La novela original El maravilloso mago de Oz presenta convenciones un tanto simplistas sobre el bien y el mal. Esto es lo que hace a Wicked –la novela de 1995 por Gregory Maguire, el musical de Broadway que inspiró y ahora la película– una de las adaptaciones más interesantes. Su historia, de carácter revisionista, cuestiona el concepto mismo de la "maldad" a través de su protagonista, Elphaba (Cynthia Erivo en la película), una reimaginación de la "Bruja malvada del Oeste" como una figura trágica, convertida en enemiga de Oz por la discriminación, la política y la propaganda. Esta versión reinventa los acontecimientos y personajes de la novela, ofreciendo reflexiones interesantes sobre la moralidad simplista y polarizante que, además, tiene música realmente espectacular.
Para la década de 1920, la novela original de Baum ya había tenido varios intentos de adaptación tanto al cine como al teatro. Uno de los más interesantes es esta versión silente de El mago de Oz de 1925 (inexplicablemente titulada Tomasín en el reino de Oz en países de habla hispana). Se trata de una adaptación consciente de sí misma, y que se toma ciertas libertades con la trama. Por ejemplo, Dorothy es imaginada como una princesa perdida del reino de Oz, y sus compañeros de aventuras no serán, en sentido literal, el espantapájaros, hombre de hojalata y león cobarde. También es notable por haber sido coescrita por L. Frank Baum Jr. y dirigida por Larry Semon, uno de los comediantes más notables de la época, recordado por haber colaborado con la icónica dupla de Stan Laurel y Oliver Hardy (este último tiene un papel en la película).
Para muchos, esta sigue siendo la adaptación cinematográfica definitiva de El mago de Oz, y en muchos sentidos, sí que lo es. Aprovechando toda la novedad del cine a color de su tiempo, este clásico musical de 1939 ha establecido elementos hoy indispensables de la mitología de Oz, desde el memorable tema "Over the Rainbow" hasta las zapatillas de rubí (que eran de plata en la novela, pero obtuvieron su color para aprovechar el Technicolor). La película, protagonizada por Judy Garland, ha informado de alguna forma a todas las adaptaciones que vinieron después en la literatura, el cine y el teatro (incluso la propia Wicked), por lo que es obligada para todo fan del mundo de Oz o del famoso musical de teatro. Curiosamente, fue un fracaso en taquilla en el año de su estreno (en pleno inicio de la Segunda Guerra Mundial), pero se convirtió en un clásico con su reestreno de 1949 y sus constantes transmisiones televisivas durante los años 50.
Oz, un mundo fantástico (Return to Oz) es una producción muy especial, pues se trata de una secuela no oficial al clásico de 1939, pero realizado en los años 80. Y en ese tiempo, la "fantasía oscura" estaba en su auge con títulos como El cristal encantado (The Dark Crystal, 1982) y La historia sin fin (The Neverending Story, 1984). Aunque esta secuela, protagonizada por una pequeña Fairuza Balk (Jóvenes brujas), integra elementos de otros relatos de Oz de Baum (como El país de Oz y Ozma de Oz), se trata de una película que consigue su propia identidad, con una historia y un diseño de producción un tanto siniestros que parecen de un mundo distinto. También es la única película dirigida por Walter Murch, inluyente editor y diseñador de sonido que trabajó con Francis Ford Coppola en clásicos como El padrino y Apocalypse Now.
A pesar de que es el personaje del título, la mayoría de las adaptaciones abordan muy superficialmente al mago. Oz, el poderoso (Oz: The Great and the Powerful) es una historia de origen para el personaje, creada por Disney y dirigida por Sam Raimi (de la trilogía de Spider-Man). La trama sigue a Oscar Diggs (James Franco), un mago mediocre que es arrastrado por un tornado a la tierra de Oz, donde una profecia auguraba su llegada como un héroe que salvará al reino de la oscuridad, a pesar de que no tiene poderes verdaderos. La mitología establecida en esta película no es realmente compatible con la de Wicked, así que puedes pensarla como una "precuela alternativa" para los acontecimientos de la historia original.