hombre sediento de venganza, en un mundo neón lleno de enemigos extravagantes, debe regresar a su antiguo trabajo y revivir las lecciones que aprendió como asesino profesional de una especie de secta. ¿Estamos hablando de John Wick? No, se trata de la nada creativa Beekeeper: sentencia de muerte, que se estrena en cines este jueves 11 de enero.

Dirigida por David Ayer, el cineasta detrás de la destacada Corazones de hierro y la cuestionable Escuadrón Suicida, la película parece no tener vergüenza de imitar los modos de la franquicia protagonizada por Keanu Reeves. No se limita solo a la estética, que está fuertemente inclinada hacia lo neón y los colores luminosos, sino que se extiende a toda su narrativa.

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Después de todo, como explicamos al principio, la historia es básicamente la misma. La diferencia es que el punto de quiebre para el protagonista Adam Clay (Jason Statham) no es el perro que lo conecta con el pasado, sino una vecina que se suicida después de ser víctima de un fraude digital, y quien es lo único que lo ancla en su presente. A partir de ahí, irá tras los líderes de la compañía que estafó a la señora. En resumen, es básicamente una versión alternativa de lo hecho con John Wick.

Beekeeper: un John Wick sin gracia

El problema es que Beekeeper no logra acercarse ni un poco a lo logrado por la franquicia de Keanu Reeves, y sí, es necesario hacer la comparación, ya que el guionista Kurt Wimmer (Salt, Los indestructibles 4) parece no haber tenido reparo en seguir este camino ya conocido.

Beekeeper, con Jason Statham
Hasta en su estética, Beekeeper intenta imitar el diseño de producción de John Wick (Crédito: Diamond Films)

Para empezar, la estética está lejos de ser igual de atractiva. Con la excepción de una escena hacia el final, en una pelea entre Statham y el actor Taylor James (Sansón), todas las demás secuencias de golpes están mal filmadas por Ayer, que parece haber olvidado cómo hacer películas después de Corazones de hierro. La cámara no sólo se mueve demasiado, sino que casi impide que el espectador comprenda lo que está sucediendo. Parece una película de acción de los años 80 con un presupuesto muy bajo, cuando no había dinero para las coreografías.

Los personajes extravagantes también encajan mal en este universo. El guion y la dirección nunca logran establecer una mitología para la sociedad de asesinos a la que Adam pertenece, los llamados Beekeepers, y queda la sensación de que es una imitación burda.

“¿Quién escribió esta película?”

Sin embargo, el guión es lo peor. Tratando desesperadamente de emular a John Wick con cada decisión narrativa, Kurt Wimmer crea diálogos tan terribles como el propio apartado visual de la película. Son exageradamente expositivos y, por lo tanto, poco naturales. En un momento determinado, uno de los villanos va tras Adam y, en lugar de mostrarnos una búsqueda frenética, hay solo un corte. El villano lo encuentra espontáneamente, y sin emoción alguna, dos escenas después. ¿Y qué dice? “Oh, ahí está el hombre que explotó nuestro edificio”. Una terrible mezcla de dirección deficiente y guión todavía peor.

Beekeeper, con Jason Statham
Josh Hutcherson interpreta al villano de Beekeeper, sin personalidad alguna (Crédito: Diamond Films)

Lo peor de todo es que, incluso con tantas cosas fuera de lugar, Beekeeper ni siquiera logra ser graciosa como la desquiciada Megalodón 2, una película también con Jason Statham que nunca se toma en serio. David Ayer piensa, en todo momento, que está creando una película de acción completamente original y no se da cuenta de lo ridícula que es toda la situación.

Beekeeper, así, se revela como uno de los primeros fracasos rotundos de 2024. No es solo una película sin personalidad, que intenta repetir las fórmulas de un éxito anterior del género, sino que también está mal filmada, mal dirigida y nunca sabe exactamente qué quiere contar. Al final, es lo peor posible: una película sin nada que decir, pero mucho que copiar.

Beekeper: sentencia de muerte llega a salas de cine este 11 de enero. Entra aquí para comprar tus boletos.

Publicado primero en la edición brasileña de Filmelier News.

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