Crítica de ‘Misántropo’: un thriller promedio del director de ‘Relatos salvajes’

Desde que Relatos salvajes sorprendió a todos con su éxito en cines, incluso llegando a ser nominada al Oscar a Mejor Película Internacional, el mundo se preguntó: ¿cuál será el próximo proyecto del director Damián Szifron? El argentino se convirtió rápidamente en un nombre cotizado en la industria y podría tomar cualquier tipo de proyecto. La respuesta, el thriller estadounidense Misántropo (To Catch a Killer) llega a salas de cine de México este 6 de julio.

¿De qué trata Misántropo?

En la historia, seguimos una investigación que, superficialmente, se parece a tantas otras que ya hemos visto en el cine estadounidense, algo como El coleccionista de huesos, por ejemplo. Desde el principio, Misántropo nos muestra el crimen: un acto de terrorismo en plena víspera de Año Nuevo que mata a casi una decena de personas inocentes. Jóvenes, ancianos, negros, blancos. No hay distinción ni objetivo. El criminal parece matar por placer.

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La investigación está a cargo de la policía Eleonor (Shailene Woodley) y los agentes Lammark (Ben Mendelsohn) y Jack McKenzie (Jovan Adepo). Poco a poco, comienzan a sumergirse en el mundo de estos criminales y tratan de encontrar patrones, pistas e indicios. Rápidamente queda claro que el criminal no es alguien con una gran organización detrás, sino un hombre común, alguien que ama, es amado por alguien, se decepciona y también decepciona a los demás.

¿Cómo encontrar a este hombre que puede estar en cualquier lugar, que puede ser cualquier persona? ¿Qué pista seguir?

¿Es Misántropo una buena película?

A partir de ahí, la película de Szifron se divide prácticamente en dos. Por un lado, está el suspenso clásico y tradicional, sin grandes diferencias. Es ese tipo de película típica que explotó en los años 90 y 2000, que se estrenaba en masa en cines y en video casero, donde vemos a policías desolados persiguiendo a criminales sádicos, casi imposibles de encontrar. En ese sentido, Misántropo está un poco perdida en el tiempo. Es el tipo de película que habría sido un éxito hace 20 o 30 años, no ahora.

Desafortunadamente, la película hace poco esfuerzo por salir de lo común, y cae esencialmente en lo que ya conocemos. La fórmula utilizada por el guion de Szifron y Jonathan Wakeham resulta cansada: el agente del FBI que rompe todas las reglas para atrapar al asesino, la policía con un pasado manchado por el vicio, el criminal que revela gradualmente particularidades extrañas y un comportamiento inusual. Todo es muy trillado.

Sin embargo, Misántropo no es solo un suspenso que emula historias clásicas de forma perezosa. El director tiene momentos brillantes que le dan a la película una capa de brillo interesante. Es el caso de una escena muy bien filmada en el centro comercial, la secuencia en la tienda de conveniencia y, especialmente, cuando se hacen comentarios sociales no sólo en la historia, sino también en la forma en que el cineasta filma algunos momentos de la investigación, que podrían ser simplemente triviales de otra forma.

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La película utiliza el contexto de este crimen y la investigación para hacer un comentario ácido y provocador sobre la sociedad estadounidense, enferma de consumismo, de violencia que se ha vuelto común, de falta de empatía hacia los demás.

Es en estos momentos que la película casi alcanza un resultado sorprendente, por encima de la media. Énfasis en casi. Misántropo, desafortunadamente, se aferra más a los estándares del género, con sus tópicos y clichés, en lugar de marcar la diferencia y ser una película llena de comentarios ácidos, como vimos en otro sentido en Relatos salvajes. Parece que Szifron quedó limitado en la forma de contar su propia historia.

¿Aún hay lugar para este tipo de suspenso?

Ahora, volvamos a algo que mencioné al principio: Misántropo es una película perdida en el tiempo, que habría sido exitosa hace 20 o 30 años, no ahora. ¿Qué ha pasado con este género que básicamente dominó la taquilla en ese período?

Hoy en día, lo que más vemos son películas como Misántropo, que picotean posibilidades emocionantes con comentarios sociales o incluso políticos, pero que rara vez salen de la fórmula que se estableció hace décadas con los suspensos noir y similares. El ambiente de la historia, el perfil del criminal, los problemas de los investigadores: todo se repite una y otra vez en un sinfín de historias que parecen estar atrapadas en un ciclo de monotonía, sin encontrar una salida real.

Películas como Sombras de un crimen, En busca de un asesino y El acusado perfecto, por mencionar sólo algunos ejemplos más recientes, transitan por el mismo camino. Da la sensación de que el género está atrapado, con apenas algunas películas buenas aquí y allá (como Tierra de nadie y La extorsión), luchando por encontrar un camino para escapar, pero permaneciendo en el mismo lugar.

Misántropo llega a salas de cine el 6 de julio. Para comprar boletos y saber más de la película, entra aquí.

Publicado primero en la edición brasileña de Filmelier News.