Crítica: ‘Desafiantes’ habla sobre la complejidad del sexo y el poder Crítica: ‘Desafiantes’ habla sobre la complejidad del sexo y el poder

Crítica: ‘Desafiantes’ habla sobre la complejidad del sexo y el poder

‘Desafiantes’ (‘Challengers’), de Luca Guadagnino. brilla al mostrar la complejidad de las relaciones de poder. A continuación la crítica.

Matheus Mans   |  
24 abril, 2024 8:29 PM
- Actualizado 25 abril, 2024 2:33 PM

Sería ingenuo decir que un deporte se trata sólo del deseo por la victoria momentánea. La búsqueda por subir en el marcador también dice mucho sobre una persona, sobre sus anhelos, sus miedos, debilidades. Incluso sobre sus relaciones. Y precisamente de eso se trata Desafiantes (Challengers), el nuevo largometraje de Luca Guadagnino (Llámame por tu nombre), el más estadounidense de los cineastas italianos, que se estrena en cines de México este 25 de abril.

Desafiantes es la primera obra del guionista Justin Kuritzkes, casado con la directora Céline Song (Vidas pasadas). La película comienza con un partido de tenis entre Patrick Zweig (Josh O’Connor, de La quimera) y Art Donaldson (Mike Faist, Amor sin barreras). En un principio, podría parecer que los dos ni siquiera se conocen, pero las reacciones de Tashi (Zendaya, Duna: Parte dos), esposa y entrenadora de Patrick, revelan que ese no es un simple partido de tenis: todo en la cancha habla sobre la relación entre los tres.

Desafiantes: una película entrecortada

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Para revelar lo que hay detrás de las emociones que involucran a estos tres personajes, el guion de la película recurre constantemente a flashbacks: aunque el lugar seguro del espectador sea el partido de tenis con los dos mayores y con Tashi fuera de la cancha, la película va y viene todo el tiempo, jugando con la noción temporal del espectador.

Puede parecer relativamente confuso al principio, pero rápidamente Desafiantes encuentra sentido dentro de su caos temporal. Las relaciones se estrechan, se enredan, se expanden. Kuritzkes utiliza el tiempo como su aliado, casi como un protagonista, colocando a los personajes que salpican la narrativa inmersos en ese caldero en el que nada es realmente seguro o exacto. Cuando las cosas entran en orden, la película cobra fuerza.

Después de todo, más que hablar sobre jugadores de tenis con egos heridos, Desafiantes es una película sobre relaciones de poder. “Todo en la vida trata de sexo menos el sexo. El sexo es poder”, habría dicho Oscar Wilde, autor de El retrato de Dorian Gray, aunque sin confirmación de que esta frase sea del británico. Sexo, poder y deseo se mezclan con avaricia, frustración y estrellato, con estos personajes sirviendo como marionetas, ya sea del tiempo o de Tashi.

Hay algo también de Y tu mamá también, de Alfonso Cuarón: ambas son películas sobre el sexo y las relaciones como forma de poder. Sólo cambia el escenario de la historia que, aquí, obtiene los matices eróticos del deporte.

Desafiantes (Challengers)
Hay erotismo en Desafiantes, pero la finalidad siempre es hablar de poder, incluso en esta escena ya famosa (Crédito: Warner Bros.)

Y mientras el guion brilla, con estos personajes inmersos en la imprevisibilidad temporal, Guadagnino encuentra espacio para estilizar la narrativa. La cámara nunca adopta la pasividad de las películas sobre juegos de tenis, como la lenta La batalla de los sexos o el excesivamente emocional Rey Richard, y aprovecha para encontrar otras posibilidades.

Además de eso, el cineasta sabe jugar con el erotismo de los cuerpos en el deporte –incluso si ha dicho que eso no es sólo lo que atrae en este tipo de historias. “El erotismo nada tiene que ver con la noción de perfección. Y lo opuesto es verdadero: el deporte tiene todo que ver con la búsqueda de perfección. Creo que la belleza de los cuerpos no necesita ser sólo erótica. La belleza de los cuerpos puede ser humana, puede ser sobre la pura excitación y las posibilidades del movimiento”, dijo Guadagnino a Little White Lies.

Por ello, no es exactamente la belleza lo que encanta al cineasta –tampoco al público. Es la excitación, ya sea del juego o de las relaciones.

El sexo y el poder

En algunos momentos, la visión del espectador se coloca dentro de la cancha de tenis. Luego, ya no necesitamos ver la pelota verde lima rodando de un lado a otro: el italiano nos pone frente al público, siguiendo el vaivén de las mentes. Aún insatisfecho, Guadagnino vuelve a atreverse al colocar la cámara como si fuera la propia pelota de tenis.

Puede parecer un adorno, como si fuera algo excesivo sin razón de ser, pero Desafiantes tiene ese encanto estético que ayuda a fijar aún más las raíces de poder de esas relaciones tormentosas. La cámara de una historia así nunca podría seguir una línea básica y aburrida. La visualización y el ritmo de la edición ayudan a marcar la violencia de las relaciones.

Zendaya en Desafiantes (Challengers)
Zendaya hasta parece controlar el tiempo en Desafiantes (Crédito: Warner Bros.)

Por último, está el elenco, una marca fuerte de Luca Guadagnino en sus películas, después de extraer buenas actuaciones de Timothée Chalamet (Llámame por tu nombre), Mia Goth (Suspiria) e incluso Dakota Johnson (Cegados por el sol). Aquí, el trío Zendaya, O’Connor y Faist brillan, ya sea en la cancha o en el césped, convenciendo al espectador de que nada en escena es fácil de resolver.

Desafiantes, por lo tanto, no solo es una de las películas más efectivas cuando se trata de retratar el tenis en el cine, sino también en cuanto a películas que hablan sobre relaciones de poder, sin esas simplificaciones políticas que estamos cansados de ver por ahí. La explosión final, cuando todos los temas se ponen sobre la mesa con un último grito, resume todo lo que la película quiso decir: no importa el tiempo ni el lugar, todo se trata de sexo. Y el sexo siempre será sobre poder.

Desafiantes ya está en cartelera. Compra tus boletos para verla en cines.

Publicado primero en la edición brasileña de Filmelier News.