Blanca Nieves y los siete enanos es, para muchos, la versión definitiva del cuento, y si bien está lejos de ser la única, sí es, de lejos, la más influyente de todas. Incluso si se percibe anticuada a ojos actuales, es una de las piedras angulares del cine de animación que luce espectacular casi un siglo después.
Continuando con su cuestionada racha de remakes en live-action, Disney recreó su clásico de animación con Rachel Zegler como la protagonista y Gal Gadot como la villana. Las adaptaciones realizadas para actualizar el relato –darle autonomía a la princesa, introducir nuevos personajes además de los enanos– tienen resultados muy irregulares, pero funciona como una nueva forma de introducir a las nuevas generaciones a este cuento.
Hablando de versiones en live-action de Blancanieves, Espejito, espejito (Mirror Mirror) es una de varias adaptaciones que se estrenaron en 2012, con enfoques radicalmente diferentes. Esta, con Lily Collins como protagonista y Julia Roberts en una divertida interpretación de la malvada reina, abraza por completo la sensibilidad camp y es indulgente con la fantasía y el color.
Dirigida por el cineasta español Pablo Berger (quien eventualmente haría Mi amigo robot), esta versión de Blancanieves, también estrenada en 2012, es una de las más interesantes que se han hecho en el cine, pues traslada la acción a la Sevilla de los años 20, filtrada por una visión gótica filmada en blanco y negro. Esta película, ganadora del Goya, retoma elementos del clásico cuento de los hermanos Grimm pero también de otros cuentos de hadas clásicos.
Quizá la más popular de las adaptaciones estrenadas en 2012 fue esta, en una clave mucho más realista, claramente influenciada por el gran impacto de Christopher Nolan en la industria cinematográfica. Kristen Stewart y Chris Hemsworth son la dupla titular de Blancanieves y el Cazador, una interpretación de fantasía oscura más madura.