Duna (Dune), de Denis Villeneuve, se ha convertido en un fenómeno cinematográfico de la pandemia, recaudando suficiente en taquilla para asegurarse una secuela. Pero mucho antes de eso, en los 80, hubo otra adaptación del libro de Frank Herbert. David Lynch fue el encargado de asumir esa tarea considerada “imposible” en aquel entonces.
Recientemente, Televisa publicó un video de archivo de una conferencia de prensa y una entrevista que el director brindó en la Ciudad de México en 1983. La adaptación de Lynch tiene un vínculo especial con nuestro país, pues fue filmada en su mayoría en los Estudios Churubusco (fundados en colaboración por la RKO y Televisa, aunque desde hace mucho controlados por el gobierno), además de los médanos de Samalayuca en el estado de Chihuahua.
Lynch llevaba cuatro meses en México para el rodaje de Dune, que se llevó a cabo en 1983. Por entonces, el director montaba la ola del éxito de sus dos primeras películas, Cabeza borradoray El hombre elefante (por la última había sido nominado al Oscar como Mejor director). El video resulta curioso pues, en retrospectiva, el cineasta ha llamado a esta película una “enorme tristeza” para él, pues no tuvo control creativo y fue un fracaso en taquilla. Sin embargo, Lynch estaba claramente entusiasmado con el proyecto, una súper producción totalmente distinta a lo que había hecho hasta entonces. “Dune es algo completamente distinto. Es la mejor aventura de ciencia ficción que se haya escrito. Tiene gente real en ella, emociones reales, tanto misterio y cosas que corren bajo la superficie”, explica Lynch en entrevista. “Hay tantas imágenes fantásticas y sonidos y sentimientos involucrados que resulta un gran desafío y un gran honor estar realizándola”. “Ha sido muy divertido, tenemos el mejor equipo del mundo”, añade David Lynch. “Pero es un reto enorme, claro”.
¿Por qué Dune de David Lynchse filmó en México?
Las capacidades de producción de los sets de Hollywood son difícilmente igualadas por los de otros países, por lo que a algunos podría resultarles extraño que el productor Dino De Laurentiis optara por trasladar la producción a México. La razón, más allá de las mencionadas dunas de Chihuahua, es muy sencilla: el tipo de cambio. En términos simples, el valor del peso frente al dólar hacía que el presupuesto de producción rindiera mucho más. No sólo eso, México era el único país que podía proporcionar las condiciones necesarias. “En Europa, ningún país tenía foros del tamaño necesario y un desierto. En Hollywood, sólo la renta de los foros hubiera costado 20 millones de dólares”, dijo en aquel entonces la productora, Rafaella De Laurentiis, al New York Times. La película acabó costando alrededor de 40 millones de dólares. Dune de David Lynch también tiene un curioso epílogo en su historia. Se dice que Universal Pictures dejó parte de la utilería en las bodegas de los Estudios Churubusco. En un periodo en el que el las sexy comedias dominaban el cine mexicano, dicha utilería acabó siendo utilizada para una película llamada Dos nacos en el planeta de las mujeres.