Un hombre diferente (A Different Man) es una brillante comedia cuyo título sugiere varios significados. La historia comienza con Edward (Sebastian Stan, El aprendiz), un hombre cuyo rostro es deformado por neurofibromatosis, afectando su confianza y capacidad para relacionarse en un mundo que rechaza la fealdad rutinariamente. Se enamora de su vecina Ingrid (Renate Reinsve, La peor persona del mundo), una bella dramaturga, pero cuando una cura milagrosa revierte sus deformidades, decide fingir su muerte y empezar de nuevo bajo la identidad de "Guy". Las cosas dan un giro irónico cuando Ingrid escribe una obra inspirada en Edward y aparece Oswald (Adam Pearson), un hombre que a pesar de sufrir también de neurofibromatosis, es carismático y lleva una vida plena. El título Un hombre diferente podría sugerir esa empatía ingenua e idealizada típica de Hollywood hacia las personas con algún tipo de diferencia física. Sin embargo, el guión y dirección de Aaron Schimberg orientan la atención en sentido contrario, hacia nuestra constante aspiración a querer ser algo distinto a lo que somos, incapaces de estar cómodos en nuestra propia piel y, como dice Lady Gaga (supuestamente), aceptar lo que es.
No Other Land es un documental en el que un colectivo mixto de activistas y periodistas, tanto palestinos como israelíes, registran la invasión del ejército de Israel a Masafer Yatta, una comunidad de aldeas palestinas en Cisjordania, entre 2019 y 2023. Gracias a la versatilidad de las cámaras de los celulares, el grupo –encabezado por el activista palestino Basel Adra y el periodista israelí Yuval Abraham– pueden documentar, de forma directa e inmediata, los desalojos y desplazamientos forzados, las demoliciones y violencia represora ejercida por los militares israelíes contra los pobladores palestinos, bajo el amparo de un tribunal invasor. Se trata no sólo de una película esencial para entender el conflicto entre Palestina e Israel, sino de un documento periodístico e histórico vital, que debe ser visto para generar conciencia sobre el apartheid israelí contra los palestinos. Un pequeño primer paso para, ojalá, ponerle fin y dar paso a una coexistencia pacífica algún día.
Hijos (Sons) - Un drama nórdico intenso que sigue a Eva, una oficial de prisión idealista que enfrenta un dilema moral cuando un joven de su pasado es transferido a la prisión donde trabaja. Mientras lidia con las tensiones entre su deber y sus emociones, Eva debe equilibrar su lealtad al sistema con sus propios sentimientos. Nominada al Golden Berlin Bear a Mejor Película en el Festival de Berlín, este thriller explora temas complejos de redención, justicia y cómo el pasado influye en las decisiones del presente.
Con Amor, mentiras y sangre (Love Lies Bleeding), la directora Rose Glass se consolida como una de las grandes promesas del terror y la fantasía. Porque, puede parecer extraño, pero su segunda película es un thriller de crimen y romance que inyecta elementos de horror corporal y surrealismo, con resultados tan cautivadores como polémicos. La historia, situada en Nuevo México de los 80, sigue a una empleada de gimnasio, Lou (Kristen Stewart), que se enamora de Jackie (Katy O'Brian), una fisicoculturista que va de paso a una competencia en Las Vegas. Sin embargo, una tragedia las arrastra a ambas hacia el mundo de la familia criminal de Lou, y la violencia no podrá contenerse. Por medio de su trama criminal y con un ácido y macabro sentido del humor también visto en Salvando almas (Saint Maud), su película previa, Glass ironiza sobre ideales románticos incompatibles con los patrones de conducta que, para bien y (sobre todo) para mal, son arrastrados a los vínculos amorosos. Lee más en la crítica completa de Amor, mentiras y sangre.
Dahomey es un documental de la directora Mati Diop (Atlantique) premiado en el Festival de Cine de Berlín 2024 y que, a partir de un solo hecho, plantea una amplia variedad de preguntas en poco más de una hora de metraje. La película narra la restitución de 26 tesoros del antiguo reino de Dahomey, por parte de Francia, a lo que hoy es la República de Benín. De este acontecimiento, y con una misteriosa voz narradora que roza con la ficción, se desprenden cuestionamientos y reflexiones sobre el colonialismo, la institución de los museos, la relación de un pueblo con su arte y con su cultura, problemáticas del centralismo y acceso a la educación, entre muchas otras. Es un gran documental que, si bien se sitúa en un contexto específico (la relación bilateral Benín-Francia), presenta preguntas interesantes sobre el colonialismo que son pertinentes para prácticamente cualquier cultura que haya vivido una colonización y saqueo.