Nominada al premio de la Semana de la Crítica del Festival de Cannes, Te sigue (It Follows, también conocida como Está detrás de ti) es una inusual gema del cine de terror contemporáneo, que se vale de sus elementos sobrenaturales para contar una historia con un subtexto que se presta a múltiples interpretaciones, que van desde la sexualidad y las enfermedades venéreas hasta la culpa y la humillación. Es la clase de película que se queda contigo días después de haberla visto, y a la que sin duda nos referiremos como un clásico dentro de unos años.
Imagina una película como la clásica La ventana indiscreta, pero desde la perspectiva de la persona vigilada… y que la persona que la vigila al otro lado de la ventana podría ser un asesino. Así podríamos resumir a Observada (Watcher), thriller psicológico protagonizado por Maika Monroe (Está detrás de ti) que tuvo muy buena respuesta en festivales de cine como el de Sundance o SXSW. La historia sigue a una joven mujer (Monroe) que se muda con su esposo (Karl Glusman) a Rumania cuando él es reubicado allá por su trabajo. Sola durante casi todo el día en un país desconocido y con un idioma que no entiende, poco a poco se siente más paranoica por la presencia del mirón en la ventana, así como una ola de recientes asesinatos. La directora Chloe Okuno crea una atmósfera psicológica opresiva para su protagonista, manejando magistralmente la cámara y los espacios para revelar gradualmente los elementos cruciales que provocan y mantienen la tensión. Entra aquí para leer la crítica completa.
Longlegs: Coleccionista de almas es un thriller de terror dirigido por Osgood "Oz" Perkins, quien se ha hecho de renombre dentro del género con propuestas como Gretel & Hansel. Situada en los años 90, la trama sigue a una agente especial del FBI, Lee Harker (Maika Monroe, de Está detrás de ti), cuya misteriosa clarividencia la lleva a ser reclutada para trabajar en el caso del asesino serial del título (Nicolas Cage). La investigación, sin embargo, la conduce a revelar un secreto siniestro arraigado en su pasado. Longlegs sigue un ritmo contemplativo, pausado, creando imágenes sombrías, opresivas e hipnóticas para generar una atmósfera perturbadora que hace eco de sus temas sobre la profunda corrupción moral y familiar. El guión flaquea comenzando el segundo acto, y Nicolas Cage es tan polarizante como siempre. Sin embargo, Perkins ofrece una experiencia sensorial que se aleja del terror barato y los sobresaltos mundanos (y que luce mucho más en la sala de cine).



