Las grandes fantasías en el cine de Hollywood –industria que privilegia un ideal de eterna juventud a la que se aferran sus estrellas en formas cada vez más extremas– pueden condicionarnos a pensar que sólo las historias protagonizadas por actores siempre jóvenes y bellos son las únicas dignas de ser contadas. Y luego viene Thelma: Una abuela en acción para hacernos pensar fuera de la caja: no todo es ver a Tom Cruise correr y pretender que no tiene más de 60 años. Aquí, tenemos a la nonagenaria June Squibb en una comedia de acción (sí, una anciana en una comedia de acción) que dignifica a la vejez por todo lo que está en juego en su trama. Luego de caer víctima de una estafa, Thelma parece destinada a ser enviada a un hogar para ancianos, así que decide tomar el asunto en sus manos y rastrear al culpable. Una película tan tierna como divertida –con uno de los usos más geniales de un plano de helicóptero en años–, que además de brindar un excelente rato de entretenimiento, abre la puerta a reflexionar sobre las historias que consideramos importantes, así como lo que idealizamos gracias a ellas. - Lalo Ortega
La cineasta Mati Diop (Atlantique) está en su mejor forma en Dahomey, un documental de poco más de una hora de duración que sigue la repatriación de tesoros reales saqueados del Reino de Dahomey, que regresan a Benín después de décadas de haber estado expuestos en París. Dando voz a esos tesoros, Diop da una aura casi fantástica al documental, que alterna momentos en los que es pacientemente observador con otros en los que presenta una voz cavernosa, como si viniera del más allá, haciendo que los tesoros cuestionen sus historias y su importancia. En la parte final, Diop amplía la discusión al mostrar un debate universitario. De este modo, Dahomey se convierte en una película sobre la resignificación de la historia. Pasado, presente y futuro en una sola pieza — y tres significados diferentes. Bellísima. - Matheus Mans
Primer filme en inglés del cineasta español Pedro Almodóvar, La habitación de al lado logra mantener la esencia del director, a pesar de no contar con la belleza de su lengua materna. Julianne Moore y Tilda Swinton hacen una buena dupla como dos mujeres que enfrentan la finitud de la vida, cada una a su manera. La trama aborda cuestiones existenciales de una forma inesperada, siempre tratando la muerte como algo incómodo, casi como si fuera una piedra en el camino, mientras el mundo sigue girando y ocurriendo, nunca con novedades, pero siempre como una repetición que pierde su gracia. Y lo mejor de todo: con aires de una pintura de David Hockney, la película pone los colores de Almodóvar marcando presencia y dictando el ritmo de los sentimientos de los personajes, que transitan entre la melancolía, la confusión e incluso el buen humor. - Matheus Mans
Un hombre diferente es uno de esos filmes que te sacan de tu zona de confort. Después de todo, desde la concepto, el director y guionista Aaron Schimberg provoca con la historia de un hombre con una discapacidad facial provocada por una acumulación de tumores benignos. El asunto es que, enamorado de su vecina, decide participar en un experimento para cambiar su apariencia. Con Sebastian Stan, Renate Reinsve y el genial Adam Pearson, el largometraje cuestiona realmente hasta qué punto la apariencia es un impedimento, sin miedo de echar sal a la herida y cuestionar temas que aún hoy son tabúes, y que aquí adquieren aún más peso por la relevancia del cine. - Matheus Mans
Pocas películas provocaron el furor y las discusiones durante 2024 que La sustancia, desde su triunfo en Cannes como Mejor guión. Dirigida por la francesa Coralie Fargeat y protagonizada por unas entregadas Demi Moore y Margaret Qualley, esta fábula de body horror feminista es, a la vez, una esquizofrénica historia de Dorian Grey y del monstruo de Frankenstein en una misma persona, que trae a conversación la mirada masculina en los medios de comunicación y las formas en que las mujeres pueden sacrificarse a sí mismas para seguir en dicho juego. Incluso en sus momentos más indulgentes, nunca deja de ser fascinante y relevante por los temas que trae a la mesa con la misma frontalidad ineludible que un chorro de sangre directo a la cara. - Lalo Ortega
