Gladiador II (Gladiator II) es la esperada secuela, casi un cuarto de siglo más tarde, de una de las películas más aclamadas y queridas en la filmografía de Ridley Scott, la original Gladiador. Con dicho antecedente, y luego de una racha irregular del director que incluye a La casa Gucci y Napoleón, había mucho en los hombros de esta segunda parte, que logra cumplir, aunque no innovar. La historia, situada décadas después de la original, sigue a un guerrero de Numidia llamado Hanno (Paul Mescal), quien se ve obligado a luchar como gladiador cuando el reino norteafricano es conquistado por el general romano Acacio (Pedro Pascal). Sin embargo, el Imperio Romano está en conflicto por el corrupto mandato de dos emperadores gemelos, y entrarán en juego el verdadero linaje de Hanno, las afiliaciones de Acacio, y las ambiciones del misterioso esclavista Macrino (Denzel Washington). La estructura narrativa es casi la misma, y si bien Scott y el guionista David Scarpa introducen diferentes perspectivas sobre la naturaleza del poder, en el fondo estamos ante una historia de venganza muy similar a la anterior. Sin embargo, es igual y todavía más espectacular que la original, así que si eres fan del clásico, es casi un hecho que disfrutarás la secuela.
Presentada en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes durante 2022, Criaturas de Dios (God’s Creatures) es una de esas películas con una trama sencilla, pero repleta de ambigüedades e incógnitas que despiertan escalofriantes preguntas. Dirigida por Saela Davis (editora de Hala) y Anna Rose Holmer (The OA), la trama sigue a una madre (Emily Watson, Embriagado de amor) feliz por el repentino regreso de su hijo (Paul Mescal, Aftersun) a su remoto pueblo pesquero. Sin embargo, cuando la policía lo busca por una acusación grave, ella miente para protegerlo, una decisión que tiene profundas ramificaciones en la comunidad… y en ella misma. Con un reparto completado por Aisling Franciosi (Drácula: Mar de sangre), se trata de una película tensa con revelaciones brutales y difíciles de ver, pero que te apasionará por sus profundas –y humanas– contradicciones.
Pocos cineastas han debutado con la seguridad que lo ha hecho la actriz Maggie Gyllenhaal dirigiendo La hija oscura (The Lost Daughter, también conocida como La niña perdida). La historia trata de una mujer (Olivia Colman) que, durante unas vacaciones en la playa, comienza a desarrollar una misteriosa obsesión por una joven madre (Dakota Johnson) y su hija, trayéndole recuerdos de tiempos más turbulentos, y obligándola a enfrentar las consecuencias de sus decisiones cuando ella misma era una joven madre. También con actuaciones de Paul Mescal y Jessie Buckley, se trata de una película que llama a la compasión, al mismo tiempo que subvierte los conceptos tradicionales de maternidad. Sin duda, una de las mejores películas que dejó el 2021.
Aftersun es de esas películas con una trama extremadamente simple y que, sin embargo, esconde un poder devastador. El largometraje debut de la cineasta Charlotte Wells es la historia de una niña de 11 años (Frankie Corio) y sus tiernos recuerdos de las últimas vacaciones que compartió con su padre (Paul Mescal) en un resort de playa turco. Eso basta para una experiencia cinematográfica profundamente emotiva, tan visualmente poética como narrativamente dolorosa, en un retrato de una familia rota y que está a punto de cambiar para siempre.
El drama conyugal y la ciencia ficción se conjugan en Intruso (Foe), una película del director Garth Davis (Un camino a casa), basada en la novela de Iain Reid, y protagonizada por Paul Mescal (Aftersun) y la siempre impecable Saoirse Ronan (Mujercitas). La historia, situada en un apocalíptico 2065, sigue a una pareja, Hen y Junior, que lleva una vida mundana hasta que un extraño se aparece en su puerta con una sorprendente propuesta: participar en la colonia espacial OuterMore, mientras una réplica robótica suya se queda en la Tierra a vivir con su esposa. Aunque de un ritmo demasiado pausado, la película presenta ideas interesantes sobre identidad humana y la búsqueda de significado en un mundo cada vez más deshumanizado, como una mezcla entre el poderoso clásico Nunca me abandones y un episodio de Black Mirror.