Recientemente ganador del Oscar 2025, No Other Land es uno de los ejemplos recientes que mejor ilustran la importancia del cine documental como testimonio de la injusticia y de los intentos por borrar la memoria histórica del pueblo Palestino a manos de la invasión Israelí.
Narrado por Samuel L. Jackson a partir de textos de James Baldwin, No soy tu negro es, quizá, una de las condensaciones más potentes, ilustrativas e indignantes de la historia del racismo en Estados Unidos. La visión de Baldwin confronta las esperanzas de un pueblo históricamente discriminado, con los hechos del racismo sistémico que condujo a las muertes de Malcolm X, Martin Luther King Jr. y Medgar Evers.
La guerra en Ucrania es uno de los conflictos bélicos recientes más importantes para la historia del siglo XXI. 20 días en Mariúpol, sin embargo, toma un enfoque más humano, siguiendo a cuatro periodistas en la sitiada ciudad al comienzo de la invasión rusa, documentando las repercusiones de los ataques en la ciudadanía.
Uno de los documentales históricos más importantes del siglo XX fue el que arrojó luz sobre las atrocidades del Holocausto. Noche y niebla de Alain Resnais reúne el material que emergió al final de la Segunda Guerra Mundial, una vez que se supo lo que sucedió en los campos de concentración nazis. Es difícil de ver, pero se trata de un documento vital para entender el momento más oscuro de la humanidad durante dicho periodo.
Otra de las peores atrocidades bélicas cometidas en el siglo XXI tiene que ver con la Guerra en Siria. El documental Para Sama recoge la crítica situación en la capital, Alepo, desde una perspectiva humana única: la de una mujer, madre y cineasta, que documenta las violentas consecuencias de la guerra mientras reflexiona sobre el futuro que quiere para su hija, Sama.