Entra al vacío (Enter the Void) es una de las experiencias más alucinantes creadas para el cine. Dirigida por Gaspar Noé (Clímax), la película sigue a un traficante de droga que es asesinado, lo que arroja a su espíritu fuera de su cuerpo para presenciar su pasado, presente y futuro. Contada desde perspectiva subjetiva con una cámara fantasmagórica y con una fotografía psicodélica, es un viaje que estimulará todos tus sentidos y te sumergirá en la pantalla de una forma única, casi nunca vista en una película.
Nickel Boys es una película imperdible en Prime Video que compitió por el Oscar 2025, nominada a Mejor Película y Mejor Guión Adaptado. Basada en la novela ganadora del Pulitzer de Colson Whitehead, la película ofrece una historia poderosa y conmovedora sobre la amistad y la resiliencia en medio de la brutalidad de un reformatorio de Florida. La relación entre los dos protagonistas es emotiva, mientras que el brillante guión construye un impactante retrato de la injusticia y el racismo institucionalizado. Con destacadas actuaciones y sensible dirección, Nickel Boys es un drama imperdible que deja una profunda reflexión sobre la pertenencia, el racismo y la amistad.
Presencia (Presence) es una película del director Steven Soderbergh (Sexo, mentiras y video) en una faceta experimental que recuerda más a su filmografía temprana. En esencia, esta es una historia de fantasmas, en la que una familia arrastra dificultades y traumas, y comienzan a creer que su nueva casa está embrujada. Lo interesante es que toda la película es filmada desde el punto de vista en primera persona del propio fantasma o presencia, cuya identidad desconocemos (aunque asumimos) durante casi todo el metraje. A partir de este singular punto de vista del personaje/cámara/audiencia como observador, la película desarrolla poco a poco las minucias en el drama familiar: el pasado de la hija, las tensiones entre los padres, el hermano y los amigos. La narrativa en sí no es compleja: la película cuenta una historia sorprendentemente sencilla, en realidad, que depende de sus paulatinas revelaciones para mantener el interés, oscilando entre el terror y el thriller. Es un ejercicio formal que, por momentos, pareciera ser más interesante para el propio Soderbergh que para el público, pero el punto de vista de su cámara funciona para generar tensión y provocar un aura tanto de intriga como de peligro. No alcanza las alturas de Personal Shopper de Olivier Assayas –cuyo misterio resulta mucho más cautivador sin tanta experimentación formal–, pero si estás abierto a una película con una historia sobrenatural contada de forma muy diferente a lo usual, sin duda te resultará, por lo menos, interesante.
