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Con ‘El Escuadrón Suicida’, DC Films reafirma que hay vida después de Zack Snyder
Creado ante el éxito de Marvel Studios y con Zack Snyder como mente creativa, DC Films requirió reinventarse algunas veces, pero parece haber dado en el clavo con la libertad dada a James Gunn, Todd Phillips, James Wan y otros cineastas.
La sede de Warner Bros. Entertainment, en la soleada ciudad californiana de Burbank, nunca fue muy tranquila. Las disputas tras bambalinas, decisiones intempestivas y los cambios de rumbo son habituales en aquellas oficinas y estudios –algo que la serie animada Animaniacs, ya en los años 90, adoraba señalar con su humor anárquico–.
Entre esas idas y venidas, el estreno de El Escuadrón Suicida, que llegó a salas de cine mexicanas este fin de semana, parece finalmente indicar un camino consistente para el futuro del estudio en sus adaptaciones de superhéroes de DC Comics para la pantalla grande.
Ha sido un camino largo, a decir verdad. Con el éxito de Marvel Studios y su concepto de “todo está conectado”, la entonces Time Warner (hoy WarnerMedia) finalmente se percató de que podía hacer lo propio con los personajes de su subsidiaria de historietas. Para ello, llamó a Zack Snyder. Warner Bros. eligió a Zack Snyder para encabezar las películas basadas en los héroes de DC (Imagen: Warner Bros.)
Todo comenzó con el “Snyderverse”
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Snyder, de cierta manera, podría ser justamente considerado la antítesis de Kevin Feige, presidente de la división fílmica de la “Casa de las ideas”. El cineasta tiene una perspectiva sombría para sus producciones, apuesta por las escenas en cámara lenta y, principalmente, se entrega a diversos manierismos. No era un hombre de negocios, como sí es Feige. La estrategia tenía su lógica: crear un “Universo Extendido de DC” que, aún siendo “conectado”, pudiera ser un contrapunto a lo que hacía la competencia. En la práctica, eso no fue un acierto. La segunda película que nació de esta alianza, Batman vs Superman: El Origen de la Justicia, no fue el éxito esperado por Warner debido a varias causas –algunas de hecho, atribuidas a la microgestión del propio estudio, que exigió nuevas grabaciones y más escenas con Batman, por ejemplo. Así vino, entonces, el primer gran cambio.
Nace DC Films
El resultado del fracaso enfrentamiento entre el Hombre Murciélago y el Hombre de Acero fue, en 2016, la fundación de DC Films, una nueva subsidiaria de WarnerMedia, con el objetivo de liderar las adaptaciones cinematográficas de los personajes de la editorial. Una función muy parecida, precisamente, a la de Marvel Studios. Geoff Johs, entonces director creativo de DC, y el productor John Berg, fueron llamados a ser el “Kevin Feige” del emprendimiento, finalmente consolidando el concepto de Universo Extendido de DC (DCEU). Sólo que el primer largometraje del estudio vino a ser la tan criticada Escuadrón Suicida, que pasó por tantas modificaciones en la posproducción que su director, David Ayer, ha dejado claro que el corte final no es la visión que él tenía para la película. Y sí, podemos considerar hasta cierto punto que DC Films, aún un estudio novato, cambió un poco el destino de Escuadrón Suicida. Esto porque su película siguiente fue, realmente, un cambio de rumbo: Mujer Maravilla. Escuadrón Suicida, la versión de 2016, fue el lanzamiento oficial de DC Films (Imagen: Warner Bros.) El largometraje de la heroína parte de lo que fue establecido en Batman vs Superman, pero la visión de la directora Patty Jenkins no sólo añade corazón al DCEU, sino que también rescata el mensaje de esperanza tan presente en las viñetas. A pesar de que Snyder (junto a su esposa Deborah) haya producido y coescrito el largometraje, era evidente que la frescura de las nuevas ideas estaba haciendo efecto. En la práctica, el trabajo que inauguró a DC Films fue Liga de la Justicia, estrenada en 2017. La película sería el “bautismo de fuego” no sólo del estudio, sino también de su estrategia de crear un universo cohesionado con sus personajes. Johns y Berg, sin embargo, procedieron a modificar extensivamente el libreto, buscando un tono más “optimista”. Fue ahí que comenzaron los problemas detrás de cámaras. La realidad es que los ejecutivos por encima de la dupla nunca quedaron satisfechos con el rumbo de la película. Cuando Snyder tuvo que abandonar la posproducción para lidiar con el suicidio de su hija, DC Films contrató a Joss Whedon (de The Avengers: Los vengadores de Marvel) para terminar la producción, pero el director solicitó una serie de grabaciones adicionales para hacer la historia más “divertida”. Todos saben cuál fue el resultado, y nadie salió ileso. Berg y Johns dejaron DC Films a finales de 2017. El estudio volvió a quedar próximo al resto de la estructura de Warner Media, y Walter Hamada (responsable por el éxito de la franquicia El conjuro) asumió el liderazgo de sus proyectos como “presidente de películas basadas en DC” dentro de la propia Warner Bros. Pictures. ¿Y ya, fin? Para nada.
El turno de Aquaman
El punto de quiebre en esta historia es Aquaman. Protagonizada por el propio Jason Momoa de Liga de la Justicia, la película abraza también el humor. Al ser básicamente lo que Warner quería de Snyder, no existen relatos de conflictos entre los ejecutivos del estudio y el director de la película, James Wan. El resultado fue claro: aunque no fue un éxito unánime ante la crítica, es innegable que Aquaman fue un acierto. Aquaman, con Jason Momoa, se pareció más a lo que buscaban los ejecutivos de Warner Bros. (Imagen: Warner Bros.) Con mayor o menor éxito, la fórmula continuó con ¡Shazam!, Aves de presa y Mujer Maravilla 1984. Todas son películas ligeras que existen por sí mismas, sin necesidad de encajar en lo establecido dentro del DCEU. En medio de todo eso entra Guasón. La producción protagonizada por Joaquin Phoenix es, ciertamente, un quiebre de paradigma dentro de DC Films. Por primera vez desde su creación, el estudio, junto con Village Roadshow, produjo un largometraje totalmente ajeno al DCEU. Y más aún: el enfoque es en un público más maduro, abrazando el lado sombrío propuesto por Snyder, con referencias al Nuevo Hollywood de Martin Scorsese –tal como quería el director, Todd Phillips–. Es todo ese antecedente lo que permitió que El Escuadrón Suicida, la producción más reciente, pudiera ocurrir, mezclando de cierta manera todos los aciertos a partir de Aquaman.
La llegada de James Gunn
En 2018, James Gunn, director de la franquicia Guardianes de la Galaxia, fue despedido por Marvel Studios gracias a una serie de publicaciones controvertidas (y antiguas) en Twitter. A pesar de decirse arrepentido por ellas, no fue suficiente para salvar (en aquel momento) su empleo. Gunn eventualmente fue recontratado por el estudio de Disney, pero Warner Bros. y Hamada vieron una oportunidad única: contratar al cineasta en ese “medio tiempo” y, lo más importante, le dieron libertad para hacer la película que quisiera. Casi tres años después, El Escuadrón Suicida está en salas de cine, y la libertad de Gunn se percibe en cada centímetro de la pantalla. Hasta el título del largometraje es reflejo de eso: no fue más que una broma del director, pero los ejecutivos amaron la idea. James Gunn en el set de Escuadrón Suicida (Imagen: reproducción / Warner Bros.) Se trata, de cierta forma, de la película que Gunn nunca tendría la libertad de hacer en Marvel: no sólo por la sangre y exceso de palabrotas, sino también por la posibilidad de utilizar a los personajes que quisiera, incluso si es sólo para matarlos. Algo que, bajo la premisa de “todo está conectado” de la Casa de las ideas, sería por lo menos muy estudiado antes de ser aprobado. El resultado no podría ser más positivo: El Escuadrón Suicida tiene, al momento de la redacción, el mejor porcentaje de aprobación del DCEU en el agregador de críticas Rotten Tomatoes, con 91%, sólo por debajo del 93% de Mujer Maravilla. Si, tiempo atrás, la idea era hacer un universo conectado con una visión única como Marvel Studios, Warner Bros. se encontró justo con eso cuando dio, dentro de ciertos límites corporativos, libertad creativa a sus productores, guionistas y directores, demostrando que, a final de cuentas, no existe ni debería existir una fórmula preestablecida para hacer cine “palomero”. Claro que puede haber tropiezos, como con Mujer Maravilla 1984, pero es mejor que ocurran dentro de una perspectiva creativa y no por decisiones de los trajeados. ¿Vendrán días más tranquilos para el famoso tanque de agua de la Warner? (Imagen: Warner Bros.) Hoy, el panorama no podría lucir mejor: The Batman, protagonizada por Robert Pattinson, podría ser una interesante película del Caballero de la noche ajena al DCEU, mientras que Black Adam, The Flash y las secuelas de Aquaman y ¡Shazam! tienen todo para seguir explorando su recién encontrada libertad. Todas ellas están planeadas para llegar a salas entre 2022 y 2023. Eso fuera de la expansión de DC Films hacia HBO Max, con la ya confirmada serie de Peacemaker y otras como Constantine, La Liga de la Justicia Oscura y Madame X, todas ya en preproducción. Sólo resta saber si Warner Bros. no encontró el rumbo demasiado tarde. A final de cuentas, hay quienes afirman que la fórmula de los superhéroes en la TV y el cine tiene sus días contados…