Ted Bundy no es sólo un psicópata. Se ha convertido en un boogeyman (El coco) y en una leyenda del mal. Al fin y al cabo, al margen de la cantidad de muertes que siguió a su existencia, el estadounidense desprendía encanto, belleza y simpatía. Hoy, más que ningún otro psicópata, se ha convertido en objeto de libros, series, documentales y más de cinco películas de ficción. Sin embargo, ninguna película ha puesto al psicópata en el lugar que le corresponde como Ted Bundy: La confesión final, que se estrena esta semana en streaming.
Dirigido por Amber Sealey (How to Cheat), el largometraje no muestra los actos violentos de Bundy (Luke Kirby). Al contrario: el psicópata está en su momento más vulnerable, en la cárcel y a punto de ser ejecutado por su sentencia de muerte. Es entonces cuando llega el agente Bill Hagmaier (Elijah Wood), quien tiene dos misiones: primero, pedir la ayuda de Bundy para entender los crímenes que están ocurriendo en Estados Unidos y, después, intentar que confiese.
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Con eso, todo quedó parado, estático, sin perspectivas. Hasta que empezaron a adaptar el guion a las necesidades que surgían debido al distanciamiento social por covid. Ted Bundy: La confesión final se ha convertido cada vez más en un show de entrevistas. Por otro lado, Luke Kirby seguía con sus preocupaciones, pero preparándose para convertirse en Bundy en la pantalla. “Hicimos el trabajo de investigación necesario. Eso fue desafiante y me revolvió el estómago”.
Según ella, uno de los puntos principales para llegar a la no romantización de Bundy fue también comprender quién era el personaje y desmitificarlo. “No veo a Bundy como este genio. Por supuesto que estaba por encima del promedio en inteligencia, sabía mucho sobre crímenes y cómo cometerlos. Pero creo que su principal característica fue la inseguridad, la necesidad, la desesperación por ser respetado”, dice la directora. “Preferí centrarme en eso, ya que todo estaba allí, en las conversaciones reales”.
Esa fue, pues, la diferencia que encontró Amber frente al mar de contenidos que lo rodean. “¿Creo que hay demasiadas películas sobre Ted Bundy por ahí? Sí. ¿Hice una más? Sí. Soy culpable, pero eso es lo que es”, dice.
Sin embargo, Ted Bundy: La confesión final es casi un crimen posterior a la verdad. Una negación de estas producciones. Mientras ponen en evidencia al criminal, la película pone la lógica de la investigación, la mente y humaniza todo. A pesar de la resistencia inicial de Luke Kirby de participar en el largometraje, es interesante notar cómo la película se ha convertido, así, en una continuación de todo lo que piensa el actor, incluidas las exitosas producciones y el llamado “true crime”.
“Esto me da mucho miedo”, dice el actor, del movimiento “true crime”. “Creo que hay algo en la gente que disfruta estar en peligro, preguntándose quién está detrás de ese crimen, cosas así. No tengo idea de cómo esto puede ser tan exitoso. No es lo que consumo, pero [este movimiento] es fascinante”.A pesar de que ‘Star Wars’ concluyó su nueva trilogía hace tiempo, tiene un futuro…
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