Crítica de ‘Tortugas Ninja: Caos mutante’: Chamacos mensos Crítica de ‘Tortugas Ninja: Caos mutante’: Chamacos mensos

Crítica de ‘Tortugas Ninja: Caos mutante’: Chamacos mensos

Sus licencias creativas no gustarán a los fans puristas, pero ‘Tortugas Ninja: Caos mutante’ da nueva vida a las tortugas. Checa la crítica.

Lalo Ortega   |  
9 agosto, 2023 5:43 PM
- Actualizado 28 agosto, 2023 6:04 PM

Como alguien que creció con las Tortugas Ninja, por muchos años hubo una parte del título original que se perdía en la traducción, al menos para mí: Teenage Mutant Ninja Turtles. Tanto en la famosísima serie animada de los 80 como en los videojuegos y en su primera iteración cinematográfica (los productos de la franquicia con los que tuve contacto), las tortugas siempre me parecieron de una edad ambigua.

Sí, estaba ese desmedido amor por la pizza, las patinetas y cierto humor bobo, pero el asunto de salvar a Nueva York me parecía más cosa de adultos, no tanto de unos adolescentes que, por cuestiones del destino, también eran tortugas mutantes que hacían ninjutsu.

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Las garrafales adaptaciones producidas por Michael Bay no ayudaban a la cuestión, pues en ellas, las tortugas parecían menos unos adolescentes y más una versión reptiliana de Hulk en Los Vengadores. Es con la animación Tortugas Ninja: Caos mutante (Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem), en cines de México desde este 10 de agosto, que finalmente percibo al cuarteto de hermanos como lo que dice su nombre original: unos chamacos mensos, para bien y para mal.

Smells Like Teenage Spirit

Claro que Caos mutante no es la primera película animada de las tortugas. Pero más allá de la diferencia superficial de la animación en 3D, esta versión nos presenta a cuatro personajes que tienen menos solemnidad y pericia, ajenos a los niveles de violencia y seriedad de los cómics originales de Kevin Eastman y Peter Laird (la película se burla de ello, en realidad). Tanto en comportamiento como en motivaciones, se parecen más a los protagonistas de Súper Cool (Superbad).

Tortugas Ninja: Caos mutante
Lo más cercano a Eastman y Laird que verás en Caos mutante (Crédito: Paramount Pictures)

No es casualidad, pues, que dos de los guionistas de la película sean la prolífica dupla de Evan Goldberg y Seth Rogen, quienes han dejado una marca indeleble en la comedia juvenil de Hollywood (los otros guionistas son el director Jeff Rowe, de La familia Mitchell vs. las máquinas, y Dan Hernandez y Benji Samit de Detective Pikachu).

En la trama de Tortugas Ninja: Caos mutante no tenemos a los justicieros estoicos de otras versiones, ni complejas tramas de ciencia ficción o viajes en el tiempo. Sus orígenes permanecen más o menos como los conocemos, pero aquí, las tortugas no son más que unos chicos que buscan encajar y tener vidas como las de otros chicos de su edad. Sueñan con la escuela, las amistades y los conciertos de un mundo intolerante al que no pueden pertenecer.

El espíritu adolescente de los personajes se extiende, también, al diseño de personajes a cargo de Woodrow White. Él y el director Rowe apostaron por el estilo estandarizado que ha caracterizado a las Tortugas Ninja (diferenciadas sólo por el color de sus máscaras). Los protagonistas lucen más como chicos desgarbados, torpes, y los elementos de su mundo no temen mantenerse en sintonía: ser un adolescente puede ser asqueroso.

La dirección de arte sigue un estilo de animación popularizado en años recientes, que mezcla modelos en 3D con la apariencia de dos dimensiones. Así como Spider-Man: A través del Spider-verso recuerda a un cómic animado, o Gato con botas: el último deseo a un libro de cuentos con vida, Caos mutante parece un cuaderno de dibujos en crudo.

El conjunto da una capa de pintura fresca, emocionante y singular a las Tortugas Ninja, con una personalidad juvenil distinta a tantas otras iteraciones que han venido antes. Esto, en momentos, viene a costa de varias licencias creativas con el canon de la franquicia, que no serán del agrado de los fans más puristas, pero que abren nuevas y divertidas posibilidades para ella.

Es el guión, sin embargo, lo que no está tan logrado. Al menos no en comparación a las otras películas animadas del mismo estilo estrenadas en el último año.

Unas tortugas ninja muy inmaduras

De entre todas las cosas que definen a la adolescencia, pocas tan características como el deseo de encontrar un lugar y ser vistos, y también la estupidez cultivada por un alto grado de inmadurez. En combinación, son la fórmula perfecta para la catástrofe, desde accidentes inocentes por una tendencia de TikTok, hasta chocar el auto de los padres por escaparse a una fiesta sin permiso.

Tortugas Ninja: Caos mutante
Si estas tortugas ninja parecen cuatro chamacos mensos, es intencional. Y eso está bien. (Crédito: Paramount Pictures)

Tortugas Ninja: Caos mutante, establece desde el inicio la inmadurez y soledad de sus protagonistas y la sobreprotección de su padre adoptivo, la rata mutante Splinter (voz en inglés de Jackie Chan), ante un mundo intolerante por los seres que son diferentes, un tema que también es reflejado en esta versión de la periodista amateur, April O’Neil (voz en inglés de Ayo Edebiri).

Por otro lado, también se descubre la existencia de otros mutantes en la ciudad (extraídos de las profundidades del extenso canon de la franquicia, más allá de los acostumbrados Bebop y Rocksteady). Este contrapunto dispara el deseo de pertenencia de las tortugas y sus actos bienintencionados, pero imprudentes, que cometen para satisfacerlo.

En otras palabras, Tortugas Ninja: Caos mutante narra una linda historia sobre luchar contra la intolerancia y aprender a aceptar a los que son diferentes. Con su espectacular estilo visual, referencias cinematográficas a todo desde Oldboy al cine de Jackie Chan, y sus protagonistas de sensibilidad juvenil auténtica, sin duda abre las puertas a la franquicia para hablarle a una generación más joven.

El problema con la película de Rowe, y en particular el guión de Rogen, Goldberg, Hernandez y Samit es que subestima a su audiencia, recurriendo a diálogos expositivos torpes a lo largo de todo el metraje. Algunas cosas, que ya se intuyen o podrían ser integradas al flujo de la narrativa de manera más orgánica, son insertadas en momentos poco adecuados, rompiendo el ritmo.

Por otro lado, las propias tortugas ninja son poco diferenciadas aquí, más allá de los estereotipos ya conocidos: Leo es el líder, Rafael es el rudo, Donatello es el inteligente, y así sucesivamente. Si bien los hermanos eran casi indistintos en sus orígenes, ya se ha desarrollado suficiente material sobre cada una a lo largo de las décadas. Aunque es posible identificarse con sus motivaciones como grupo, no hay mucha individualización.

Lo cual, para una primera parte que introduce al mundo y sus personajes, funciona. Esperemos que la inevitable secuela –ya establecida por la escena poscréditos– sea mejor en el apartado narrativo.

Tortugas Ninja: Caos mutante llega a salas de cine este 10 de agosto. Para comprar boletos, entra aquí.

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