En películas como Deseando amar (In the Mood for Love), de Wong Kar-wai, hay una melancolía palpable por un amor que no pudo ser, la sensación de estar atrapado en un pasado de posibilidad donde ese deseo romántico estuvo muy cerca de sublimarse. Con Vidas pasadas (Past Lives), el extraordinario debut de la directora Celine Song, sucede algo similar. Esta es la historia de Nora (Greta Lee) y Hae Sung (Teo Yoo), amigos y primeros amores de la infancia, que se separan cuando la familia de ella decide dejar Corea del Sur y hacer su vida en América. Pasarán muchos años para que reconecten por medio de internet, y todavía más para que puedan verse de nuevo. Es una agridulce historia sobre las posibilidades perdidas con el paso del tiempo y las decisiones que tomamos, que nos llevan por diferentes caminos y vivencias que forjan tanto nuestra identidad como las posibilidades del amor. Lee más en nuestra crítica completa de Vidas pasadas.
Garra de Hierro fue catalogada como "la gran película de Zac Efron". No es para menos: la película, injustamente ignorada por los Oscar, quería llamar la atención del público como el punto de inflexión en la carrera del astro de High School Musical al contar la historia de un luchador de lucha libre que vive bajo una maldición. ¿Película de terror? Casi eso: aquí, forma parte de una familia donde casi todo sale mal. La gente muere inesperadamente, resulta gravemente herida, renuncia a seguir adelante. Garra de Hierro, por lo tanto, es una historia dura, muy emocional y que sorprende por su realismo. El hecho es que con Oscar o sin él, la película es la realización de una buena historia que se cuenta. Puede que le falte el momento climático que tanto promete, pero sigue siendo impactante, bien filmada, aporta buenas ideas y, sobre todo, es un hito en la carrera de Zac Efron, sin recurrir nunca a la exageración o al "anzuelo del Oscar". Es cine sincero, algo que, en tiempos de efectos especiales exagerados y tramas enrevesadas, es un verdadero alivio. Lee más en la crítica completa de Garra de hierro.
Si hay algo que se le da bien al cine surcoreano es crear historias agonizantes y llenas de simbolismo, como es el caso de Sleep: El mal no duerme. Un thriller surcoreano dirigido por Jason Yu profundiza en las inquietantes profundidades del sonambulismo, siguiendo a una joven pareja que se enfrenta a los horrores del trastorno del sueño. Protagonizada por Jung Yu-mi (Parasite) y Lee Sun-kyun (Estación zombie), la película desencadena una serie de eventos escalofriantes e impactantes cuando el embarazo de Soo-jin se convierte en terreno fértil para los terrores sonámbulos de Hyun-jin. Con una narrativa cautivadora, Sleep: El mal no duerme mantiene al espectador ansioso y casi sin aliento. Prepárate para un oscuro viaje psicológico que te dejará inquieto y comprometido hasta el final.
Cada cierto tiempo emerge de la cinematografía surcoreana una obra de terror que, más allá de los elementos de entretenimiento y miedo corrientes, son obras de arte perturbadoras por su riqueza folclórica mezclada con una historia donde la razón y la fe son inútiles para combatir la oscuridad, ya ni se diga explicarla. Puede decirse de El extraño (The Wailing) y ahora también de Exhuma: la tumba del diablo, una película donde expertos de lo paranormal son contratados para rastrear el origen de un mal sobrenatural a una tumba ancestral, y terminan metiéndose con una fuerza que no debió ser perturbada. Es una película que no recurre a los sobresaltos baratos, sino que construye algo más interesante: una atmósfera de constante pavor y desesperanza.