Flow es, sencillamente, una de las películas más bellas de 2024 en términos tanto visuales como narrativos, y una de las animaciones más interesantes –y premiadas del año– por diversos motivos. Se trata de una producción letona que narra la lucha de un gatito por sobrevivir en un mundo misteriosamente inundado, aprendiendo a convivir con animales de otras especies a bordo de una barca. Simple, pero narrada de forma efectiva con puras imágenes, sin diálogos, consiguiendo una expresividad casi naturalista en los animales y una emotividad engañosa para su premisa tan básica, que se enfoca más en evocar compasión que en explicar sus misterios. Además, en términos de la industria de la animación, puede ser un parteaguas: fue realizada totalmente con el software open source Blender, lo que abre la puerta para que animadores independientes consigan realizar cine de animación de forma innovadora y sin las prohibiciones que representan otros costosos estándares de la industria.
A veces nos dejamos llevar tanto por el poder mercadológico de estudios como Disney Pixar, y dejamos de ver hacia otros lados para historias animadas profundas y poderosas, que no necesitan de historias excesivamente complejas para emocionar. Tal es el caso de Mi amigo robot, producción hispano-francesa dirigida por Pablo Berger (Blancanieves) basada en la novela gráfica Robot Dreams de Sara Varon. Situada en Nueva York durante los 80, la historia sigue a Perro, cuya vida solitaria lo lleva a comprar un robot para hacerle compañía. La amistad crece, pero un desafortunado día en la playa los obliga a separarse y ansiar el día de su reencuentro. Prácticamente sin diálogos, con una animación vibrante y un lenguaje visual cautivador, la película cuenta una historia sencilla pero profundamente conmovedora sobre (curiosamente) las relaciones humanas y el curso que toman a pesar de (o debido) a accidentes, circunstancias fortuitas e incontrolables que suceden toda la vida. Lee más en la crítica completa de Mi amigo robot.
Una vez más, Christopher Nolan juega con el tiempo fílmico para narrar una historia de heroísmo desde distintos frentes que se entrecruzan: el combate aéreo, la supervivencia en la playa, y los voluntarios en el mar. Sin embargo, más allá de su complejidad y de sus increíbles imágenes, la esencia de Dunkerque (Dunkerque) es el valor, el compañerismo y la perseverancia humana de frente a una muerte certera.
Mezcla de thriller, terror y ciencia ficción que, en el mejor de los sentidos, recuerda a grandes películas de dichos géneros como Avenida Cloverfield 10, ¡Nop! y Guerra de los Mundos. Dirigida por Brian Duffield (Espontánea), Nadie podrá salvarte (No One Will Save You) sigue a una joven, Brynn (Kaitlyn Dever), una ansiosa chica que prefiere estar en casa… hasta que extraños invasores la obligan a salir y a enfrentarse a lo inexplicable. Lo que sigue es una historia cuyo ritmo jamás disminuye y presenta intrigas interesantes, que Dever logra cargar por sí sola. Si te gustan el terror y la ciencia ficción en su forma más perturbadora, no la dejes pasar. Lee más en nuestra crítica completa.




