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Crítica: ‘La monja 2’ logra ser peor que la película anterior
El director Michael Chaves, de ‘El Conjuro 3’, abraza en ‘La monja 2’ un terror genérico que no sabe contar una historia y asustar al mismo tiempo
Es justo decir que La monja no es una gran película. Todo lo contrario, quizás sea el capítulo más flojo del universo de El conjuro en la pantalla grande. A pesar de su interesante tono gótico, la película no supo aprovechar la oportunidad y resultó ser una película olvidable con escenas que generan un extraño humor involuntario. Y, sorprendentemente, La monja 2 (The Nun II), que se estrena este jueves 7 de septiembre, logra ser aún peor.
¿De qué trata La monja 2?
La trama, de alguna manera, continúa donde la película anterior se quedó: la monja Irene (Taissa Farmiga) siguió con su vida y se fue a otro convento después de los eventos de la primera película; el simpático Maurice (Jonas Bloquet) se convirtió en un hombre de todo oficio en una escuela para niñas; y el Padre Burke simplemente murió, claramente Demián Bichir no quiso continuar en la franquicia. ¿Todo es hermoso, brillante y radiante en la vida de los dos jóvenes?
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Por supuesto que no. Como por arte de magia, el guion de Ian Goldberg, Richard Naing (de Eli) y Akela Cooper (de Maligno) trae de vuelta a Valak, acechando la vida de Irene y Maurice, y poseyendo a uno de los dos. Es un regreso perezoso, recordando la nueva vida que Palpatine recibió en Star Wars: El Ascenso de Skywalker. “De alguna manera, Palpatine ha regresado”, dice Poe Dameron, en uno de los giros de guión más flojos de la historia. Aquí, de alguna manera, la monja demoníaca también ha regresado.
En La monja 2, Taissa Farmiga regresa como Irene, la enemiga mortal de Valak (Crédito: Warner Bros.) Este guion perezoso, que parece temer a un espectador con solo dos neuronas que no lo entendería, nunca es audaz, creativo o diferente. La historia sigue un ritmo aburrido y somnoliento, en el que las personas simplemente gritan y lloran de un lado a otro. En el último tercio de La monja 2, se vuelve insoportable: niños y monjas corriendo de un lado a otro, al estilo de Scooby-Doo, mientras un demonio los persigue. Se vuelve aún peor cuando intenta encontrar una manera de explicar el propósito de la existencia de la tal monja, además de atormentar los sueños de Taissa Farmiga, y se convierte en una especie de El Código Da Vinci de terror. Hay una historia sobre Santa Lucía y sus ojos arrancados que a nadie le importa. Cuando esto cobra algo de relevancia, se convierte en una historia ridícula. Incluso escuché risitas contenidas en la proyección para la prensa.
Una película que roza en la pena ajena
Todo esto podría haber sido menos ridículo e incluso menos vergonzoso en manos de un director más capaz; difícilmente se podría salvar un guion con tantos problemas, pero al menos no le sería tan complicado. Michael Chaves obviamente es un director poco apto: dirigió La maldición de La Llorona, un capítulo pésimo de la saga, y El Conjuro 3, el peor de la franquicia principal. En “La monja 2”, continúa con los mismos problemas. Sus habilidades para asustar son limitadas y, en muchos casos, hasta copiadas de cosas que funcionaron en otras películas de la franquicia, como la pelota que rueda de regreso desde la oscuridad (vista en la excelente Annabelle 2), Valak apareciendo de la nada en un cuadro (El Conjuro 2) y así sucesivamente. Es una sucesión de sustos obvios y repetitivos.
La escena de las revistas podría ser el único destello de originalidad en La monja 2… y aun así, es mala (Crédito: Warner Bros.) Peor aún: Valak, en su segunda película, es simplemente un personaje secundario de lujo. No se puede saber si esto se debe a la demanda que la actriz Bonnie Aarons inició contra Warner Bros., pero casi nunca aparece aquí para avanzar en la historia. Aparece para un susto y luego, cuando es hora de continuar con la historia de Irene y Maurice, es otro personaje (la persona poseída) quien toma las riendas de los sustos. Da la sensación de que Chaves no sabe cómo manejar todos estos elementos a su disposición: la monja, la historia de la posesión y la necesidad de continuar lo que se vio en La monja. Parece que fue demasiado para el pobre director. Y el resultado no podría ser otro: La monja 2 es otra película de terror genérico, sin personalidad alguna, que navega en aguas de mediocridad. Tal vez sea adecuada para reírse con amigos, y nada más.
