Cincuenta sombras de Grey (Fifty Shades of Grey) es la primera película en la saga de adaptaciones cinematográficas de la trilogía literaria escrita por E.L. James. Para quienes no lo saben, la autora es fan de la saga Crepúsculo y se inspiró en la historia de vampiros para escribir su novela erótica. Mientras que en la franquicia sobrenatural no hay muchas escenas de sexo, en Cincuenta sombras de Grey se trata del tema principal. El éxito de los libros fue abrumador y, en la pantalla grande, la trama sexual también tuvo éxito. Jamie Dornan enloqueció al público en el papel de Christian Grey y Dakota Johnson convenció como la inocente Anastasia Steele (el personaje realmente recuerda un poco a Bella de Crepúsculo, no se puede negar). Si estás en busca de una película con cierto erotismo y humor (aunque sea involuntario), llegaste al lugar indicado, pero es necesario advertir que el libro es mucho más atrevido en este sentido. La directora Sam Taylor-Johnson (Mi nombre es John Lennon) hizo un trabajo competente al adaptar el primer libro de Cincuenta sombras de Grey.
La secuela de Cincuenta sombras de Grey es más audaz que la primera película. Con más sensualidad, Cincuenta sombras más oscuras (Fifty Shades Darker) llegó para conquistar a quienes aún no habían sido seducidos por Christian Grey. Quienes no hayan leído el libro conocerán más fetiches del protagonista, y la trama adquiere una dinámica más atrapante al descubrirse el pasado de Grey. Con una dosis de suspenso, la narrativa adquiere una nueva intensidad. El segundo capítulo de la franquicia no fue dirigido por Sam Taylor-Johnson, sino que fue James Foley quien dirigió la película y le dio una nueva perspectiva a la historia. Las escenas de sexo están acompañadas de música pop, lo que rompe un poco con el erotismo; la visión de Taylor-Johnson era más cuidadosa en este aspecto.
El director James Foley, de Cincuenta sombras más oscuras, regresa para concluir la trilogía de Cincuenta sombras de Grey. La historia que comenzó con mucho erotismo termina convirtiéndose en un romance con el cambio de Christian Grey, quien deja de lado al dominador sádico y se entrega al amor. En Cincuenta sombras liberadas, Anastasia Steele logra su final feliz, a pesar de que debe enfrentar nuevos problemas en el camino. La producción sigue siendo de alta calidad, con escenarios hermosos y mucha ostentación. La banda sonora pop sigue presente, al igual que en las entregas anteriores. La última película es la más corta y la que tiene un guión más apresurado de las tres, dando la impresión de que la trama podría haber sido mejor desarrollada. Vale la pena mencionar que Cincuenta sombras liberadas fue filmada inmediatamente después de su predecesora, lo que quizás explica la sensación de una producción más apurada.