Los mejores profesores se dedican a ayudar a sus alumnos a alcanzar su máximo potencial… incluso si ellos mismos no tendrían por qué estar ahí en primer lugar. Los motivos de Dewey al inicio de ‘Escuela de Rock’ pueden ser egoístas, pero finalmente todo resulta bien… y él pasa a la historia como uno de los mejores maestros del cine (por no decir que uno de los más “cool”).
Uno de los papeles más entrañables en la ilustre carrera de Robin Williams también lo ve como profesor, y sin duda uno de los más inspiradores en la memoria colectiva. Sin duda, todos recordamos algo de ‘La sociedad de los poetas muertos’, aunque sea la imagen del maestro y los alumnos parados en el escritorio, o la memorable frase “¡Oh, capitán! ¡Mi capitán!”. John Keating es, sin duda, la clase de maestro que todos hubiéramos querido tener de jóvenes.
Es indiscutible que la señorita Tronchatoro es memorable, pero ni de lejos califica entre los mejores maestros del cine. En su lugar tenemos a la dulce señorita Miel, la fuerza bondadosa que contrarresta la maldad de la resentida directora de la escuela en ‘Matilda’. Ella se convierte en un rayo de luz e inspiración para la joven protagonista, quien tampoco la pasa muy bien en casa.
En el cine hay dos maestros memorables, cuyos métodos brillan más incluso que su bondad. Uno de ellos es el señor Miyagi de la saga ‘El Karate Kid’, quien brindó refugio a Daniel Larusso y le impartió su sabiduría de peculiares maneras. “Encerar y pulir” nunca volvió a significar sólo encerar y pulir un auto.
El segundo maestro que se destaca por sus métodos es Yoda, del universo ‘Star Wars’. Décadas después de su primera aparición en ‘El imperio contraataca’, éste aún se mantiene como uno de los debuts más memorables del cine, por virtud de desafiar todos los prejuicios. “¿Por mi tamaño me juzgas?”, le pregunta él a Luke Skywalker, pues ni él ni el público esperaban que un pequeño alienígena verde fuera el maestro Jedi más poderoso de la galaxia en aquel entonces.