Crítica de ‘Los Caballeros del Zodiaco’: recuerdos de ‘Dragon Ball Evolución’

El anime japonés y el cine hollywoodense en imagen real (o live action) tienen, como podrán recordar con amargura los fans de ambos, una relación complicada y llena de decepciones. Eso por decir lo menos de adaptaciones como Dragon Ball Evolución o Death Note de Netflix. Un cuestionable club al que se unirá Los Caballeros del Zodiaco: Saint Seiya – El comienzo, en cines de México a partir del 27 de abril de 2023.

Basada en la exitosa serie de anime y manga creada por Masami Kurumada a finales de los 80, (conocida en Japón como Saint Seiya y lanzada con tremendo éxito en América Latina como Los Caballeros del Zodiaco), la película marca el muy anticipado debut de la franquicia en live action para la gran pantalla.

Sin embargo, lo único que puede afirmarse es que se trata del más reciente intento de Hollywood por masacrar un querido anime. Es un éxito rotundo e indiscutible en ese sentido.

La cuestión de “occidentalizar” el anime

Siempre hay que abordar cualquier película con el llamado “beneficio de la duda”. Sin embargo, desde el tráiler de Los Caballeros del Zodiaco, ya se veían venir los problemas que, en efecto, arrastraría el producto final.

Quizá sea una verdad difícil de digerir en Hollywood, pero los estudios deben aceptar que muchos animes son cursis, dramáticos en un nivel exagerado y estrafalarios en sus premisas. Estas características –sumadas a duraciones episódicas bastante extensas– los convierten en materiales muy difíciles de adaptar.

Sólo hablando de Saint Seiya, estamos ante una historia sobre la diosa griega Athena, quien reencarna cada ciertos siglos y que debe ser protegida por sus caballeros –guerreros dotados de armaduras sagradas y de una energía mística conocida como “Cosmo”– en una guerra contra otros dioses. Es una fantasía extravagante y ambiciosa que, más allá de su extensa mitología, es complicada de traducir al live action por su misma sensibilidad artística.

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Los Caballeros del Zodiaco: Saint Seiya – El inicio sigue una ruta muy similar a la que, en su momento, siguió Dragon Ball Evolución, con su protagonista blanco y universitario, con todo e interés romántico, en un mundo que más se parece a una urbe estadounidense que al mágico y extraño mundo de Dragon Ball.

Aquí, por lo menos, se respetan algunas de las bases. Seiya (interpretado por Mackenyu) es un joven peleador de origen asiático, cuya búsqueda por su hermana perdida lo conduce a conocer a Sienna (Madison Iseman), la reencarnación de la diosa Athena. Así, descubre que está destinado a convertirse en el Pegaso, uno de los caballeros jurados a protegerla.

Más allá de eso, nombres personajes e incidentes adaptados de manera laxa del manga y anime originales, el resto de Los Caballeros del Zodiaco cae en esa “occidentalización”. El gran conflicto se reduce a que los padres adoptivos de Sienna, Alman Kiddo (Sean Bean) y Guraad (Famke Janssen) tienen visiones diferentes sobre el destino de Athena: él cree que protegerá a la humanidad y ella cree que la destruirá, por lo que quiere asesinarla. Por ello, dedica todos los recursos de su millonaria corporación para crear cyborgs que puedan vencer en combate a los guerreros de Athena.

¿Pero qué necesidad?

Si bien tiene su base en ciertos elementos del material original (los caballeros de acero), este aspecto de los cyborgs es sólo una muestra de la resistencia a abrazar los aspectos más fantásticos del anime y el manga. Fuera quedaron los torneos cósmicos, la magia y los colores en favor de un mundo gris, con peleas callejeras y corporaciones que nunca es agradable a la vista.

Y no es que intentar algo diferente sea malo en sí mismo –es bastante loable, de hecho–. Sin embargo, el problema con Los Caballeros del Zodiaco: Saint Seiya – el inicio no es necesariamente que sea una adaptación poco fiel. Es que sacrifica todo el atractivo de su material original para ser una película incompetente en niveles muy básicos.

La película, escrita (increíblemente) a seis manos por Kiel Murray (Luck), Josh Campbell y Matt Stuecken (Avenida Cloverfield 10), está repleta de motivaciones poco desarrolladas o hasta contradictorias. Personajes que toman decisiones opuestas a lo que deben hacer (como no salir de su refugio en el caso de Sienna), o que cambian de propósito de manera arbitraria, porque la historia necesita cambiar de rumbo.

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Eso, para no hablar de una evidente falta de química entre los protagonistas, un trabajo de diseño de producción olvidable, y unos efectos especiales como extraídos de una escena de videojuego de PlayStation 2 (el director de la película, el polaco Tomasz Bagiński, es más conocido por animaciones para videojuegos como The Witcher y Cyberpunk 2077). Hay problemas serios cuando el clímax de una película parece mal cosplay adornado por animadores con poco presupuesto y todavía menos tiempo.

¿Qué necesidad de hacer esto? Ninguna, en realidad. Pero Hollywood –industria en constante y perpetua sequía creativa– tiende a mirar hacia otros lados para encontrar ideas lucrativas. Y ahí estaba el renombrado estudio japonés Toei Animation, dispuesto a inyectar 60 millones de dólares a una película para llevar sus horizontes más allá de la animación.

Lo peor es que sí hay adaptaciones buenas de anime

¿Debería Hollywood adaptar un anime cuadro por cuadro, traduciendo su dramatismo y distensión extrema del tiempo a la gran pantalla? Para nada. Pero los resultados suelen ser buenos cuando los estudios abrazan la idiosincrasia típicamente excéntrica del material original –y ha habido éxito en ambos lados del océano Pacífico–.

Basta con ver las adaptaciones en live action de Death Note o de Samurái X para el caso japonés: películas que logran sostenerse por sí solas, pero de una fidelidad nada tímida a las historias que les dieron origen.

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En Estados Unidos, podemos citar a Battle Angel: La última guerrera, adaptación de Alita: Battle Angel. O un caso todavía más conocido: Titanes del Pacífico de Guillermo del Toro, que incluso sin estar basada en una serie específica –aunque tiene influencias obvias de Gundam–, entiende, respeta y abraza las excentricidades del anime japonés.

Los Caballeros del Zodiaco es, tristemente, una muy pobre adaptación, pero ni el peor resultado evitará que Hollywood, industria que acostumbra extraer sus ideas de otros lados, lo intente de nuevo con otros animes. No harían mal en mirar a los casos de éxito la próxima vez.

¿De qué trata Los Caballeros del Zodiaco: Saint Seiya – El inicio?

Checa la sinopsis oficial de Sony Pictures:

“Nacido bajo la estrella de Pegaso, la misión de Seiya es proteger a Siena, la reencarnación de Athena, la diosa de la sabiduría y la batalla, y salvar el mundo. Cuando se da cuenta de su poder oculto, se convierte en un Caballero para salvar este mundo”.

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Checa el tráiler de la película de Los Caballeros del Zodiaco:

Los Caballeros del Zodiaco: Saint Seiya – El inicio ya está en salas de cine. Para saber más de la película y comprar boletos, entra aquí.