Crítica de ‘Huesera’: terror, identidad y género en un clásico instantáneo del cine mexicano Crítica de ‘Huesera’: terror, identidad y género en un clásico instantáneo del cine mexicano

Crítica de ‘Huesera’: terror, identidad y género en un clásico instantáneo del cine mexicano

En su largometraje debut, ‘Huesera’, la cineasta Michelle Garza Cervera deconstruye los mitos de la maternidad y la pérdida de identidad de una mujer. Checa la crítica.

Lalo Ortega   |  
23 febrero, 2023 12:00 AM
- Actualizado 29 agosto, 2023 1:40 PM

Decir que Huesera –que llega a salas de cine este 23 de febrero– es una película rica en simbolismo sería una simplificación torpe y hasta redundante. Pero vale la pena hacer hincapié en el poder de estos símbolos, y de uno en particular: la ilustración de una mujer, “crucificada” sobre un aparato reproductor femenino.

De otros leitmotivs visuales en el largometraje debut de Michelle Garza Cervera, este es, quizá, uno de los menos recurrentes en comparación, por ejemplo, con las arañas. Aparece dos o tres veces, pero es una imagen tan potente que, quizá, encapsula mejor el discurso de una película sobre una mujer cuya identidad, cargada con el peso de una maternidad que no sabe si desea realmente, se quiebra y contorsiona en figuras horribles.

Huesera
Huesera es la historia de Valeria, quien experimenta las apariciones de una oscura entidad tras saber que está embarazada (Crédito: Cinépolis Distribución)

¿De qué trata Huesera?

Huesera cuenta la historia de Valeria (Natalia Solián, Zapatos rojos), una mujer que descubre que está embarazada, lo que se convierte en motivo de felicidad para ella y su pareja, Raúl (Alfonso Dosal, Sin hijos).

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Sin embargo, poco después, ella comienza a experimentar las apariciones de una siniestra entidad que la acecha de manera cada vez más peligrosa. Poco a poco, Valeria cuestiona su mente y si lo que percibe es real, y así se refugia cada vez más con su tía Isabel (Mercedes Hernández, Sin señas particulares) y con Octavia (Mayra Batalla, Noche de fuego), una mujer con la que tiene un pasado.

Lo que puede decirse de Huesera por su sinopsis (o por los materiales promocionales de la distribuidora, torpe e inexplicablemente fuera de tono) no alcanza para describir los niveles en los que opera la dirección de Garza Cervera.

La cineasta –fuertemente influenciada por los clásicos del cine de terror, como ella misma admite– navega entre el pavoroso onirismo de David Lynch en Cabeza borradora, la perturbadora espiral psicológica de El bebé de Rosemary y la brutal corporalidad de David Cronenberg, en una audaz mezcla cuya incisividad para deconstruir la identidad y el género, sólo podría ser comparada a Julia Ducournau y su Titane.

“Malas madres”

Por su temática, pues, Huesera tiene un carácter profundamente universal que, sin embargo, hay que situar en su contexto de origen. Porque una cosa es ser mujer y madre, y otra cosa es serlo en un México católico, conservador y machista, donde el ideal de madre se consagra en los ubicuos altares a la “virgencita santa”, y cualquier afrenta a la heteronormatividad está condenada a existir bajo su sombra.

Así, conforme Valeria es enfrentada con su inminente maternidad, las apariciones se vuelven más frecuentes y su psique comienza a “romperse”. Esta oscura espiral, en un nivel claramente metafórico pero no por ello menos perturbador, plantea necesarias preguntas no sólo sobre la maternidad misma, sino también sobre la identidad. ¿Qué sucede con nosotros cuando nos imponemos expectativas ajenas sobre lo que debe ser nuestra vida?

Con todo ello, Garza Cervera plantea angustiantes dicotomías: de una mujer angustiada por una extraña presencia, y un marido que no le cree; sus experiencias pasadas y las expectativas familiares de abnegación para la futura madre; y una identidad de la juventud que no encaja con el ideal esperado de una familia. La araña, con su naturaleza dual como protectora y depredadora, se sitúa así como el símbolo central del debate psicológico de la protagonista.

Huesera
La araña, otro símbolo recurrente en Huesera: “madre, pero también es depredadora” (Crédito: Cinépolis Distribución)

Michelle Garza Cervera tiene, así, la osadía de prenderle fuego a uno de los emblemas mexicanos de la abnegación materna, planteando serias preguntas sobre los roles de género y el significado de familia, en uno de los mejores ejemplos recientes del cine de terror como abordaje a cuestiones de urgencia social.

“Hay mucho por hacer en Latinoamérica [para el cine de terror]”, dijo la directora en conferencia de prensa para presentar Huesera. Más allá de tener razón, emociona pensar en lo que la cineasta podrá hacer después. Por lo mientras, nos ha entregado un clásico automático para el género dentro del canon del cine mexicano.

Huesera ya está en salas de cine de México. Para saber más de la película y comprar boletos, entra aquí.