Crítica: ‘La noche del demonio: La puerta roja’ no tiene nada que aportar a la franquicia

Pocas cosas son más embarazosas que la falta de un tema de conversación. No sabes hacia dónde mirar ni qué hacer con las manos. El silencio incomoda. Intentas sacar algún comentario por ahí, pero nada funciona: la ausencia se apodera junto con la inquietud. Esa es precisamente la sensación que domina durante La noche del demonio: La puerta roja (Insidious: The Red Door), el quinto capítulo de la franquicia de terror que se estrena este jueves 6 de julio.

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Dirigida y protagonizada por Patrick Wilson (de El conjuro), la película tiene tan poco que decir que es difícil incluso explicar de qué trata la historia. Inicialmente, sigue a Josh Lambert (Wilson) en su misión de llevar a su hijo Dalton (Ty Simpkins) a su nueva residencia universitaria. No se llevan bien y, al igual que la película con nosotros, no encuentran un tema en común. El silencio reina y ninguno sabe por dónde empezar la conversación.

Pero después de dejar al chico en su nueva casa y marcharse, Josh comienza a darse cuenta de que la vida sin apariciones está lejos de quedarse en el pasado. Padre e hijo comienzan a tener visiones aterradoras que distorsionan la realidad. Josh está solo, sin saber qué camino tomar, mientras que Dalton cuenta sólo con la ayuda de su nueva compañera de cuarto, Chris (Sinclair Daniel), que intenta comprender mejor lo que está sucediendo.

La falta de tema domina La noche del demonio: La puerta roja

Y eso es todo. La noche del demonio: La puerta roja no tiene mucho más que decir después de eso. Luego de cuatro películas que oscilan entre lo mediocre y lo sobresaliente, la franquicia parece perderse en esta falta de tema: ¿qué aparición llegará a la vida de los personajes después de prácticamente resolver esta historia en La noche del demonio: Capítulo 2? No es de extrañar que las dos películas siguientes (Capítulo 3 y La última llave) hayan buscado nuevos caminos.

Se puede percibir que gran parte de los esfuerzos del guión de Leigh Whannell (creador de La noche del demonio y de Saw) y Scott Teems (Halloween Kills) son para incluir hasta elementos nostálgicos en la trama, pero eso es imposible. El viaje de Josh y Dalton comenzó hace poco más de 10 años. ¿Están los estudios tan desesperados por dinero como para forzar una cierta nostalgia tan pronto? Es inviable.

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Además, el debut de Patrick Wilson en la dirección no podría ser más desafortunado: no sólo tuvo que trabajar con un pésimo material, en el que el tema termina antes de empezar, sino que hay una completa falta de sentido estético y personalidad en la forma en que dirige. Hay sobresaltos repentinos gratuitos que raramente tienen sentido dentro de la historia, y están ahí solo para asustar, como el gran susto que él mismo sufre en la máquina de radiografía, por ejemplo.

Las cosas no se sostienen, la historia no avanza. La noche del demonio: La puerta roja anda siempre en círculos y hasta provoca desesperación: parece que no avanzamos, la historia se congela en las mismas situaciones. Por un lado, Dalton enfrenta sus miedos y fantasmas del pasado en las clases de arte. Por otro lado, Josh intenta comprender las alucinaciones que experimenta en sus visitas al médico.

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En los últimos 10 minutos, cuando Wilson y el guión deciden apresurarse para que la historia tenga algo más que la sinopsis, el desastre se vuelve aún más evidente. Con tan poco tema de conversación, la película roza en la parodia de sí misma. Para darnos una idea, uno de los personajes enfrenta brutalmente a los demonios en una escena y luego sale feliz de casa diciendo que regresa a cenar el viernes. Parece que nada de lo vivido allí fue real.

La noche del demonio sirve para una cosa: ganar dinero

El hecho es que, sea buena o mala, La noche del demonio: La puerta roja podría ser el único éxito garantizado del verano estadounidense hasta ahora, obviando a Barbie. La película costó solo 10 millones de dólares y se espera que se recupere en el primer fin de semana de estreno.

Es algo con lo que Sony Pictures ha obtenido beneficios financieros con esta franquicia, que comenzó bajo el cuidado de James Wan (El conjuro) en 2010. La primera película, protagonizada por Wilson, costó solo 1.5 millones de dólares y recaudó 100 millones. La segunda fue aún mejor: costó 5 millones de dólares y recaudó más de 160. La tercera y cuarta películas siguieron caminos similares, obteniendo ganancias por encima de lo esperado.

Es una máquina de hacer dinero. Son producciones de muy bajo costo, pero que aún atraen al público. No es como Indiana Jones y el Dial del destino, que necesita acercarse a mil millones de dólares en taquilla para obtener ganancias. Esta película sólo tiene que atraer a los fanáticos del terror y la recuperación está garantizada. Así que no esperes que Sony Pictures termine la franquicia con esta película.

A pesar de las malas críticas, la saga La noche del demonio ya tiene una nueva entrega asegurada, un spin-off titulado Thread anunciado en enero de 2022, con guión y dirección de Jeremy Slater (The Umbrella Academy). Aún no se ha revelado la trama, pero el proyecto está en desarrollo y cuenta con el apoyo de James Wan como productor, con Mandy Moore y Kumail Nanjiani como actores principales. Habrá que ver…

La noche del demonio: La puerta roja ya está en salas de cine. Para comprar boletos y saber más de la película, entra aquí.