En Contrato para matar (Fast Charlie), Pierce Brosnan se aventura en un thriller de acción tenso, donde interpreta a Charlie, un exasesino de élite en una misión de venganza. Su actuación trae un equilibrio perfecto entre frialdad calculadora y vulnerabilidad, manteniendo al público cautivado de principio a fin. Brosnan demuestra su talento para papeles intensos, explorando la complejidad de un personaje marcado por su propia historia oscura.
En el clásico GoldenEye, Brosnan asume por primera vez el icónico papel de James Bond, el espía británico más famoso del mundo. Con encanto y precisión, revitaliza la franquicia tras la era de Roger Moore y Timothy Dalton, aportando una nueva energía al personaje. Su interpretación del 007 es a la vez moderna y fiel a la tradición, convirtiendo la película en una de las mejores ediciones de la saga. Brosnan define la década de los 90 como el Bond del nuevo milenio.
En Mamma Mia!, Pierce Brosnan se aleja de los papeles de acción y se entrega con ligereza y humor al papel de Sam Carmichael, uno de los posibles padres de la protagonista Sophie. Aunque algo desafinado al cantar, su presencia aporta encanto y gracia, encajando perfectamente con el espíritu alegre de la película.
La misma ligereza se aplica a La hija del rey (The King's Daughter), película en la que Brosnan interpreta al rey Luis XIV en una historia épica de misterio y fantasía. La película mezcla elementos históricos con una trama sobrenatural, y Brosnan brilla como un monarca implacable que busca la inmortalidad.
En Cenicienta, Brosnan asume el papel de una versión más ligera y encantadora del rey, añadiendo un toque de elegancia a la narrativa clásica. Su personaje busca equilibrar las tradiciones reales y los deseos de su hija, la protagonista. Brosnan muestra un lado suave y paternal, contrastando con sus papeles más intensos, y su actuación ayuda a dar profundidad al cuento de hadas encantado.