Crítica de ‘Mala suerte, buena suerte’: alcoholismo, polémica y una maravillosa Andrea Riseborough Crítica de ‘Mala suerte, buena suerte’: alcoholismo, polémica y una maravillosa Andrea Riseborough

Crítica de ‘Mala suerte, buena suerte’: alcoholismo, polémica y una maravillosa Andrea Riseborough

Originalmente titulada ‘To Leslie’, ‘Mala suerte, buena suerte’ fue la polémica nominada como Mejor actriz en la pasada edición de los Oscar. Checa la crítica.

Lalo Ortega   |  
29 junio, 2023 5:16 PM
- Actualizado 5 julio, 2023 5:10 PM

Quien haya estado aunque sea un poco enterado de la última edición de los Oscar, tendrá conocimiento de la controversia alrededor de To Leslie (inexplicablemente titulada Mala suerte, buena suerte para su estreno en salas de cine mexicanas este 29 de junio).

La conversación se redujo a que su protagonista, Andrea Riseborough (recientemente vista en Ámsterdam), logró colarse en la carrera de Mejor actriz por una película con dos peculiaridades. La primera, que se trataba de una película independiente de ínfimo presupuesto de producción (según varias fuentes, menor a un millón de dólares), y todavía menor para su campaña de Oscar. La segunda, que prácticamente nadie la vio: luego de su estreno en el festival SXSW, la película se estrenó en “unos 28 cines” de Estados Unidos.

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Así, Mala suerte, buena suerte tuvo la distinción de convertirse en objeto de curiosidad generalizada por un lado, de escrutinio de la Academia por otro (el organismo se vio orillado a revisar su reglamento) y del reproche de ciertos sectores que daban más mérito a Viola Davis (por La mujer rey) o a Danielle Deadwyler por Till. Temas para otra charla.

Pero se trata de la clase de polémica que, al final de cuentas, acaba por opacar a la película en sí. Ahora que To Leslie finalmente nos llega al sur de la frontera, cabe preguntarnos: ¿por lo menos es tan buena película?

¿De qué se trata Mala suerte, buena suerte (To Leslie)?

Dirigida por Michael Morris (en su largometraje debut luego de series como House of Cards y Better Call Saul) y escrita por Ryan Binaco (inspirado en la historia de su madre), Mala suerte, buena suerte sigue a Leslie “Lee” Rowland (Riseborough), una mujer que gana 190 mil dólares en la lotería, pero así de rápido los acaba despilfarrando en fiestas y alcohol.

Seis años más tarde, ha tocado fondo: es una indigente alcohólica, ha sido expulsada de un motel y, sin más opción, acude a su hijo de 19 años, James (Owen Teague), quien la acepta bajo la condición de no beber.

Sin embargo, su alcoholismo no tarda en poder más que ella y Leslie pronto se encuentra en la calle una vez más, en un viaje que la confronta con las consecuencias de su autodestrucción, pero también con la posibilidad de redención.

Mala suerte, buena suerte (To Leslie)
Mala suerte, buena suerte es la historia de una mujer que ha caída tan bajo que sólo podría subir… pero insiste en bajar (Crédito: Zima Entertainment)

Andrea Riseborough es brutal

Ahora, a reserva de todo lo que pueda decirse sobre la película en sí, es indiscutible que Andrea Riseborough logra uno de los trabajos dramáticos más poderosos del último año. Nada le pide a la Lydia Tár de Cate Blanchett, y tiene mucha más riqueza y complejidad emocional que sus otras compañeras de categoría.

La nominación de Riseborough por To Leslie (lo siento, Mala suerte, buena suerte es un título pésimo) es, en realidad, un reconocimiento tardío y no tan necesario para una de las actrices más interesantes en activo el día de hoy. La camaleónica Riseborough ha tocado géneros tan diversos como el musical queer en Please Baby Please; el terror cósmico de Mandy, el drama romántico de Un invierno en Nueva York y el horror corporal de Possessor, por mencionar sólo algunos títulos. En todos ha sido fenomenal.

La actriz toma como su plataforma un guión que, enraizado en lo personal, se enfoca en lo emotivo y psicológico de su protagonista. Mala suerte, buena suerte no nos explica por qué Leslie es madre soltera, por qué se volvió alcohólica ni cómo específicamente se bebió el dinero de la lotería.

Sin estar anclada a un contexto tan específico, Leslie se vuelve un personaje con el que es más fácil simpatizar. Riseborough no hace más fáciles de digerir, en absoluto, sus aspectos más horribles. Sin embargo, sí logra hacernos sentir la brutal contradicción del alcoholismo, la espiral autodestructiva de alguien que quiere ser y sentirse mejor, pero no conoce mejor método que empinar la botella. No puede evitarlo.

El guión de Binaco y la dirección de Morris –apoyados en una excelente edición de Chris McCaleb (Breaking Bad) y en la cinematografía de Larkin Seiple (Todo en todas partes al mismo tiempo)– nos dan una historia en la que la protagonista va de un lado para otro, sin rumbo, como una hoja arrastrada por el viento de su propia miseria. Por fortuna, más que caer en el miserabilismo sórdido, Mala suerte, buena suerte logra equilibrar las cosas entre la posibilidad de redención y la frustrante incapacidad de Leslie para aprovecharla.

Y en ese sentido, el resto del elenco logra un trabajo interpretativo igual de rico que el de Riseborough, incluso si el guión tampoco da tanta complejidad a sus personajes. Para Alison Janney (Yo, Tonya), ser una figura materna cruel y dolida le viene tan fácil como respirar, y Marc Maron (Guasón) evoca lo más oscuro de su historia personal para crear una muy necesaria figura compasiva en el camino de la protagonista.

Mala suerte, buena suerte (To Leslie)
Marc Maron brinda a la trama de Mala suerte, buena suerte un compasivo y necesario contrapunto (Crédito: Zima Entertainment)

Dicho lo anterior, la película se apoya en tantas generalidades que acaba sintiéndose un tanto tópica y, en consecuencia, demasiado similar a tantas otras historias de redención. Cabría cuestionar, también, el tratamiento de las motivaciones de la propia Leslie: su gran motivación para estar sobria acaba siendo la relación con su hijo. La maternidad del personaje está en un pedestal, y ella sufre porque no está en él.

Aunque también se entiende la motivación personal del guionista y, en ese sentido, el resultado es de una profunda humanidad sólo enaltecida por el espectacular trabajo de Andrea Riseborough. Las películas son más que el componente interpretativo de sus actores, pero en este caso, la actuación principal vale todo el precio del boleto.

Mala suerte, buena suerte (To Leslie) ya está en salas de cine. Para comprar boletos y saber más de la película, entra aquí.