Crítica de ‘Elementos’: una bella pero derivativa animación de Pixar Crítica de ‘Elementos’: una bella pero derivativa animación de Pixar

Crítica de ‘Elementos’: una bella pero derivativa animación de Pixar

‘Elementos’ (‘Elemental’), de Pixar, es una divertida y tierna propuesta de animación deslumbrante, pero con temas ya explorados de formas similares. Aquí la crítica.

Lalo Ortega   |  
21 junio, 2023 6:06 PM
- Actualizado 29 junio, 2023 5:17 PM

Pixar, uno de los estudios de animación digital más aclamados de la actualidad, parece tener predilección por antropomorfizar conceptos abstractos para fines metafóricos, desde emociones hasta propósitos de vida. Por ello, al ver Elementos (Elementos), que llega a salas de cine este 22 de junio, no podría culparse a nadie por pensar: ¿acaso no he visto esto antes?

Y no estarían del todo equivocados. Esta película (segunda oportunidad al bate del director Peter Sohn luego de Un gran dinosaurio) apuesta por la alegoría social con toques de comedia romántica –esta última una novedad para el estudio, si la memoria no me falla–. El resultado es muy divertido y visualmente cautivador, pero en efecto: se siente demasiado como un camino ya recorrido.

¿De qué se trata Elementos de Pixar?

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La historia se sitúa en Ciudad Elementos, una metrópoli en la que coexisten ciudadanos hechos de cuatro elementos diferentes: agua, tierra, aire y fuego. Estos últimos, sin embargo, son la ola más reciente de inmigrantes en llegar: muchos de ellos no son bien vistos, y viven confinados en zonas marginadas de una ciudad que no fue pensada para ellos.

Es en este contexto que crece Ember Lumen (voz en inglés de Leah Lewis), inmigrante de segunda generación e hija de Bernie (Ronnie del Carmen) y Cinder (Shila Ommi), que llegaron de la Tierra del Fuego. Ember está siendo preparada para heredar la tienda de su padre y, con ello, mantener vivas las tradiciones de su familia y antepasados.

Sin embargo, una anomalía en la ciudad hace que Wade Ripple (Mamoudou Athie), un chico de agua e inspector de obras, sea arrastrado hacia las tuberías de la tienda. Intentando evitar que Wade multe a la tienda de su padre, Ember acaba trabajando con él para resolver un problema de fugas en la ciudad.

Elementos, de Pixar
En Elementos, Ember y Wade forman la pareja que no debería funcionar (Crédito: Disney)

Elementos es una alegoría sobre la diversidad y la intolerancia

El guión de John Hoberg, Kat Likkel y Brenda Hsueh incluye ciertos detalles no tan sutiles que revelan a Elementos como un comentario sobre la intolerancia hacia los inmigrantes: los primeros en establecerse en la ciudad fueron el agua, la tierra y el aire, y ven al fuego con desdén por ser tan diferente. Las personas de fuego son luminosas y queman las cosas al tacto.

En consecuencia, la ciudad no fue construida con ellos en mente, lo que los ha condenado a vivir en los márgenes de la ciudad, en los rincones oscuros, olvidados y más descuidados. Se nos da a entender que la tienda de Bernie, construida “con sus propias manos”, es un negocio informal.

Si bien podría cuestionarse la caracterización de Ember y sus congéneres de fuego (ciertos aspectos, como su comida, temperamento volátil y costumbres, aluden a culturas mediorientales, sudasiáticas y latinoamericanas), la realidad es que tampoco puede negarse la universalidad de la metáfora. En nuestra realidad culturas representan a “los otros” generalmente exiliados y discriminados en las tierras donde van a parar.

Elementos, de Pixar
Las personas de fuego son, generalmente, discriminadas en Ciudad Elementos (Crédito: Disney)

Por otro lado, Elementos también es una celebración tanto de esa diferencia, como de su conciliación con la individualidad. El peligro de las fugas es lo que avanza la trama, pero en su corazón está el conflicto de Ember por honrar a su padre y sus tradiciones, a pesar de lo que ella quiere para sí misma.

Todo viene empacado en una animación bellísima que, si bien a veces estira la liga de la credibilidad y la física (incluso para una película de fantasía), es innegable que resulta hipnótica. En ese sentido, puede calificarse como uno de los trabajos más originales del estudio, que ya es decir.

Recursos ya vistos en Disney y Pixar

Sin embargo, y a pesar de que el giro de comedia romántica le brinda frescura, los recursos y temas empleados por Elementos hacen eco de otras producciones animadas. No sólo de la propia Pixar, sino incluso de Walt Disney Animation.

Por un lado, no podemos dejar de mencionar a Zootopia, otra animación que recurre a personajes antropomórficos para establecer metáforas sobre la intolerancia y los prejuicios (entre depredadores y presas, en este caso). Esto, por no volver a citar las ya mencionadas Soul e Intensa-Mente.

Por otro lado, está el tópico de los hijos que reafirman su individualidad contra los deseos de los padres. Es una temática ampliamente explorada en otras producciones de Pixar, desde Valiente a Coco, pasando por Luca hasta Red.

Elementos, de Pixar
Elementos acierta al enmarcar temas como diversidad e intolerancia en una comedia romántica (Crédito: Disney)

Elementos tiene el mérito de enmarcar la cuestión en el contexto de la inmigración y la intolerancia, temas sobre los que, sin duda, es importante reflexionar. Sin embargo, al convertirla en el corazón de su narrativa, no logra evitar esta sensación de familiaridad que no le favorece. Queda la sensación de que el estudio comienza a repetirse (y, para bien y mal, no parece ser una tendencia que cambiará pronto).

Incluso con todo lo anterior, Pixar entrega una comedia romántica emotiva y divertida que brinda el ya acostumbrado sello del estudio: es una producción entretenida que puede disfrutarse por toda la familia de una forma superficial, pero posee suficiente profundidad para ser analiza en un nivel más profundo por el público adulto.

Elementos llega a salas de cine este 22 de junio. Para comprar boletos, entra aquí.

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