Crítica: ‘Cacería en Venecia’ es la mejor película con el Poirot de Kenneth Branagh Crítica: ‘Cacería en Venecia’ es la mejor película con el Poirot de Kenneth Branagh

Crítica: ‘Cacería en Venecia’ es la mejor película con el Poirot de Kenneth Branagh

Con el toque sobrenatural, ‘Cacería en Venecia’ es una mejora considerable respecto a sus predecesoras. Checa la crítica.

Lalo Ortega   |  
13 septiembre, 2023 5:56 PM
- Actualizado 20 septiembre, 2023 12:55 PM

Los misterios de asesinato, o los llamados whodunit, bien podrían ser el menos cinematográfico entre los géneros narrativos de la gran pantalla. Al girar en torno a la resolución lógica de una incógnita, suelen recurrir al abuso del diálogo explicativo en vez de permitir que la imagen y la acción hagan el trabajo. Cacería en Venecia (A Haunting in Venice), que se estrena en cines de México este 14 de septiembre, logra evitar dicho vicio… en lo posible.

Porque, a final de cuentas, la propia esencia del género demanda priorizar la sorpresa y eventual explicación sobre la tensión narrativa sostenida con recursos visuales (en los mejores casos, caen en una ingeniosa, pero repetitiva autorreferencialidad).

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Sin embargo, esta nueva entrega en la serie de Hercule Poirot, protagonizada y dirigida por Kenneth Branagh (Belfast) e inspirada en el libro Las manzanas (The Hallowe’en Party) de Agatha Christie; logra ser una mejora significativa respecto a sus irregulares predecesoras. Esto, a punta de agregar mejores y más refinados ingredientes dentro de los confines de su fórmula.

Cacería en Venecia: entre whodunit e historia de terror

En 1947, Hercule Poirot (Branagh) se recluye en Venecia, finalmente retirado del trabajo detectivesco. Pese a sus mejores esfuerzos, sin embargo, es localizado por una vieja amiga: la novelista de misterio Ariadne Oliver (Tina Fey), cuyas obras se han inspirado en Poirot y han contribuido a su fama.

Aunque intelectual y escéptica como él, Oliver confía en Poirot su intriga por Joyce Reynolds (Michelle Yeoh, de Todo en todas partes al mismo tiempo) una famosa médium que, se dice, realmente puede hablar con los muertos. La supuesta psíquica hará una aparición en una fiesta de Halloween organizada por Rowena Drake (Kelly Reilly), una prestigiosa cantante de ópera que recientemente perdió a su hija. El par decide asistir.

En el derruido palazzo donde reside Drake, conocemos a los personajes eventualmente implicados en el caso. Hasta aquí, Cacería en Venecia es un whodunit de manual: una tormenta atrapa al grupo en la residencia y, naturalmente, ocurre un asesinato cuyo autor y motivo Poirot deberá desentrañar durante la noche.

Cacería en Venecia
Cacería en Venecia implementa elementos como médiums, sesiones espiritistas y… ¿fantasmas? (Crédito: 20th Century Studios)

Lo interesante es que, dada la supuesta naturaleza del caso y el involucramiento de la médium, hay otro elemento en juego: lo sobrenatural y escepticismo de Poirot hacia ese mundo. Aunque, al comienzo, el detective se muestra confiado de que hay una explicación lógica para todo, el guión de Michael Green (Logan, Blade Runner 2049) lo coloca a él –y a nosotros como público– en posición de dudar de los acontecimientos y de los sentidos.

Así, Cacería en Venecia nos enfrenta con una doble intriga: por un lado, el asesinato mismo. Pero por otro lado, también tenemos a Poirot que encara la duda existencial de lo que puede y no puede ser verdad.

Esto, en sí mismo, lo convierte en un personaje más interesante desde el inicio. La primera entrega de la franquicia, Asesinato en el Expreso de Oriente, presenta una evolución del personaje en el desenlace, que cambia su concepción del bien y del mal. Se estanca en la muy mediocre Muerte en el Nilo, donde más allá de un vistazo a su pasado en el flashback inicial, queda limitado a resolver el misterio (y uno muy torpe), pero poco más.

En Cacería en Venecia lo vemos cuestionarse. Y más importante aún, lo vemos tener miedo.

Menos es más

El otro factor clave es que, como director, Branagh parece tener un mejor dominio del espacio y del lenguaje. Mientras que en las dos películas anteriores tenía una variedad un poco más amplia de locaciones para explorar, en Cacería en Venecia está restringido a la pequeña y tenebrosa mansión de Rowena Drake.

Cacería en Venecia
El elenco de Cacería en Venecia es más austero en nombres, pero al igual que el espacio, está mejor aprovechado (Crédito: 20th Century Studios)

Así, el director se permite experimentar más con planos cerrados y sombras que construyen hacia una densa atmósfera psicológica, propia del género de terror. Sin la posibilidad de descansar la vista en las cordilleras europeas o en los suntuosos paisajes del Nilo, Branagh debe ingeniárselas con un puñado de estancias para atrapar a sus personajes y, al mismo tiempo, mantener una narrativa lógica.

Esta austeridad funciona para bien. Sin la posibilidad de extravagantes planos secuencia (utilizados innecesariamente y con torpeza en Asesinato en el Expreso de Oriente, por ejemplo), la fotografía de Haris Zambarloukos (cinematógrafo acostumbrado de Branagh) apuesta por la simpleza y la elegancia.

El resultado es, con facilidad, el mejor en la saga del Poirot de Branagh. Incluso dentro de los límites narrativos del whodunit, se trata de un trabajo prolijo, elegante y entretenido, que bien podrá satisfacer tanto a los fans del misterio como de los sustos para Halloween.

Cacería en Venecia se estrena en salas de cine mexicanas el 14 de septiembre.

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