Del director Michael Bay (Armageddon) y del equipo de producción de Don Simpson y Jerry Bruckheimer (Top Gun: Pasión y gloria) nos llega un emocionante paseo de acción explosiva de principio a fin. En esta película llena de acción sobre un par de policías con cuestionables métodos, Will Smith y Martin Lawrence se unen como socios en la lucha contra el crimen. Cien millones de dólares de heroína confiscada acaban de ser robados de la custodia de la policía. Lo que una vez fue el golpe más importante de la carrera de los detectives Mike Lowery (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawrence) ahora amenaza con cerrar la división de narcóticos del Departamento de Policía de Miami. Cuando la investigación se vuelve mortal, los asesinos secuestran al único testigo, una bella informadora de la policía y amiga cercana de los oficiales. Clásico del cine de acción policial de los 90, con Smith y Lawrence en la cumbre de sus poderes, y con el sello característico de Bay para la espectacularidad.
En esta emocionante e intensa aventura de acción, los detectives de narcóticos de Miami Mike Lowrey (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawrence) destapan una conspiración letal con la que un despiadado narcotraficante pretende tomar el control del creciente tráfico de drogas de la ciudad. El caso se complica cuando Syd (Gabrielle Union), la linda hermana de Marcus, se ve en medio del fuego cruzado en una operación de la DEA, y salta la chispa del amor entre Mike y la hermosa agente en peligro. Más espectacular que su predecesora, Bad Boys 2: Vuelven más rebeldes (también conocida como Dos policías rebeldes 2) podría ser uno de esos casos que ilustran que "menos es más", dada su excesiva duración. Pero si te gustó la primera parte, también disfrutarás de esta segunda, sin importar las indulgencias de Michael Bay.
Más de una década después la segunda entrega, y luego de muchos contratiempos, la famosa trilogía de comedias de acción Bad Boys (también conocida como Dos policías rebeldes) por fin alcanzó lo que, en su momento, se creía su anticipada conclusión. Y sí, puede que Michael Bay (Transformers) no haya regresado para dirigir Bad Boys para siempre, pero a pesar de ello, esta tercera parte no defraudará a quienes hayan disfrutado de sus dos predecesoras. La trama es sólo un pretexto y la trepidante acción es una locura, pero nada importa cuando Will Smith y Martin Lawrence son capaces de sostener la película a punta de puro carisma y química, en una misión que los llevará de Miami hasta México con la crisis de mediana edad a cuestas.
Bad Boys: Hasta la muerte (Bad Boys: Ride or Die) es la cuarta película de la franquicia que comenzó en los años 90, bajo la dirección de Michael Bay, y que ha visto cómo su mundo se transformó. Bay se convirtió en un director amado y odiado por la saga Transformers, Will Smith ganó un (polémico) Oscar y Martin Lawrence no vio su carrera despegar como cualquiera a inicios de los años 2000 hubiera pensado. Aun así, la saga de los dos policías fuera de lo común continúa: en este cuarto capítulo, el aspecto visual todavía tiene cierto sabor a videoclip, la música aún es pegajosa y, sobre todo, los directores Adil El Arbi y Bilall Fallah, que ya habían dirigido la tercera película, continúan con la mezcla de acción desenfrenada y comedia descarada para atraer a nuevos públicos mientras homenajean sin parar a los fans del pasado. Si apagas un poco tu sentido crítico durante dos horas, puedes encontrar espacio para divertirte.