Flow es el eslabón más reciente en la larga cadena evolutiva de la animación. Más allá de estar bellamente contada sin diálogos y con diseños naturalistas, su gran innovación está en haber sido desarrollada principalmente con Blender, un software de código abierto que no es el estándar de la industria. Resultado: una animación bellísima y conmovedora, nominada al Oscar, realizada con un equipo mínimo y un presupuesto radicalmente menor al usual para un largometraje de animación, que suele superar las decenas de millones de dólares.
Para bien o mal, la historia de la animación no puede entenderse sin Disney, que popularizó la técnica para contar historias de fantasía –incluso si con ello ha encasillado la animación como algo dirigido a niños, cosa no necesariamente cierta–. Blanca Nieves, primer largometraje animado de Disney, fue una auténtica innovación para el cine, implementando un vívido Technicolor y una gramática visual todavía en uso.
Fantasía llevo los límites creativos de Disney todavía más lejos, hacia territorios que, nos atreveríamos a afirmar, el estudio no ha regresado. Más que una narrativa convencional, esta película es una antología de piezas de música clásica acompañadas de una espectacilar animación impresionista. Una demostración pocas veces igualada sobre las posibilidades artíticas de la animación y su diálogo con la música.
La "Beatlemanía" también jugó un rol en legitimar a la animación como una forma de arte, extendiendo sus exploraciones hacia el mundo de la psicodelia. No obstante, Yellow Submarine fue una sensación entre adultos y niños por igual, ampliando los alcances del medio entre el gran público.
Otro gran innovador, a menudo opacado por Disney, fue Ralph Bakshi. El director fue responsable por películas como El gato Fritz y Tráfico pesado, que llevaron la animación hacia temáticas adultas. Él también dirigió el primer intento por adaptar El señor de los anillos al cine, algo que sólo era posible en aquel entonces por medio de la animación. Su visionaria aunque fallida adaptación mezcló técnicas de animación convencional y rotoscopia abstracta para crear el mundo de la Tierra Media.