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Crítica de ‘Evil Dead: el despertar’: ¿Hay vida después de Ash Williams?
Aunque ‘Evil Dead: el despertar’ no es tan distinta a las originales de Sam Raimi como nos quiere hacer creer, sigue siendo una excelente película de terror. Aquí la crítica.
En el mundo del cine de terror, la franquicia de Evil Dead (también conocida con los títulos El despertar del diablo y Posesión infernal) goza de una condición particular. Por un lado, se le considera una de culto bajo una visión autoral de su creador, Sam Raimi. Por el otro, hay intentos como Evil Dead: el despertar (Evil Dead Rise), que buscan expandir las fronteras establecidas con el protagonista original, Ash Williams (Bruce Campbell), los deadites y el Necronomicon.
Dirigida por Lee Cronin (de la aclamada El bosque maldito), esta nueva versión –en cines desde este 20 de abril– es, en realidad, la segunda que se aleja de las raíces establecidas por Raimi, después del serio remake de 2013 protagonizado por Jane Levy.
Evil Dead: el despertar, podría parecer la entrega más distinta de la franquicia –obviando, claro, El ejército de las tinieblas–. Sin embargo, con ella, el director Lee Cronin nos brinda una película mucho más cercana de lo que podría pensarse a la esencia original de la saga tanto en tono como en narrativa, aunque no por ello es menos disfrutable.
¿De qué trata Evil Dead: el despertar?
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A estas alturas, cualquier película de Evil Dead podría resumirse de la siguiente manera: un grupo de personas, confinadas a un espacio aislado y reducido, encuentran un misterioso libro que desata sobre ellos una ola de posesiones demoníacas que sólo puede ser frenada con la violenta muerte de las personas poseídas. Así fue desde la entrega original, que sentó las bases para la segunda (en realidad, un remake de la primera) y para la reinvención de 2013, con un grupo de personas atrapadas en una cabaña en el bosque. Para esta versión de 2023, en esencia, tenemos la misma historia.
Misma historia, diferentes personajes (Crédito: Warner Bros. Pictures) En Evil Dead: el despertar, seguimos la historia de Beth (Lily Sullivan), una mujer que hace un largo viaje para visitar en Los Ángeles a su hermana, Ellie (Alyssa Sutherland, de Vikings). Beth tiene miedo porque está embarazada y busca el consejo de su hermana. Sin embargo, Ellie, madre de tres, ha sido abandonada por su esposo. La reunión es interrumpida cuando uno de los niños descubre un misterioso libro y unas grabaciones en el sótano del edificio. Al reproducir estas, como es de esperarse, el libro invoca una horda de demonios que amenaza a la familia, atrapada en su departamento debido a un apagón. Así, podría decirse que Evil Dead: el despertar es, en esencia, otro remake, construido sobre la misma fórmula que ha definido a tres de sus cuatro predecesoras. Los fans más acérrimos quizá se sientan decepcionados por ello, pero a pesar de su carácter derivativo, hay muchas cosas buenas aquí, sobre todo para quienes no conozcan la historia de Ash y los deadites.
Un delicado término medio
Porque, a decir verdad, Evil Dead: el despertar es diversión pura y dura para cualquier fan del gore. Aunque esto tampoco quiere decir que la película de Lee Cronin abrace por completo el tono de absurda comedia física que caracteriza a la segunda entrega –quizá la más icónica de todas–. Pero sí retoma, de manera selectiva y contenida, sus elementos más ridículos. Hay varios guiños a las películas originales con Ash Williams, y los niveles de violencia alcanzados aquí son tan extremos, rozando con lo caricaturesco, que harían sonrojar al propio Sam Raimi. Pero Cronin, quien también escribe el guión, logra balancear estos elementos con un tono más serio de la narrativa, apoyada en un subtexto sobre maternidad y familia que, si bien pudo explorarse más, funciona.
La demoníaca Alyssa Sutherland es un deleite en pantalla (Crédito: Warner Bros. Pictures) Más allá de una dirección sólida, una fotografía eficiente y un trabajo de maquillaje impecable, este balance es alcanzado en buena medida gracias al trabajo de Alyssa Sutherland frente a la cámara. La actriz australiana es por iguales partes vulnerable, terrorífica y graciosa una vez que las posesiones comienzan. En más de una ocasión provoca una incómoda risa antes de hacernos saltar del asiento. El resultado, en resumidas cuentas, es positivo. Lo que da pie a la pregunta: ¿hay vida para esta franquicia más allá de Ash Williams? La respuesta es un ambiguo “quizá”. El personaje de Campbell fue oficialmente retirado luego de la aclamada serie Ash vs. Evil Dead, una continuación directa de El ejército de las tinieblas. El único camino hacia el futuro será la originalidad. Quizá no es el punto fuerte de Evil Dead: el despertar, pero en términos de mantener su ultraviolento sello de diversión, es un paso en la dirección correcta.
